Restaurante La Sole (CERRADO) en Santander
Restaurante La Sole (CERRADO)
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
9,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
19 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.5
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
4.0
Comida COMIDA
8.5
Precio medio entorno ENTORNO
4.0
RCP CALIDAD-PRECIO
8.5
Opiniones de La Sole (CERRADO)
OPINIONES
3

Campeonato del Mundo de Vela en Santander, ubicado el “centro de operación del acontecimiento” en la zona de Puertochico. Mucho ambiente, más paseantes que consumidores, tras unas cervezas en una terraza a precio de terraza de grandes capitales europeas en zona de turistas, una tapa de de boletus y queso en un lugar de lo más concurrido, pero que no nos dijeron nada y zas, nos acordamos de La Sole en la otra parte de la zona de Santander aunque no lejano, a través del túnel. Allá que nos vamos……

Martes noche, poca gente y a lo de siempre:

Rabas.
Tacos de solomillo con patatas pount neuf a la pimenta.
Y en esta ocasión acompañamos con unas mollejas rebozadas, que venian acompañadas de unos pimientos verdes fritos tipo Padrón.

Las rabas tan bien como siempre, las mollejas muy bien y el solomillo tan bien o mejor que en las anteriores ocasiones, lo cual ya es mucho decir.

El tema vino sigue flojo, hemos seguido con Erial, en esta ocasión del año 2011.

Como podéis ver 16 meses más tarde y en una tercera visita, de nuevo hemos salido encantados. Ni es con buen entorno, ni en vinos, pero hacen cuatro cosas que merecen una visita, si se acude solo con esa idea.

Nos quedamos con la idea de volver en no mucho tiempo para probar la ventresca de bonito que el responsable nos aconsejó.

Como prometimos hemos vuelto a este local anoche, en esta ocasión 8 personas, curiosamente cuatro somos veremeros, con reserva previa.
Ya definido el local, que de nuevo se encontraba al completo.

En plan compartir, nos han puesto sobre la mesa:

Tres de rabas, a 10 euros
Dos de jamón ibérico con pan-tomate, a 20 euros.
Dos de rape en tacos con una crema de pimientos, a 17 euros
Tres de tacos de solomillo con patatas pount neuf a la pimenta, a 18 euros.

Las rabas con tan buen nivel que en la anterior ocasión, por tanto lugar a apuntar para las mismas. Uno de los nuevos dijo: “están tan buenas como las de La Tucho”.

El jamón de muy buen nivel, en una buena cantidad y el pan ligeramente pasado por un grill, con logrado tomate.

El rape se prestaba rebozado, con un buen punto de hechura. La crema de pimientos muy ligeramente dulce, textura perfecta, muy lograda.

El solomillo, tan bueno o quizás hasta algo mejor que en la anterior ocasión, fue el plato que se llevó más halagos.

Buen pan acompaño a lo descrito y que triunfo sobremanera con la salsa del solomillo.

En cuanto al vino, el local flojea, con unas copas sencillitas y pocas opciones. Hemos tomado Erial crianza 2010 y Viña Mayor crianza 2009, a 16 y 14 euros, cayeron cuatro botellas. Cambio de copas sin solicitarse.

No hay postres, pero la casa obsequia con unos mini bombones helados.

Cuatro cafés, seis cervezas y dos botellas de agua completaron la cena, con un total en la cuenta de 238 euros, por tanto prácticamente a 30 euros comensal.

Comentario:

Los precios no son baratos, sobre todo si consideras el local, las copas y los manteles de pale, pero lo que ponen lo vale y más, buenos productos, cantidades adecuadas y bien elaborado.
Servicio diligente, con buen ritmo de los platos y mucha amabilidad del responsable del local.

Con esta segunda visita, se puede recomendar a comer unas muy buenas rabas y un excelente solomillo, sin desmerece el resto.
Esta vez puntuaré el servicio del vino y por tanto bajará la calificación de local, pero no por estar pero que en la anterior ocasión, más bien salimos tan encantados como la anterior ocasión y éramos mas comensales.

Local ubicado en la zona del Sardinero y muy cerca de los Campos de Sport, nunca había acudido al mismo, pero en numerosas ocasiones he oído de su buen quehacer de “toda la vida” y he visto muchas veces gran cantidad de gente su zona exterior, al pasar frente al mismo en coche.

Ayer tras merodear por la zona de vinos de Santander con la jornadas de los pinchos, ya algo hartos de tantos ruido y bullicios, nos acordamos de este local y allá que nos fuimos, a acabar de cenar o recenar, depende como se mire.

Local pequeño, al que se baja por unas escaleras y por lo que aprecié, afuera tiene unas barricas que en verano con unas silla etc., es donde yo he visto el gentío. Aunque anoche no era fría, aun estamos en marzo y no había nadie afuera, ni fumadores.

La zona interior es pequeñita y de lo más clásico, sin ningún lujo, con decoración de hace ya años, una barra y en frente unas mesas con manteles individuales de papel, gente en la barra bebiendo y otros picando algo, los cuatro nos sentamos en la única mesas que quedaba libre.

Comimos para cuatro (recordar que era el remate) una rabas de calamar (10 euros), que pedimos pues nos dijeron que eran uno de sus platos estrella. Estaban de dar una nota de 10, como antiguamente, de calamar, calamar y en una cantidad adecuada a lo esperado.

Tacos de solomillo con patatas pount neuf a la pimienta (18 euros). Tacos de solomillo sobre una salsa de pimienta y mostaza, con un punto excelente de la misma, de esas que tiene una buena consistencia y sabe a todo lo que te han dicho que contiene, pero sin matar un sabor a los otros y unas patatas pount neuf muy bien hechas y con un grosor perfecto.

Y por último el solomillo, perfecto de sabor y punto. Pero no sé cual estaba mejor; la salsa, los tacos de patatas o los de solomillo.

Pont Neuf significa Puente Nuevo, el Pont Neuf es un puente de París, es el puente más antiguo que se conserva en esta ciudad, y al parecer, fue el escenario en el que empezaron a venderse las patatas fritas.

La salsa como comprenderéis pedía ser mojada, pues bien hasta el pan que nos pusieron era de gran nivel y más teniendo en cuenta que era ya tarde y por las noches en general en esta tierra, el pan está ya imposible, salvo los horneados en el local.

El servicio muy amable y el que supongo es cocinero o propietario, saludo mesa por mesa al retirarse un poco antes de las 12 de la noche, (no solo a los conocidos) acto de educación y de saber que todos los comensales han tenido una primera vez.

No vimos la carta vinos ni mucho menos, las copas en las que tomamos un vino en la barra en un principio, son de las más sencillo.

Comentario: local discreto, pero por algo está en general lleno (de hecho nos recomendaron reservar para una próxima visita), con un servicio muy amable, pero que tiene unos platos de toda la vida, de primer nivel. Se va a lo que se va a este local.

Qué grande es para un local que cuando salen los comensales por la puerta los cuatros dicen casi al unísono: tenemos que volver.

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