Reservé en este local para comer en nuestro primer día en Santander. Después de indagar por la sección de Restaurantes y consultados un par de prestigiosos foreros de la zona tampoco encontraba demasiadas alternativas que tuvieran una buena RCP y me sorprendieran un poco.

Así que después de un largo paseo desde el centro hasta la playa del Sardinero (vaya pasada) haciendo parada en el Palacio de la Magdalena nos presentamos en este restaurante de reciente apertura.

Local moderno, algo "cool" que diría G.M.. A_la entrada en la parte de la derecha una barra bastante sugerente y mesas altas para copear. Al fondo a la izquierda el restaurante con aforo para no más de 25-30 personas.

A nuestra llegada previa reserva solo una mesa ocupada. Pasaban de las 14.30 así que una de dos o en Santander se come tarde o ese viernes pinchaba el local. Nada más lejos de la realidad, conforme fueron pasando los minutos acabo llenándose , doblando alguna mesa.

Nos recibió el Jefe de Sala, tomamos asiento y nos trajo la carta a modo de periódico (una moda? en Bilbao Baskook lo ofrece también ). Fuera de carta no canta unos platos: Arroz cremoso de calamares, calçots¡¡¡¡ y alguno más que no recuerdo. Y con una media sonrisa me dirijo a él y le digo "Venimos de Valencia". Su respuesta muy profesional: creo que tendría que haberme callado estos platos.

Así que después de ojear detenidamente la oferta y pidiendo algún consejo esto es lo que comimos Calçots incluidos¡¡¡

ENTRANTES

Huevo a 62º ravioli de morcilla y caldo de garbanzos al lemon grass

Calçots

PRINCIPALES

Raya asada al horno confitura de azafrán, ensalada de wakame y láminas de zanahoria violeta

Rabo de buey envuelto en láminas de apio´nabo y emulsión de alcachofa

De los entrantes muy correcto el huevo con el ravioli y el caldito de garbanzos. Los calçots ya son otro cantar. Al final los pedí casi por curiosidad: A ver que son capaces de hacer en Cantabria con esta receta típica catalana¡.
Iban acompañados de una mayonesa de ceniza y verduras y una crema fresca de cardamomo. Los calçots nada que ver. Eran pequeños y sin apenas cabeza. El romescu desaparecido.

No estoy en contra de las modernidades pero revisar un plato tan típico y de temporada creo que no ha lugar. Es como deconstruir una paella o hacer una nueva versión de está.

Los principales, buena la raya y de nota el rabo de buey: meloso, suave.

POSTRES

Torrija de pan caramelizada, crema untuosa de avellana, helado de zanahoria y hierba-luisa

Natillas de calabaza con vainilla,mandarina y kumquat confitado y polvo de galleta.

Mucho mejor la torrija. Las raciones contundentes

VINOS

Dispone de una carta bastante interesante y más amplia de lo habitual en locales de este tipo. La mayoría se pueden tomar por copas. Probé el Vizcarra Crianza 2009 muy bueno con un servicio correcto.

Dos buenos cafés y dos chupitos de orujo de hierbas remataron el ágape.

Sinceramente me gustó aunque con sus fallos. El servicio joven y desenfadado. El jefe de Sala muy amable toda la comida y en su sitio. Sabe de que va esto. En Valencia hay bastantes locales de este tipo ahora mismo que ofrezcan menús a precios similares (en este caso 18e ). Por lo que vi, Santander no anda sobrada de ellos. Creo sinceramente que se nota menos la crisis.

Una curiosidad o un ruego, porque nos empeñamos en dar platos que no son de nuestra zona (calçots aparte). Al salir de el Gran Cru me topé con tres menùs del día donde se ofertaba paella mixta. Ver para creer.

Quedamos a comer en este restaurante con el amigo Moongoose antes de acudir a la feria Divinos 2013.
No nos explayaremos mucho en describir el local ya que está perfectamente definido en los anteriores comentarios, eso si, estaba lleno y doblando mesas.
Como apreciación personal decir que las mesas son un tanto pequeñas y la carta aunque de presentación original a modo de periódico, se hace un poco difícil de manejar.
El menú cuesta 18€ y se compone de entrante, segundo, postre y copa de vino, aunque alguno de los platos lleva un sobrecoste.

- Entrantes, los dos nos decantamos por el arroz cremoso con calamares, presentado en mini paelleras individuales, arroz aldente, con su punto justo de cremosidad y buena cantidad de tropiezos.
De segundos:
- Bacalao "negro" con untuoso de pimiento verde, como reza el nombre, el bacalao es literalmente negro por fuera, pero creo que se trata de pescado fresco y no es que me entusiasme en exceso, se acompaña de crema de pimiento verde y cortezas elaboradas con piel de pescado que las faltaba un punto crujiente.
- Lubina a la plancha con setas y algo mas que no recuerdo, tenía buena pinta, no puedo especificar mas.
De postres:
- Torrija de pan caramelizada, crema untuosa de avellana, helado de zanahoria y hierbabuena, torrija de considerable tamaño, crujiente por fuera y muy cremosa por dentro, rica, rica.
- Bizcocho de oreo y plátano, presentado en pequeños cubos y si no recuerdo mal el plátano en helado, probé un poco y estaba muy bueno.

En cuanto al vino, todas las referencias que tienen en carta, también las tienen por copas a precios bastante razonables, en este caso tomamos por copas un Donnhoff Riesling Troken 2010 y Alda 2011, servidos perfectos de tª y en copas Schott.
Terminamos con un par de cafés.
En definitiva, una buena opción para comer de forma informal con ciertos toques creativos.

