Visita improvisada al restaurante Can Culleretes de Barcelona, según parece el mas antiguo de España en actividad (desde 1786). No habíamos estado nunca.  Nos lo hizo descubrir un amigo con el que nos habíamos citado en la ciudad condal ese día.

He visto a posteriori que el ultimo comentario sobre este restaurante en Verema, muy antiguo, es de Antoni Alicante y data del 2009. En cuanto entras al restaurante, retrocedes al menos de un siglo. De entrada, te encuentras con una gran sala rectangular con mesas también rectangulares de diferentes dimensiones con manteles de tela, sillas antiguas de madera , paredes con azulejos, muchas fotos de personajes celebres que han pasado por el restaurante, techo con vigas de madera ... evocando la época modernista y precedentes, y tras esta sala vislumbre otras, algo diferentes, con grandes pinturas de estilo costumbrista y mas fotos sobre sus paredes.

Fuimos a comer 3 personas a las 13h ( nuestro amigo había reservado). Nos situaron en una mesa grande y rectangular al final de la sala de la entrada descrita anteriormente. El servicio de sala fue correcto, vajilla y cubertería estándar y copas muy mejorables. El servicio del vino no existió pues nos lo dejaron en una jarrita sobre la mesa.

El local se llenó hasta los topes, tanto de barceloneses como de turistas.

La cocina es de tipo tradicional catalana de mercado. Proponen 9 menús distintos cuyos precios oscilan entre 16,50 € y 38 € (todo incluido) y la carta.

Optamos por tomar el menú del dia a 16,50 €, con 8 primeros platos a escoger, 7 segundos a escoger, 5 postres a escoger, con una bebida y pan incluidos. Este menú se sirve de martes a viernes no festivos  al mediodía.

Detallo pues los platos escogidos por cada comensal :

Primeros :

Carxofes gratinades al roquefort (2). Alcachofas gratinadas al roquefort. Según me dijeron estaban muy buenas.

Musclos a la marinera. Mejillones a la marinera. Servidos directamente en la sartén (recién salida del fuego, quemaba muchísimo). Mejillones de buen calibre, gustosos, bien limpiados y con una buen salsa.

Segundos :

Jarret de vedella guisat amb rovellons. Jarrete de ternera con niscalos. Por lo referido, estaba bueno.

Calamarcets a la graella amb all i julivert (2). Calamarcitos a la plancha con ajo y perejil. Frescos y muy buenos.

De postres tomamos :

Flam de la casa (2). Flan de la casa

Crema catalana

Olvidamos de hacer las fotos. Ambos postres correctos.

Para beber tomamos agua mineral,  una jarrita de vino blanco y media jarrita de tinto. Vino de mesa sin mas. No vi  la  carta de vinos, como nos invitaron no osé solicitarla.

Finalizamos con 3 cafés.

La cuenta ascendió a 16,50 €/persona ( precio del café no incluido). Excelente RCP. Buena cocina de mercado sin florituras. Si un día estamos por esa  zona de Barcelona (Plaça Reial o Rambla de Santa Mònica ) no digo que no volvamos a visitarlo para hacernos una mejor idea del restaurante.

Comida rica a buen precio, servicio amable y eficiente, entorno aceptable... No necesito mucho más si lo que pago son 25 euros.

Tenía muchas gans de visitarlo por lo que me habían dicho: el restaurante más antiguo de España. No me pareció anticuado ni nada de eso. Local clásico, repleto de gente, eso sí (turistas y clientes lugareños habituales, deduje). Mesa vestida con mantel de tela y aire acondicionado que se agradecía un montón. Tomamos varias entradas al centro (esqueixada, chipirones, ensalada...) y estofado de jabalí (buenísimo). Crema catlana y otros postres. Cerveza Estrella, por supuesto, y dos botellas de Jaros a 19 euros (buen precio, no?). El vino muy bien de temperatura pero se deja en la mesa y con las copas normalitas.

Lo dicho. A mi me convenció y está a un paso de La Rambla

Local tirando a cutrillo apto para celebraciones en grupo. Dejan liarla y hacer follon. Recomendaría tomar cocina típica catalana. Surtido de ensaladas malo. Rape soso. Eso si, muy barato. Carta de vinos reducida y servicio malo. Platos y vasos han vivido mejores épocas............ Espacio hiperaprovechado. Sillas incomodas. Bueno y que se puede esperar por ese precio?

Es el restaurante al que acudieron mis abuelos en su luna de miel, y dudo de que haya cambiado. Lo recomiendo cuando turistas me preguntan por cocina catalana tradicional. Cerca de las Rambles y la Plaça Reial, es un refugio donde esconderse de la paella, la sangría y olé! Buen precio y comida de siempre. Efectivamente, mejor tomar una cerveza si lo que queremos es no ponernos nerviosos con el servicio del vino.

Can Culleretes, el restaurante más antiguo de Barcelona y el segundo más antiguo de España, es un local sincero, directo, sin pretensiones de ningún tipo, donde uno todavía puede comer o cenar cocina tradicional y rápida sin la obligación de sentirse estafado -al estilo del mítico Chartier de París-. Sin embargo, no nos engañemos: muchos de los platos son mejorables, así como el servicio de vino, que podemos afirmar que es testimonial. El servicio, acorde al precio y al setilo de la casa: rápido, directo y un tanto brusco sin caer en ningún momento en la estupidez bronca que reina en algunos locales con solera.
Resumiendo: un lugar para rememorar ambientes en extinción, los de aquella Barcelona pre-fashion en la que uno podía sentarse a comer unas espinacas a la catalana, un civet de jabalí y un "pijama" sin pagar por ello más de mil pesetas.

Coincido en la mayoría de comentarios de JuanSuch. Excelente (y casi ineludible) opción para todos los que visiten Barcelona y decidan conocer uno de los restaurantes más entrañables y con mayor historia de la ciudad. El local está decorado con las diferentes cartas y menús que han ofrecido en el siglo XX; que se dice rápido!!!, además de una curiosa selección de fotografías en blanco y negro de artistas y famosos (o en su tiempo lo eran...). En todo el local se respira un cierto aire decante, encantador...
La cocina representa de forma muy correcta la cocina tradicional catalana (platos copiosos de mar y montaña). Muy recomendable el pedir la ’butifarra amb seques’ (judías blancas) o una zarzuela de pescado. Menú por debajo, en precio, del resto de restaurantes de la zona, que salvo excepciones no ofrecen nada especial. Curiosa mezcla de clientes locales (de toda condición) y turistas en un ambiente familiar y algo ruidoso. Trato exquisito de los propietarios. Muy bien!!

Paseando desde las Ramblas por el Barrio Gótico encontramos por casualidad este restaurante, que luego descubrimos que es uno de los más típicos de Barcelona, fundado en el año 1786 (según el Guinnes, el segundo de España en antigüedad). Lleno a rebosar pero servicio muy rápido. Ambiente de bistrot, con mesas muy juntas y mucho turista. Buena cocina catalana a precios rompedores. El servicio del vino ... tras ver las copitas duralex que tienen prefiero pedir cerveza. Aquí se viene a comer raciones abundates a precios buenísimos. Excelente relación calidad-precio y servicio muy rápido a pesar de tener múltiples salones. La fórmula les funciona así que lo de mejorar el servicio del vino supongo que les preocupa poco.