Visita a la ciudad de Zaragoza, con el fin de asistir a la reunión de restauranteros, llegado el día antes y visita a este local, que conocía de una visita anterior hace unos 3 a 4 años.

Situado en una calle de la zona céntrica, cerca y perpendicular a la plaza del Pilar.

El local es una simple barra sin sillas ni mesas, que se visualiza perfectamente desde la acera y nos hemos acomodado cuatro comensales a la izquierda de la barra, en una zona que aunque no se dispone de mesas, si de una barrica que nos hizo perfectamente la función de una mesa, estando sentados en unas banquetas.

Y empieza el festival:

Para calentar los dedos, hemos pedido primero, unos caracolillos de mar(bígaros) y unas cañaillas, presentados con una salsa de tipo romesco y otra de “la casa”. Generoso tamaño de loa caracolillos, en su punto de carne las cañaillas, que en mi criterio suelen resultar algo duras, cosa que en este caso no ocurrió. Empezamos bien.

Unos camarones a la plancha que antes de pasar por la misma, nos enseñaron y pudimos apreciar que algunos saltaban en la fuente en la que están colocados: como comprenderéis con ese frescor, de muy buenos no podían bajar.

Salmueras : bocartes en salmuera que en esta tierra, les sacan y les aliñan con vinagre , algo de aceite y ajo picadito, estaban buenos, pero quizás ante nuestro recuerdo de los bocartes (anchoas) de nuestra tierra, nos gustaron, sin entusiasmarnos.

Bonito en conserva, presentado en un taco, con unos pimientos. Plato que para los adeptos estaba muy bueno.

Zamburiñas: otra vez a lo máximo llegamos, que punto, que tamaño y que textura.

Navajas a la plancha: grandes, que de entrada daban la sensación de ser demasiado en tamaño, pero que tras probarlas, el tamaño era lo que mas importaba, pues tenían un buen punto y a más grandes, mas carne a disfrutar.

Berberechos al vapor: producto muy sencillo elevado a magnifico por el frescor y el punto.

Pulpo a la plancha, presentado como unas tapas, con una patata bajo del mismo: me gustó, sobre todo por lo bien que maridaron con el punto de aceite y pimentón.

Y acabamos (no os asustéis ante la cantidad que llevábamos) con una nécora a la plancha troceada y otra también en partes cocida: pues eso, más de lo mismo y de lo bueno.

De beber, tenían unas cuantas opciones, fuera de lo común en blancos, sabiendo muy bien los responsables del local, de que se trataba en cada vino que te ofrecían: tomamos Enate 2, 3,4 , con unas copas de un nivel aceptable.

En cuanto al precio, no puedo decir el montante final, pero si os afirmo que es muy comedido aunque se trate de marisco, no solo por lo que vi en la pizarra que hay en el local, con el tamaño de las raciones, sino que volví al día siguiente, a tomar otros berberechos con algo de pulpo con el mismo vino y el final de la cuenta fue bastante barato.

En conjunto local sencillo, que es para ir a tapear, incomodo si se quiere, pero que tiene un gran producto, muy bien tratado, servido con mucha amabilidad, diligencia y atención, a unos buenos precios y que si quiere un vino fuera de lo habitual en estos locales, se dispone.