El restaurante La Frasca lleva abierto en Santa Cruz de Tenerife desde 1992. Dispone de dos plantas donde la planta baja funciona a modo de tasca y la alta a modo de reducido restaurante de unas 8/10 mesas, según se agrupen.

La planta alta abre a partir de las 20:30h en horario de noche.

Se trata de un restaurante sin pretensiones, con cierto aire de tasca tradicional en una construcción que no es tradicional.

Tiene una carta de vinos, ni corta ni extensa, aunque pocas son las opciones realmente sorprendentes y apetecibles.

El servicio es atento y suficiente para tan exigua sala.

Tomamos dos Doradas especiales (cerveza local) de entrada, mientras esperábamos a que abriera el comedor, y nos pusieron dos trocitos de tortilla española fría y gomosa junto a unos taquitos de jamón curado, como aperitivo, regalo de la casa.

De comer escogimos ensalada de aguacate con bacalao, unas hojas de lechuga y un tomate cuarteado, que estuvo correcto.

Y un chuletón, anunciado como de buey, y cobrado a precio de buey (33 euros) y que ya me adelantó el camarero ante mi insistencia que se trataba de novillo. La chuleta, servida cortada y marcada, se prepara al gusto en un hornillo de gas dispuesto al efecto. De guarnición unas magníficas papas fritas naturales y unos pimientos de morrón, correctos, al que les faltaba un puntito de caramelización y madurez. En general correcto, sin alharacas.

De postre barraquito y torrijas con helado de vainilla.

De beber, Dehesa de los Canónigos, 5 meses barrica, 2011, muy agradable.