Local agradable ubicado justo al lado de las vías del tren que cruza toda la localidad de Vilanova i la Geltrú, ocupa una nave que otrora fue un almacén de FECSA donde supongo guardaban todo tipo de elementos eléctricos para dar servicio a RENFE.
En el local se ofrecen exposiciones de jóvenes artistas que cuelgan sus trabajos en los muros del comedor, en el local hay diversas propuestas de actividades de catas de vinos, cenas con maridaje de distintos "cellers" tanto de la próxima DO Penedés como de otras DO censadas en Catalunya.
Local con decoración minimalista si es que se puede decir que ésta existe, puesto que los caballetes de hierro que soportan la cubierta con su viguería de madera es de "per se" la mejor decoración.
Servicio joven y eficiente.
Ofrecen menú a la carta de diario a 18 € en el que puedes elegir entre 10 o 12 platos tanto de primero como de segundo, y varios y variados postres, el menú incluye agua y una copa de vino de la casa. Por las noches y festivos el menú es de 25E.
Nos acercamos a Vilanova un día al mediodía huyendo del gentío que ocupa Sitges los meses de verano.
Pedimos de primero croquetas de pescado y coca de cristal con escalibada y parmesano, raciones generosas y bien presentadas, las croquetas gustosas y crujientes, nada aceitosas. Los segundos coca con lomo de lubina con cebolla caramelizada y olivada y morro de bacalao gratinado con acompañamiento de tomate confitado.
Completamos con el postre que consistió en una tarta de chocolate casera con helado de vainilla y catanias de Vilafranca con Moscatel.
Acompañamos el menú con una botella de Blanc de Pacs, DO Penedés.
Dos cafés.
Muy buena opción para una comida o cena sin ninguna pretensión, pero donde lo que nos ofrecen es de calidad, bien cocinado y bien servido