Los dos pilares básicos en los que se centra su oferta culinaria son el arroz y las brasas. Practican una cocina de mercado mediterránea donde el producto es el verdadero protagonista. A mediodía ofertan un menú a 17.50€, consistente en un aperitivo, dos entrantes, un principal a elegir entre dos propuestas de arroz o una carne o un pescado y un postre. Los fines de semana el precio del menú se incrementa en 3 €. También ofrecen un par de menús más completos a los precios de 24 y 35 €. Evidentemente se puede ordenar a la carta con una oferta no muy amplia, pero sí interesante y de precios comedidos.
La propuesta vinícola, sin ser muy extensa está muy pero que muy bien escogida. Clasificada por tipos y posteriormente por D.O.’s o indicaciones geográficas, con un apartado específico para vinos internacionales. La cristalería de calidad, de la marca Riedel, el vino se sirve a la temperatura adecuada y descansa en armarios climatizadores. El servicio se circunscribe a la presentación, prueba y primer relleno, luego funciona en régimen de autoservicio. El recargo en el precio de los vinos es muy ajustado, una media del 30% sobre el precio de tienda.
Menú propuesto para ese día:
Aperitivo
Crema de céleri y queso Picón, crema de apio con trocitos de pan frito y el queso azul. No la probé por mi intolerancia al queso, pero Ana dijo que estaba muy buena. Excelente forma de entrar en calor.
Entrantes:
Mejillones al curry verde. Bivalvos de buen tamaño con una salsa ligeramente picante, lo justo para darle “ese toque de gracia”
Canelón de carrillera y ceps. Sabroso y bien cocinado.
Principales a escoger:
Arroz de cigalitas con habas y sepia.
Arroz de almejas y gambas.
Arroz de costillas, codorniz y setas.
Como éramos seis pedimos los tres tipos de arroz. Yo probé dos, el de cigalitas con habas y sepia y el de costillas, codorniz y setas. En ambos aprecié un fondo sabroso y consistente, un adecuado punto de cocción del arroz y una materia prima de calidad.
Añadimos fuera del menú dos platos de pulpo a la brasa que venían acompañados con un “trinxat” de col y patata. El pulpo cocido y rematado en la brasa, de una textura perfecta y un sabor ahumado muy rico. Tal vez la ración algo escasa.
Y un plato de atún a la brasa por iniciativa y gentileza de mi amigo y compañero restaurantero Aurelio G-M que también se encontraba comiendo con su familia en el restaurante. Destacable la materia prima, el acertado punto y el sabor ahumado que le trasmite las brasas.
Postre: Sopa de fresas con yogur y mango. Buena presentación y conjunción de sabores. Una manera refrescante de terminar éste contundente ágape.
Para beber, inicialmente cervezas unos y finos para otros (como yo). En la comida empezamos con un Riesling Trocken Dönnhoff 2010, seguido de dos botellas de La Atalaya 2009, un coupage de garnacha tintorera y monastrell de la D.O. Almansa.
Recomendable restaurante en el barrio del Carmen de Valencia donde bordan los arroces y puedes disfrutar de varias propuestas cocinadas a la brasa. Todo ello acompañado de una buena carta de vinos, a precios ajustados.
Post completo ilustrado con fotos en: http://www.vinowine.es/restaurantes/arroz-y-brasas.html
Bien cierto es una "joya"
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