En la tarjeta dice “Autovía Andalucía, km 246 dirección Cádiz”, pero me pierdo algo, pues está en pleno Parque Natural de Despeñaperros.
Si lo pillas viniendo desde Andalucía, parece que está en medio de ninguna parte. Lo que ocurre es que si continuas por la carreterilla camino Castilla, en 2-3 kms estás ya en la civilización.
Se trata de un bar-restaurante en el que lo menos atractivo es el interior, aunque es cálido, de madera, mucha madera, pero rodeado de souvenirs que venden al público.
Lo bonito es tanto la terraza delantera, sobre la hierba, a los pies de una fuente y de la carreterilla, como sobre todo la trasera, de cemento, pero panorámica.
Algo muy, muy sencillo, tanto en la cocina como en las instalaciones. Básico, pero agradable resultón.
Yo comí:
• Sopas de Ajo,
• Lomo de Ciervo.
• Tarta de Queso.
Todo se dejaba comer. Humilde, nada era para tirar cohetes, pero no se puede decir que comiera mal ni mucho menos. Esperaba algo más “turistizado”, válgame el palabro, y encontré algo auténtico.
Carta de vinos mínima, de la que seleccioné un tempranillo de Valdepeñas con un nombre que le da brillo, empaque y poderío: Don Aurelio.
Ambiente agradable y servicio majísimo, un padre y un hijo afables y serviciales, buena gente.
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