En estado crítico.

La verdad es que, catando este 2010 con el mismo tiempo en botella que cuando lo hice con el 2008 anteriormente, dista mucho una botella de la otra y, en el caso que me ocupa, parece ser que no nos ha ofrecido el mismo resultado e impresiones.
La nariz asoma entremezclando la fruta blanca, el membrillo maduro y los llamativos resabios de coco o leche de coco en esta fase. No resulta profunda, si no más bien tímida a la hora de expresar todo lo que parece que lleva dentro.
Llegado el momento del trago, encontramos sustancia, gusto, cierta longitud. Tacto graso, untoso, pero con una acidez inexistente casi, lo que nos deja una Verdejo que tras cinco añitos de vida, nos está pidiendo a gritos que acabemos con ella. Copa a copa...

Parece ser que en este 2010, este vino nos ha dicho a las claras cuál es su fecha de caducidad y disfrute.
Un vino que tal vez en otros momentos y añadas, mantenía la estructura y vida suficiente para estirarse algo más en le tiempo.
Buen vino, si...Pero agotado ahora mismo.

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