esta es mi primera valoración. me he decidido a dar el paso ya que utilizo mucho la información en múltiples viajes que hago. Veo que hay pocos contactos en gipuzcoa y me decido a poner mi granito de arena de una zona que conozco bien.
Restaurante diáfano, amplio. Mesas muy separadas. Personal muy amable,
aperitivos: un bombón de bacalao recubierto de aceite de cacao (rara pero resultona la mezcla) y una especie de crema de calabaza con una emulsión de queso viejo por encima que parece como suero exquisita.
Dos cartas: una más tradicional y otra con cocina moderna. Posibilidad de medios platos con lo que te compones el menú a tú medida.
-Tomate con helado de fresa, orégano y unas láminas de parmesano (7.5)
-Cuajada de hongos: exquisita (9.5) Puro sabor esencial.
-Arroz con sardinas ahumadas pomelo y albahaca (el plato más difícil. bueno pero sin entusiasmo). 7
-Atún casi crudo con un caldo de marisco que uno mismo moja (8)
-Pichón con semillas y una salsa espesa (9). El contrate de las distintas semillas y su sabor a monte con el pichón excelente.
-Papada ibérica confitada con un caldo de romero. Untuosa, emocionante para aquellos que no tienen reparos con las texturas mórbidas. Puro sabor. (9.5).
una cocina que emociona, pura, limpia...técnicamente irreprochable (el punto crudo-cocido que le da al pescado) los caldos persistentes y finos a la vez.
Da la sensación que cocina lo que le da la gana y cada vez mejor. Para el que le gusta una cocina con sabores nítidos, intensos, puro producto...este es un gran lugar.
Carta de vinos suficiente, un poco clásica. sin grandes sorpresas. Bebimos un bermejo malavasia seco (19E) con los primeros y un mauro 2007 (26E) con los segundos. Precios X2.
Lo mejor: el precio. 65 E por persona. En suma uno de los mejores sitios calidad precio de todo el país. Una cocina en la busqueda de sabores profundos, intensos y limpios...llena de calditos y emulsiones varias que trabaja como nadie.

Grata sorpresa la que me llevé en mi visita a Fagollaga. En primer lugar, me extraña que haya tan pocos comentarios en Verema sobre este restaurante (siendo el último de 2005) y en segundo lugar, el que le quitaran la estrella el pasado año me hace dudar (una vez más) de la validez de la guía Michelin. El local está decorado con mucho gusto y la separación entre mesas es más que correcta. El servicio, el mejor que he encontrado hasta el momento (junto al de Akelarre), no hay palabras para describir lo bien que nos hicieron sentir Xabier (hermano del cocinero Isaac), su tía (perdón, no sé su nombre) y la otra chica que nos atendió. En cuanto a la comida, había un menú degustación pero totalmente abierto: podías quitar o poner platos (medias raciones) o mezclar la carta más tradicional con la más novedosa, algo que yo no había visto nunca. Todos los platos que componían nuestro menú fueron de notable para arriba (vieiras confitadas con caldo de pollo, curry y patata guisada, rodaballo salvaje al horno con minestrone de apio y vainilla, tremendo…) y demostraron como el buen producto no está reñido con la creatividad…Otro aspecto a destacar y que también me sorprendió es la utilización continua por parte de Isaac Salaberria de flores y hierbas dando a los platos un aporte tanto ornamental como gustativo (es decir, no estaban sólo para hacer bonito sino que ciertamente aportaban sabor al plato). Por poner alguna pega, que no haya zona de no fumadores y quizás una carta de vinos (al menos en blancos) por debajo del nivel del restaurante.
Muchas gracias por hacernos pasar tan buen rato.

Disfrutamos 2 personas del menú degustación. A resaltar: la textura de los chipirones de anzuelo casi confitados (mucho tiempo a baja temperatura), el sabor de la oreja de cerdo, y el soberbio "chocolate, pan y especies" (una delicia!). Mucho nervio en el atún con ensalada (sabor y temperatura excelentes). Buenas copas Schott y buen servicio del vino (precios correctos). Pagamos 215€ entre los 2 (79€ del menú + unos 35 € del 200 Monges reserva 1999). Sala moderna muy agradable (excelente anchura de las mesas, se agradece mucho ofreciendo gran comodidad). Servicio eficiente y muy amable. Muy buen restaurante cerca de Donostia (entre Hernani y Gaoizueta), oficiado por un joven maestro de la gastronomía vasca (Isaac Salaberria).

Excelente. A destacar la carta de aguas. Recomiendo la Boss noruega. Otra buena selección de aguas se puede encontrar en el restaurante Aquarius de Andorra.

Uno de los grandes,entre los jovenes,cocineros de la cocina vasca. Isaac Salaberria oficia de manera quasi magistral en este restaurante de complicada localizacion en Hernani.Muy interesantes las cocciones(p.Ejem. El txixarro crudo a temperatura templada) y el acompañamiento de parte de las salsas en vasitos aparte, para mi el gran hallazgo de Salaberria (p.Ejem. la panceta asada que viene acompañanada de una crema de almendra tierna infusionada con trufa que debes ir sorbiendo para dar frescor a los bocados de panceta).
Xabier Salaberria, su hermano, oficia muy bien de sumellier en un lugar donde (el gran pecado EMHO de la restauracion vasca) los riojas estan omnipresentes...
Vajilla Ola de Bidasoa y copas Schott acompañan a un comedor reformado con mucho gusto y con tintes mas que modernos. Lo dicho uno de los GRANDES ( se merece un 5 pero no se lo voy a poner por lo "desprestigiados" que estan ultimamente estos.....)