Había probado la añada 2006 hace meses y el recuerdo era importante, con lo cual, cuando me dijeron que en el restaurante disponían de la añada 2010 no me lo pensé mucho.
De color amarillo pajizo con reflejos dorados, lágrima densa que se desliza suavemente por la copa, limpio y brillante.
En nariz los tostados todavía están bastante presentes aunque no molestan, fruta blanca, cítricos y una considerable mineralidad.
En boca es como un cuchillo, acidez, frescura, un toque salino y las maderas siguen apareciendo.
Está claro que la diferencia entre las 2 añadas es considerable, a esta 2010 le falta botella, pero en cualquier caso es un gran vino en un muy buen momento. Mejorará.
Botella tomada en restaurante.
De color amarillo pálido, con reflejos dorados y una lagrima de gran densidad.
En nariz muestra aromas minerales muy marcados con un ligero golpe de maderas finas, también se aprecia algo de fruta blanca y algún apunte floral y herbáceo.
En boca igual que en nariz, mineralidad por un tubo, acidez directa y afilada, muy, muy fresco y con un postgusto realmente largo, ligeramente cítrico y amargoso.
Un perfil de la chenin que me a sorprendido gratamente, acostumbrado a elaboraciones con mas sobremaduración.
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