Bonita presentación con etiqueta sencilla pero resultona.
Me mosquea que casi nadie comenta el carbónico tan marcado propio de un vino natural; el leve filtrado no se percibe, el vino es de un dorado límpido y claro; aroma a lías y hierbas; frutalidad ligada a las notas de sidra; acidez en boca y carbónico marcado, me marca el palomino (a pesar del escaso 5%) con un lejano amargor y salinidad. Si el tinto me parece muy bueno este sólo me crea curiosidad. Me gusta más al día siguiente. Precio en torno a los 8 en tienda.

Pues ya ha pasado otro año y volvemos a descorchar otra botella del amigo Juanjo.
De color amarillo dorado con reflejos verdosos y lagrima de gran densidad.
En nariz se aprecian aromas de fruta blanca, notas herbáceas marcadas, un ligero perfil oxidativo y un marcado fondo mineral.
En boca aunque tiene su volumen, la magnifica acidez que posee le aporta una gran frescura que lo hace muy fácil de beber, postgusto bastante largo con recuerdos cítricos, minerales e incluso salinos.
Por suerte me queda otra botella, el año que vienes mas.

Dorado levemente verdoso, limpio y brillante.

Potente nariz, muy curiosa y compleja, que muestra un fondo marcadamente oxidativo. Ya desde el principio nos encontramos aromas a ciruela amarilla bien madura, monte bajo, manzana reineta y panadería. Con aireación, y algo de tiempo, van apareciendo aromas a melocotón en almíbar, mentolados, pimenta blanca, lácteos (yogurt de pera) y notas de higuera.

En boca muestra más volumen que potencia, siendo fresco gracias a su notoria acidez. De tacto untuoso, presenta buena carga cítrica (naranja y limón), así como lácteos, panadería, toques vegetales y pera madura. Persistencia media en la que encontramos matices cítricos, salinos y amargosos.

Un vino muy especial, en la línea de los llamados naturales, muy complejo y fácil de beber.

Volvemos a catar este curioso e interesante blanco al que abrimos con una hora de antelación.
En nariz se aprecian una curiosas notas oxidativas, también de sidrería, aromas de fruta blanca, notas herbáceas y un trasfondo mineral.
En boca tiene una entrada fresca, rústica, con una excelente acidez y un postgusto bastante largo con recuerdos cítricos, minerales y de sidrería.
Un blanco natural que está evolucionando de maravilla.

De color amarillo pálido con reflejos dorados y lagrima de gran densidad.
En nariz destacan aromas herbáceos y de monte bajo, fruta blanca y cítricos, también aparecen ligeras notas ahumadas y de sidrería.
En boca tiene una entrada fresca, con volumen, licorosa, donde todavía se percibe ligeramente el carbónico, buena acidez y postgusto bastante largo, con recuerdos especiados y balsámicos.
Un vino natural que merece mucho la pena ser probado.