Restaurante Neichel (CERRADO) en Barcelona
Restaurante Neichel (CERRADO)
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
77,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Sábados a mediodía, domingos, primera semana de enero, Semana Santa y agosto
Nota de cata PRECIO MEDIO:
115 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.3
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.5
Comida COMIDA
7.5
Precio medio entorno ENTORNO
7.5
RCP CALIDAD-PRECIO
7.0
Opiniones de Neichel (CERRADO)
OPINIONES
13

Me duelo mucho realizar la crítica que voy a hacer, pero hay que ser justos y decir siempre lo que uno piensa.

Visité Neichel uno de los pocos estrellas en Barcelona, que me faltaba, y la decepción ha sido total. Por primera vez me sentí Ramsey o Chicote, el local necesita una reforma inmediata, la decoración, el reparto de las botellas por todo el local el mobiliario etc... no hay por donde cogerlo

En cuánto, los aperitivos cuatro en el mismo plato, el gazpacho en una taza de café... la comida, gazpacho con un montón de tropezones sin sentido alguno, y una espardeñas en medio de una montaña de verduras......
De segundo un atún, partido en dos trozos uno con salsa de pesto y otro con olivada una navaja, un espárrago verde, verdura salteada, en fin un sin sentido, el producto base que era bueno pero se convierte en un mejunje incomible y un cordero, sin comentarios.

Parece que estábamos comiendo en un restaurante de hace 30 años, deberían de aprender que menos es mas, tienen buen producto base pero lo "emborrachan y enmascaran" sin sentido alguno.
El servicio muy justo
Comentámos con la persona con la que comía que daba la sensación de que era un restaurant donde el cocinero estaba apurando sus últimos años antes de la jubilación, pero mi sorpresa fue ver una revista en donde decía que su hijo se había incorporado, lo cual me pareció muy preocupante.
Puede ser que hay ido en un mal día, pero no tengo esa impresión, por la puesta en escena, no necesitan cambiar, necesitan reinventarse, yo estoy muy a favor de la cocina tradicional, pero no se puede incluir en ella todo, y esto no lo es.
Lo de la estrella no merece ni comentario....

