Restaurante situado en la bonita ciudad medieval de Sarlat, de visita obligada si se está por la zona del Perigord. Arquitectura muy bien conservada. Ciudad pintoresca donde las haya.

La oferta de restaurantes en la ciudad es muy amplia y la gran mayoría proponen menús muy parecidos, centrados en la gastronomía tradicional de la comarca, que está basada en productos como el pato y la oca y sus derivados, donde la estrella es el foie gras, pero también elaboraciones con productos como la trufa negra, las setas y el queso de cabra (Cabécou).

Elegimos comer en este restaurante por ser un día muy caluroso y porque dispone de una amplia y sombreada terraza. En su interior dispone de varios comedores.

La carta de vinos es muy corta, básica y sencilla. Oferta tres opciones de vinos por botellas de cada tipo (blanco, rosado y tinto) y también tres opciones por copas. Las copas, como en casi toda Francia: pequeñas y malas.

El menú que elegimos por 19 euros consistió en:
• Bloc de foie con tostada. Generosa porción y buena materia prima.
• Tortilla de setas. Aceptable, aunque un tanto insípida.
• Magret de pato con salsa de trufa, acompañado de patatas al estilo local (fritas con la propia grasa del pato). Bueno en conjunto.
• Cabécou, pequeño queso de cabra de la zona.
• Postre: crema bruleé, bastante buena y servida ligeramente tibia.
Con una botella de vino blanco genérico de Bergerac y dos cafés, la cuenta ascendió a 48 euros.

Aceptable opción.