Memorable visita nocturna al local de Rafa y Javier, con los sentidos dispuestos a la sorpresa....!y no hubo fraude!!!. Trato exquisito de javier y su gente de sala, con una "sincronización" de las tareas tremendamente profesional; de la cena, poco que destacar : escalibada en forma de cuasi-mousse, con el pimiento, la berenjena y el bonito perfectamente definidos, carpaccios de ciervo y pulpo (por separado) de morirse, una minúscula hamburguesa que se come con los dedos - qué gozada hacerlo en un restaurante de este nivel -, un asado de cordero que se deshace en boca, unos postres de quitar el hipo por la calidad del chocolate,... Y de los vinos, poco que añadir a los comentarios de Greg y Joan : La Noblesse del 99 ( que aroma a cava tiene el puñetero...), un Almara 2001 (gran desdcubrimiento de un vino modesto con ínfulas de ir a más,..), un Ignoto 2000 inencontrable para quien lo busque, !!! y un Savennieres 95 que no se olvidará fácilmente !!. Para terminar, un Dolç de m
Poco mas que añadir a lo descrito por Greg con lo que comulgo a ojos cerrados. La cocina exquisita y los vinos...conocer a Javier es descubrir con él esa otra parte del mundo del vino la parte que que no se puede medir porque solo se puede sentir.
Es un lugar ineludible si alguien se encuentra en 100 km a la redonda y es un apasionado del vino.
Excelente restaurante en el que se aúna la maestría de Rafa Arnau en la cocina con el buen hacer de Javi Serrano en la sala. Lugar obligado para vinófilos y enópatas, donde el trato del vino es inmejorable: temperatura de servicio, decantado, envinado de todas las copas y bodega con una selección en la que se encuentran algunas joyas de las que hacen perder la cabeza. Los amantes del Loira pueden encontrar allí alguna de las maravillas que esta región vinícola ofrece al mundo a precios más que razonables: Vovray, Savenniéres, Coteaux du Layon, Bonnezeaux... Mejor no sigo, porque empiezo a babear solo de acordarme. Nosotros tomamos un menú de setas y caza absolutamente memorable, desde los buñuelos de viento de setas hasta el helado de amanita cesárea. Javi envinó, según mis cálculos, más de 200 copas para una mesa de 12 comensales. Un 10 para la comida y otro tanto para el vino. Probablemente la vez que más he disfrutado en un restaurante.