Nuevas jornadas especiales, en este caso dedicada a la alcachofa y de complemento, a los calçots, sirve de excusa para una nueva visita a este local que no para de organizar motivos para ser visitado. El local se llenó en un lunes aunque la verdad es que eran pocos los asistentes dedicados a estas jornadas y más centrados en un buen menú del día con principal de gazpachos manchegos (¿en realidad son de origen manchego?).

El chef, allí presente, Sebastián Romero, valenciano casi de nacimiento, lleva las riendas del local desde hace 30 años después de abandonar el bar familiar y con paso por cocinas importantes españolas (El Bullí, Quique Dacosta...). La sala es cosa de Blanca que no lleva tantos años porque no los tiene, pero con experiencia sobrada de 10 años en la casa consiguiendo un servicio tan académico como amable y eficiente.

Esta vez somos ubicados en el comedor más interior aunque creo que no hay un criterio claro para la distribución, más allá de conseguir mayor eficiencia en la sala. Más amplio con una libreria que contiene libros de cocina de los mejores chefs del mundo, desde el Noma a Ruscadella.

Lo que contiene el menú especial de estas jornadas ha sido:

. snaks de la casa: chips vegetales de calabaza y de alcachofa: bien resueltos, un punto salados pero agradables. Acompañó un platillo con unas muy correctas aceitunas sin hueso.

. carpaccio de alcachofas con fresones y vinagreta cítrica: con la verdura cruda y laminada y bien adobada (¿algo de macerada?); sorprende y gusta.

. ensalada de escarola, alcachofas encurtidas y cebolla tierna: productos de difícil ensamblaje y maridaje pero que aquí se consigue que las medias alcachofas y la escarola hagna combate nulo y no se imponga ninguna de las dos; la cebolla demasiado testimonial perdió el combate. Muy bien.

. teja de calçots con romescu: con el consabido babero, compartimos una teja de unos calçots de tamaño medio, bastante homogéneos de tamaño medio, bien de brasa, jugosos y tiernos; la salsa romescu lleva un importante punto picante que a otros les va a parecer excesivo pero que yo repetí de cesta de pan cuando se acabaron (demasiado pronto) los calçots. Muy bien.

. arroz meloso con alcachofas, sepietas y coliflor: servido al centro en un puchero metálico, que mantuvo muy bien el calor, un arroz al punto con buena base y con bastantes tropezones. Recomendable. Por las noches se sustituye el arroz (los valencianos no comemos arroz de noche salvo en fallas) por chuletitas de cordero con ajos tiernos, alcachofas y patatas asadas.

. flan de alcachofas con frutas de invierno: la alcachofa en el flan se notaba si no las tomas con los cítricos (naranja, fresas..) quedando un postre refrescante y poco dulzón. No pasa de curioso pero el esfuerzo de rizar el rizo, es de aplaudir.

. rematamos con un "cremaet" muy bien preparado, pero que un pequeño detalle de chocolate hubiera complementado bien.

Para beber y de forma incluida llevaba un cerveza artesanal por persona que resultaron ser la cream ale y la red ale de la Antiga, una cervecera valenciana. Añadimos un tinto y medio de verano; lo del medio tinto bien facilitado por la sala y muy bien preparado en cocina, casi como un cóctel.

La verdad es que hay que estar atento a este tipo de jornadas, siempre interesantes y que merecerían más difusión, tanto y cuando el local no está ubicado en la capital.

Un local que se dinamiza por diferentes jornadas gastronómicas a lo largo del año (leí un menú erótico que habrá que probar su efectividad) y en este caso es la recuperación de un arroz al horno que se hacía en todas (más o menos) las casas del pueblo cada viernes de hace años: un arroz sin producto cárnico, algo que se hacía en muchos sitios cercanos solo en cuaresma, pero que aquí era típico de todas las semanas.

