Situado en la playa de Ereaga, con unas vistas privilegiadas, se encuentra este restaurante de reciente re-inaguración.
Dispone de varios ambientes donde poder tomar una copa, un aperitivo, picar algo.....
Luego tiene el restaurante asador y además el bistrot donde hemos cenado esta noche.
Se puede elegir entre la terraza cubierta o el interior. Hemos cenado en el interior.
La mesa de dos en un tanto pequeña, con mantel y servilleta de papel pero no de un papel cualquiera.
Las copas de buen tamaño y los cubiertos correctos.
Dos chapatas de pan bastante decentes.
La carta es bastante amplia, con posibilidades varias. De picoteo, sartenadas varias, ensaladas, varios entrantes y además platos para completar y postres.
Además te ofertan fuera de carta las recomendaciones del día, con el precio establecido que siempre es de agradecer.
Hemos comenzado con un salmón marinado con anís estrellado. Pues la verdad es que los dos hemos opinado lo mismo. Qué rico hubiese estado sin el estrellado.
El salmón bien, buena ración pero el sabor a anís es que no lo hemos entendido. A mi me han "matao". No es que estuviese malo pero no le pegaba ni con corcho.
Además nos han sacado un plato generoso de piperrak (guindillas fritas). Algunas estaban a mi gusto, de "anestesiarte" la lengua. Como decía mi aita, una vez que has comido una el resto ya no pican.
De segundos y era las dos opciones fuera de carta, un rodaballo con patatas. En la foto se puede apreciar, pensábamos que sacarían un trocito, pues no. Una señora pieza que hemos calculado en unos 600 grs. Muy bien hecho, ni poco ni mucho. Con los ajitos tostaditos y la piel turradita. La verdad es que mi chica se ha puesto las botas además de, generosamente, invitarme a probarlo. Muy rico, de verdad.
Y por 15 euros iva incluido. Un "regalo".
Yo he visto que ponía "callos a la bizkaina" y me he ido de cabeza, hacía...... mucho, muchísimo tiempo que no los comía.
Una cazuela de buen tamaño, los callos en su punto, con buen acompañamiento de txorizo, de jamón, con el picante exacto y la salsa espesita. He dejado la cazuela casi para sacarla sin fregar.
Riquísimos.
La carta de vinos no es excasa, con buenos tintos, varias opciones de blancos, rosados y cavas. Nos hemos decantado por un txakoli Gorka Izagirre, del que hacen en el Azurmendi, me encanta este txakolí. Buena nariz, muy buen paso por boca, fresco y correcta acidez. Postgusto suficientemente largo. A 15 euros.
Como había sitio, el café (suerte hoy también con el cortao, café-café. Se va mejorando), y una copita de Px en la terraza cubierta, con unos sofás muy cómodos y además con música en directo. Un joven guitarrista que nos ha deleitado con música muy romántica y unos fados que me suelen poner la carne de gallina.
Pues otro acierto más. O tengo mucha suerte o la calidad abunda.