Cortesia y Producto

Visita que podemos calificar de mas que satisfactoria. Entramos a las dos de la tarde y salimos a las 7,30 y dudamos en quedarnos a cenar, creo que eso resume lo a gusto que estuvimos. Destacar sobre los detalles dos aspectos, calidad de trato (que compaginaba lo personalizado con la distancia para la intimidad de la conversación) y producto. El propietario y encargado de las mesas Carlos Alcover representa el buen trato y la elegancia y discreccion de ese tipo de gente que lleva la hostelería en la sangre y esa elegancia personal de joven gentleman.
Sobre los vinos, nos mostró los vinos de la zona sacandonoslos para que los viésemos, no en la carta, quizás detectando un publico mas sensibilizado a pedir cosas poco habituales.
Bebimos 2 botellas de Terraprima y 2 botellas de Pedradura
Buena cristalería.
Respecto a la comida, no voy a narrar todo lo que comimos pero las almejas estaban espectaculares, un mordisco al mar, las Gambas de Vilanova fueron la estrella, estaban increíbles. La Dorada que compartimos los 5 comensales estaba para hacer la ola. La Pluma... puede parecer presuntuoso pero...estaba mejor que la de la noche anterior en Ruscalleda. El carro de postres-tartas es barroco, espectacular y la calidad de las mismas alta. Fuimos invitados a una ronda de GTs muy bien preparados.
Pedimos otra ronda para compensar
Un espectáculo en su gama de local, en un puerto deportivo, en la terraza. Magnifico, se convertirá en un fijo en nuestras visitas a esta localidad
En el precio por persona tener en cuenta lo que bebimos