El local tiene una distribución en dos comedores separados entre sí y abiertos a la barra que ocupa el lado derecho de la sala y precede a la cocina. Ahora y gracias al Covid las mesas, que siguen siendo pequeñas para compartir, están muy separadas; las sillas no son tampoco para estar muchas horas pero sin embargo el ambiente es hogareño con presencia de libros, bonita decoración y colores y banco en una pared con almohadas que invitan a informalidad sin perder decoración. Mesas sin mantel, copas vajilla y cubiertos bien. Servicio de sala escaso pero cumple con voluntad, aunque a veces hay que buscarlo porque, entre la barra y el otro comedor, no hay contacto visual. Buen ritmo de salida de platos desde cocina con un aforo casi completo. La insonoridad se ve perjudicada por amplios ventanales pero se agradece la luz natural y como dice Quique Dacosta, el ruido lo hacen los clientes.

Cuatro esmorzadores que cambiamos de tercio (de horario) para comer:

. snack de la casa: un par de cuencos con palomitas de maíz (poco crujientes) y unas buenas aceitunas. Me sigue molestando que si hubiera ido solo a comer me hubieran puesto la misma cantidad; tampoco pretendo que multipliquen por cuatro, pero al menos sí un par de cuencos de cada.

. tosta de sardina ahumada con encurtidos: los encurtidos hacen salivar y prepararte para la comida. Bien de sabor y texturas.

. ajoblanco malagueño con cerezas y aove: sencillo plato bien resuelto con aditamentos testimoniales. Cumple.

. croseta con mayonesa vegana de trufa: croqueta casera recien hecha, crujiente y cremosa (y caliente), correcta de sabor. Muy bien.

. arrós al forn d´Alaquâs de dejuni (arroz al horno de ayuno): servido en cazuela de barro (no debe ser de otra manera) al centro, recien sacado del horno con buena presencia, excelente punto del arroz, raciones buenas; hay que asumir que lo vegano siempre tiene menos sabor, pero cumplió.

De postres, siendo todos caseros:

. tarta de queso: sorprende que sea preparado y servido en copa alta; precisa de profundizar la cuchara para recoger todas las texturas del crumble de almendras y los frutos rojos. Original y sabroso. 

. helado de horchata con mermelada de naranja x 2: sorprende que este postre con ingredientes tan valencianos no esté extendido. Bien.

. dos chocolates con pan, aove y sal: helado de chocolate blanco y crema de chocolate negro: referido como bueno pero muy escaso. No es necesario trasladar la decoración minimalista al plato.

Parar beber 4 dobles de cerveza de presión de Heineken y 3 Amstel radler. Por supuesto  y como buenos devotos del almuerzo rematamos con 4 cremaets que resultaron buenos. La carta de vinos dispone de una buena amplitud de blancos (12-25€) con especial dedicación a la comunidad; buena presencia de cavas con más amplitud de precios, cuatro rosados y una también notable presencia de tintos valencianos (sorprende 3 tintos de Castellón) y más testimoniales otras denominaciones de origen. Además son vinos que se salen de los vinos habituales; carta bien cuidada de bodegas seleccionadas.

Ahora se apellida "gastrotapas" el local pero mantiene una buena cocina y una ubicación agradable. Hay que estar atentos a las diferentes jornadas aunque también dispone de una amplia carta con tapas de temporada, tapas del mar, especialidad en arroces

Un clásico en temporada de setas y que este año toca remar contra corriente porque hay pocas en cantidad, variedad y calidad, pero sigue el esfuerzo de locales como éste por dar una opción en temporada,

Mesas en un bonito comedor bien decorado, algunas más juntas de lo deseable (hasta el punto de coger el aceite sin levantarte) que si se llena debe agobiar un poco la cercanía de otros comensales; al menos deberían situarse con desnivel para que los cantos de las mesas no estén contiguos. Servicio en sala efectivo, incluso por le propio chef en algunos momentos; buen ritmo de platos.

Dos opciones de menús sobre la mesa, pero ya teníamos la reserva de menú de setas. En la carta de vinos hay muchas opciones con gran predominio de valencianos y con precios buenos.

Dos veremeros para comer y beber. Para beber: agua sin gas y Tantum Ergo brut nature 2013 ya maduro en color y sabor. Para comer y sobre la mesa un pan loncheado cumplidor y un aceite Conde Benalúa Bio demasiado poco expresivo y que cambié con la mesa vacía vecina por un provocador Amarga y Pica que cumplía lo prometido.

