Vino joven de esta bodega sin elaboración por maceración carbónica.

Precioso color guinda con tonos azulados, muy limpio y brillante, y con una sorprendente capacidad para tintar ligeramente la copa y lagrimar con ganas a pesar de sus cortos 10.5 grados. Los vinos de esta casa tienen buen empaque visual. Bien por ellos.

Nariz débil y apuntando tímidamente a frutos del bosque. Poca expresividad.

Paso por boca bastante fluido pero con una acidez patente, leves restos de aguja y final ligeramente amargo. Retronasal débil a frutos rojos y cierto recuerdo especiado. Nuevamente poco expresivo.

Bien fresco entra bastante bien pero al igual que a su hermano Viño Joven (maceración carbónica) le echo en falta un pelín más de peso en boca para terminar de convencer. Quizás me guste más el Viño Joven, más chisposo.