Dia veraniego, absolutamente chocante en esta Cantabria tan raruna. Desayunamos los mejores croisants de Santander y nos vamos poquito a poquito a la magdalena, juegos y vuelta.

Poco mas que decir acerca del local, quizas algo bajo de techo lo que le hace ruidoso, cosas a veces inevitables. Las mesas algo inestables, odio no estar en una mesa en la que te sientes bien seguro. Copas, cuberteria y vajilla muy correctos; se debio acabar el presupuesto a la hora de comprar manteles.

Buen menñu, con varias opciones apatecibles y platos con sobrecoste. De entre todo elegimos:

* Arroz cremoso con setas y pulpo, servido en una mini cacerola y rematado con unas lascas de cecina. Como bien dice el compañero al punto, algo durito, sabor a setas que mata el poco pulpo que por alli habitaba. Correcto.

* Carrilleras con cremoso de toffe (¿?) y verduras. Generosa racion, una de ellas muy jugosa por la gelatina entreverada y la otra quizas un poco mas seca, se echaba en falta algo mas de salsa y un plato en condiciones, por lo incomodo del mismo. Ricas.

* Merluza asada con jugo de vainas. Dos buenos trozos de pescado, correcto punto, pero mi acompañante comentaba que la conjuncion no le terminaba de encajar, a mi no me desagradaba.

* Torrija con turron y helado de zanahoria y hierbaluisa, de nuevo muy generoso plato, lo he probado y me gusto mucho, creo que el pan es el mismo que utilizan para comer, pero no estoy seguro. Muy rica.

* Manzana x4, en 4 formas (tarta, helado, mini manzanas e infusion). Muy conseguida la infusion y el helado, curiosas las manzanitas y bien la tarta, formada por un bizcocho/sobao enjugada y forrada por finas laminas de manzana ligeramente tostado. Buen conjunto.

Para beber 2 copas de Dönnhoff 2010 trocken (3,10€) y una de 12 volts (2,80€). Muy buen pan, cosa dificil de encontrar ultimamente. Un par de botellas de agua de la tierra.

Servicio atento y eficaz, sin problemas por ese punto.

En general me ha parecido una buena opción, en rodaje, pero mostrando un conjunto global muy acertado, con buenas opciones para comer o tapear y 100 vinos por copas a un precio muy bueno.

Volveremos.

Hoy he comido en este restaurante, gastrobar, era una reunión informal, un grupo de siete amigos con la intención de pasarlo bien y comer de menú.
El local está remozado, anteriormente era una cafetería. Muy bien situado, en el centro comercial de Santander, es decir muy bien comunicado y con tres aparcamientos subterráneos en los alrededores.
Luminoso, con preponderancia de colores de la gama de los beiges-maderas claras, y mobiliario rectilíneo, con zonas parcialmente diferenciadas de ambiente de barra y tapeo y de mesas. La sonoridad es buena.
las mesas sin mantel salvo una revista/carta y carta de vinos bajo el plato, se podía interpretar como un mantel individual.
El menú del día a un precio de 18 euros incluye dos platos a elegir entre dos grupos de seis a ocho platos, que tenía unos apuntes que en ciertos platos aumentaban el precio del menú de uno a seis euros (me sorprendió, no estoy acostumbrado a esa 'tasa'), pan copa de vino y agua.

La comida evolucionó desde una cierta decepción inicial ante la parquedad de los primeros platos, por otra parte muy bien emplatados: Verduras a la plancha y crudas, pocas y pequeñas, pero excelentes. Arroz en un punto justo justo incluso corto, con un gran aroma a setas.
Mejillones al curry apreciados incluso por los no habituados a mezclas de sabores.
Huevo a 62 grados con ravioli de morcilla muy bien conseguido.

Los segundos platos ya fueron más contundentes:
Carrilleras secas y crujientes por fuera corta melosidad por dentro.
Cochinillo lardado bien.
Bacalao excelente.
Se presentaron en raciones normales (lamento no tener la descripción completa de los platos, no iba mentalmente preparado para comentarlo después).
Y los postres fueron un final feliz:
Muy conseguida la manzana x 4.
La torrija, a mi entender, en su punto.

El servicio que es correcto y que se hace notar poco, tardó demasiado tiempo en la continuidad de la comida, con retraso en la presentación de los segundos y de los postres, con ese punto molesto de tardar en servir a uno de los comensales cuando todos los demás están servidos.

El vino, solo puedo decir que no recuerdo que fuera mostrado ni catado por ningún comensal. Y a sabiendas de la buena bodega que tiene, dejo a otros comentar ese apartado. 'Alguien' que me conoce, dice de mí que no me gusta el vino, pero se lo que es bueno, y lo tomo con placer.

¡Ah, el pan!, grandes porciones esponjosas y con corteza crujiente (lo siento el pan me mata).
Lo dicho, tengo que volver, con gente más atenta a lo que se come y se bebe, que me hace apreciar a mí también mejor todo, y que no enrede con el tenedor con lo que le han puesto en el plato (amigos: sí, pero la vaquiña por lo que vale).

No visité el baño, esencial.

El precio que pagamos está desvirtuado por cañas previas, extras, dos botellas de vino, 16 copas (dijo el maitre que 18 en cataluña...) y cafés, por lo que pongo el del menú.