El menú (35€):

. snacks y encurtidos: a modo de aperitivo: buena mezcla para empezar a segregar y preparar para la comida.

. carpaccio de champiñones y boletus con vinagreta de trufa (agaricus y boletus edulis): buenas láminas y presencia de trufa correcta.

. salpicón de setas de cultivo con jurel (lentinus edodes, shimeji, pleorotus erinjii): con pimiento, granada, cebolla, manzana verde y el pescado. Buen conjunto y buen punto de vinagre.

. coca de níscalos con embutido de Requena  (lactarius deliciosus): genial, a modo del famoso bollo de Requena en la base pero con los ingredientes comentados apoyados en superficie. Muy recomendable.

. gazpachos de pastor con setas y rabo de vacuno (craterellus, oreja de cerdo..): preparado con la carne de rabo de toro marcada en plancha (algo se secó) y servido aparte de los gazpachos que van en paella al centro. Original e interesante.

. bizcocho (de chocolate) de (con) trompetas de los muertos, natillas y sorbete de frambuesa y maracuyá (craterellus cornucopioides): mezcla de elementos bien hechos pero poco armonizados como conjunto. Destacable el sorbete.

Buen café final.

Un restaurante de 20 añazos, reconvertido en gastrobar, la mitad de el.
Calido, acogedor y diligente, buen precio, buena materia y buena preparación.
A destacar los buñuelos de bacalao, ensaladilla rosa y bull- burguer.

Acudimos al nuevo espacio de gastrotapas que tiene este restaurante desde hace unos meses.
El local es moderno e informal, lástima la mala sonoridad.
El menú se compone de 6 tapas para compartir y un postre individual a 16€ IVA.
Me gustó la ensaladilla rusa de remolacha con ventresaca de atún, la tosta de tomate con anchoa y sobre todo los "pepitos".
El carpaccio de atún, estaba demasiado frío (cosa casi generalizada en los restaurantes) y hubiese ganado bastante si se hubiera atemperado, y el ratatouille con huevo a baja temperatura, no me dijo nada.
Para acabar la parte salada, un almusafes con una cebolla pochada con sabor a canela.
La parte dulce se compuso de una copa de chocolate con petazetas y nata.
Servicio muy rápido y desenfadado.
Pedimos unas cervezas ya que los vinos nos parecieron un poco caros para ser la zona de tapeo.
La comida la valoraría con 6, pero con el sistema de puntuación de verema, se queda en un 7.
Vale la pena sobre todo si se vive por la zona.

No conocía este restaurante en Alacuas, dos ambientes, restaurante y zona de taspas.
Tomamos tapas; Buñuelos de bacalao, muy rico.
Carpaccio de ternera, muy bueno.
Ensaladilla rosa, un poco sosa.
Brochetas de cordero al estilo moruno, deliciosas.
Cazuelita de huevo y migas, correctas.
Buen sitio, volveremos a probar la carta.
A destacar servicio y el precio.

Visita al restaurante La sequieta, un clasico reconvertido en gastrobar,dividiendo el salon en dos ambientes,restaurante y gastrobar,decoracion moderna y agradable,servicio muy atento tomandonos nota el chef.
Tomamos buñuelos de bacalao,deliciosos,clochinas con escabeche de zanahorias,muy ricas,boquerones con vinagreta de frutos rojos,talvez lo menos sorprendente de la cena y hamburguesa de rabo de toro,muy rica y muy contundente tomamos cervezas y copa vino blanco(no recuerdo)sitio agradable y muy recomendable les deseo toda la suerte del mundo en esta nueva andanza.

Primera visita desde que este restaurante tiene un nuevo espacio de gastrotapas, se puede cenar muy bien a un precio mas que razonable. Este nuevo espacio es mas informal y de un estilo mucho mas moderno que el restaurante, mesas sin mantel y otras mesas altas con taburetes. Hay un menú tapas, pero optamos por pedir nosotros:
-ensaladilla rossa
-boquerones con frambuesa
-carpaccio de gambas
-buñuelos de bacalao (muy ricos)
-hamburguesas de rabo de toro.
Para beber, cervezas heineken y un par de copitas de vino blanco de rueda. Muy bueno todo.

