Llegamos a Ezcaray sobre las 15 h y fuimos directamente al rte.Salón amplio y agradable ,mesas amplias..Carta corta y oferta de un menú del dia (18 Eur) y un menú micologico (27 Eur).Elejimos uno de cada :pisto(correcto) y bacalao a la riojana(regular)y fruta para el 1ºy el micologico que comenzaba por una sopa ,pasa directamente al carpacio de amanitas...requerida la camarera me contesta que ese día no había sopa y que me habían dado "un trozo de chistorra"como alternativa;dicho aperitivo se daba a todas las mesas con ó sin menú de setas.Y además debería haberlo dicho antes de..3ºsi no recuerdo mal un escaso guiso de senderuelas(bien). Continuamos con un canelón de queso y trufa,correcto..Y como plato ppal(el resto eran "platillos"): gamo con setas( lo mejor).Al pedir el postre del menú "Torrija" me dicen que se ha terminado,ya que debía ser una de las alternativas del menú del día.Pero la mayoría de los comensales habían acudido a rte con posterioridad a nosotos...Una nueva muestra de desidia del servicio,ya que permanentemente hubo que demandarlas (si, ambas eran camareras)un poco de atención...Vino rioja del año ,muy correcto;copas aceptables.El cafe flojo. Calificare el servicio con el apartado "entorno".

Habia oido hablar muy bien de este establecimiento y,de entrada no defrauda.El comedor me parece fantastico y acogedor,PERO... el servicio es totalmente ajeno a la profesion, la camarera no fue capaz d descorchar la botella delante de la mesa, despues de romper el corcho 3 veces se la llevo a la cocina y la saco abierta.Las copas inadecuadaspara degustar un vinopor el q nos cobraron 37€ No es comprensible que platos que forman la carta se ofrezcan en el menu del dia, por lo tanto dependiendo de la audacia puedes comer lo mismo por el doble de dinero, que fue nuestro caso.Nos termino serviendo la comida un niño de unos 16 años con un polo de San Miguel, sucio, sucio,sucio, y salimos a 45€ por cabeza.YO NO VUEVO

Lo visite por primera vez, aunque habia ido varias veces al bar que tienen al lado a probar sus tapas.
Comida clásica riojana, aunque también tienen platos de nueva cocina. Los caparrones y la menestra extraordinarios.
El servicio muy bueno.
La carta de vinos bastante completa pero casi todo Rioja; tenian una relación amplísima de crianzas bien selecionados entre 9 y 12 €. La cristaleria adecuada.
Con vino (Campillo crianza) no pasamos de los 30 € por comensal
Merece la pena repetir