El pasado 16 de Agosto y gracias a la insistencia de unos amigos, descubrí este restaurante de Alaquas y al responsable del mismo...Sebastián Romero, un chef que entre otros hizo stages en el Bulli, Oscar Torrijos o el Angel Azul.

En cuanto al entorno, nos comentó que han realizado una gran reforma y diferenciado claramente dos zonas, el Restaurante y un espacio completamente nuevo, mas informal, donde se sirven sus Gastro-tapas (Nosotros nos decantamos por esta segunda opción)

La carta de vinos es algo corta pero con buenas referencias, Abadia Retuerta, Finca Terrazo o el Pago de los Capellanes, que fue el vino escogido para maridar nuestra cena.

La cena se compuso de tapas frias y calientes y salimos llenos y satisfechos (queda pendiente una visita al restaurante para probar su menu degustacion).Empezamos con;

Ensaladilla rossa con ventresca de atun; Un plato ligero que sorprenidó, pues se trata de una ensaladilla hecha con remolacha, y con trozos de ventresca de atun coronandola...Una tapa muy suave, ya que no se apreciaba la amargor habitual en la propia remolacha.

Anchoa sobre tosta de aceite y tomates secos; Buena anchoa, tapa bien resuelta.

Boquerones en vinagre y frambuesa; Buen contraste entre lo avinagrado del boqueron y el sirope de fambruesa..de nuevo un plato ligero y diferente.

Buñuelos de bacalao con all i oli de perejil; Muy buen plato,el buñuelo esponjoso, suave, con un toque justo de all i oli sin pasarse, una de las tapas de la noche sin duda.

Coca de sardinas y manzanas con queso de cabra; Nos recordó a la famosa coca de sardina de La Salita,pero con un nuevo contraste entre la manzana y el queso de cabra.La sardina bien, ni aceitosa, ni muy seca, en su punto.

Patatas la mar de bravas; Para mi la tapa mas floja...Aunque la salsa estaba bien, quizá el fallo fueron las patatas.

Burguell Bull (Hamburguesa de rabo de toro); Sin duda el plato de la noche, nos comentó el Chef que hace poco que aparece en la carta. buen pan para la hamburguesa, el rabo de toro se presenta sin hueso, tan solo la carne estofada servida en pan de hamburguesa.Lo dicho, buena presentacion, muy buen sabor, una manera diferente de probar un plato contundente.

Secreto iberico con verduras; Tapa sencilla, sin mucho misterio, y que daba paso a los postres.

Los postres;
Blanco y negro; Tradicional servido de manera diferente.
Yogurt de chufa con fruta y sorbete de mandarina; Muy bueno, el yogurt, había chufas enteras junto a la fruta, ligero el sorbete de mandarina.
Espuma de natillas con galletas oreo y frambuesa; El mejor de los tres, muy bien las natillas,servidas en copa,punto justo de canela, las galletas eran mini-marías...en lugar de las oreo.

Acabamos con unos gin tonics (tiene una carta con mas de 20 referencias),algunas realmente diferentes como el Blue Ribbon Jamaicano que pidió mi amigo,con unos granos de pimienta tambien Jamaicana muy especiadas. Realmente bueno!!

No puedo hablar del precio ya que fui invitado, pero como queda pendiente la visita al restaurante, ya comentaré la RCP.

Un Saludo.

anche aqui la crisis ha affectado a el restaurante. Poco comensales para disfrutar de la cocina de sebastian romero.
Local ambiente de los años 70. Van a remodelar le dentro poco.
Al primo contacto Sebastian esta un poco lejano al cliente pero una vez que le facilites la oportunidad es un hombre muy afable con quien se puede hablar. Mucha atencion de agradar.
Cocina sencilla con toque de autor. Experiencia positiva.Buñuelos de bacalao con alli oli de perejil muy buenos. Pepito de pimento amb tonyina con verduritas y piñones excellente y crujiente (modo tempura). Fideos marineros con gambitas y sepia suave
Carta de vino blancos buena y buena presentacion pero un poco pobre. Buena temperatura de servicio