Nuestra visita al restaurante Neichel iba precedida de algunas reticencias, puesto que el estilo de los restaurantes a los que solemos ir suele ser mas cercano a la cocina de vanguardia. Las reticencias eran solo eso, puros prejuicios. El local está situado en una tranquila calle del barrio de Pedralbes y, es una mezcla un tanto pintoresca de diseño elegante y una cierta informalidad campechana. Tuvimos que la suerte de que fuera un día tranquilo y solo dos mesas estaban ocupadas. Al parecer la noche anterior, en cambio, había sido una locura, con las mesas llenas de grupos. El hecho de estar solos y la tranquilidad que eso comporta (y la ausencia de música, auténtica plaga de los restaurantes de hoy en día) hizo que nos pudiéramos concentrar en lo que realmente importa, la comida.
El servicio fue atento y profesional, realmente muy amable. La cubertería estaba, a mi modo de ver, un tanto anticuada, necesitada de una puesta al día. Y a la cristalería quizás le faltaba un plus de elegancia, especialmente dada cuenta del tipo de local del que estábamos hablando. En cuanto a la vajilla, las opiniones están divididas entre mi pareja y yo, por lo que no diremos nada sobre ella.
La cocina de Jean Louis Neichel nos pareció, en lineas generales, compleja y elaborada, sin grandes alardes de tecnología, pero si de técnica culinaria. Tuvimos la suerte de conocerlo y hablar con el durante unos minutos, y vimos el entusiasmo y la pasión que desbordan sus platos reflejados en su personalidad. Consideramos un auténtico privilegio haber conocido a alguien que lleva tantos años en lo alto de nuestro panorama gastronómico y, todavía es capaz de proporcionarnos un placer realmente increible durante todo el tiempo en el que estuvimos en su casa, porque así nos hicieron sentir. Escogimos el menú prestige, en el que el cocinero, utilizando los productos que encuentra en el mercado, elabora en ese mismo día una serie de platos a modo de menú degustación, que ahora pasamos a comentar.
En primer lugar nos sirvieron los aperitivos. Estos se sirven todos juntos y son los siguientes:
- Una royal de foie gras con manzana caramelizada, algo falta de sabor pero con una textura bien cremosa.
- Un tartar de salmón y bonito, con un marcado contraste de sabores, realmente delicioso.
- Una caballa ahumada con quinoa y gelee de vermut, excelente y que supo a poco.
- Una Vichisoise de puerros y albahaca, buena sin mas.
Los siguientes platos eran medias raciones, realmente entendidas de forma muy generosa y, que desde luego, servirían perfectamente para cerrar la boca a todos aquellos que dicen que en este tipo de restaurantes se pasa hambre.
El primer plato fue un gazpacho de tomate raf, fresones, cerezas con bogavante y langostinos. Era un buen plato, pero quizás le sobraban los fresones que daban un toque en exceso ácido. Como pudimos comprobar, las recetas de Neichel suelen ser muy complejas, con muchísimos elementos, lo cual siempre es un riesgo. Dice mucho de la maestría del chef que en la mayoría de los casos las lleve a buen puerto, obteniendo sabores marcados y equilibrados al mismo tiempo.
Continuamos con una terrina de foie gras con trufa, carpaccio de pato, chutney, mezclum de hortalizas al aceite de nueces. Bueno, pero quizás algo difícil de conjuntar todos los sabores.
Siguió un plato que creo que recordaré el resto de mi vida. El huevo poché con parmentier de trufas de verano. De una cremosidad realmente superlativa, el mejor plato con huevo que haya podido probar jamás. Un monumento a la mejor gastronomía. Todavía me estoy relamiento.
Y seguimos con el ravioli de mar y montaña, jugo de setas de verano, butifarra de perol de Ventalló y macarrón relleno de bogavante, explosión de sabores y, al mismo tiempo, elegancia en estado puro, obtenida a base de aunar una multiplicidad increible de elementos.
Para terminar una trilogía de auténtico vértigo, la lubina a la mostaza (1982), con arroz integral venere, que nos mostró otro de las características de su comida, el punto perfecto de cocción de pescado, auténtica piedra de toque de cualquier cocinero.
El siguiente plato, el lomo de cordero con costra de ajo y hierbas, con spretzel alsacianos caseros, perfecto como ejecución, quizás estaba algo excedido en el sabor de la costra para poder ser considerado excelente, aunque a mi pareja si que se lo pareció.
Unos buenos quesos y un excelente prepostre (un helado de menta con crema y arena de galleta, que supo a poco) fueron el preludio a una tarta tatin servida con fruta fresca. Buena, pero sin llegar a la altura del resto de la comida. Terminamos con unos petit fours de la vieja escuela que combinaban muy bien con el café.
Durante la comida tomamos un Riesling Zienhelt de 2010, muy aromático y de una acidez justa, que nos maridó perfectamente, excepto con la carne. De postre nos sirvieron un Sauternes de 2005, elegante y sabroso que nos encantó realmente.
Resumiendo, una comida magnífica, que hace que Neichel pase a estar en nuestra lista de los mejores restaurantes, a los que deberemos volver lo mas pronto posible.

Los clásicos nunca perecen , sitio en zona , apartada de Barcelona , buena zona, tranquila , sitio de decoración clásica , con una cocina francesa como el chef que lo dirige ,por cierto un hombre entrañable y simpático , escogimos el menú prestige , 95€ , servicio de panes , aceite y otros , 13,50€ , esto de los tres , aunque mi cría , poco uso de esto, unos huevos con patatas para la cría , 12€ , un postre de helado 10€ , lo dicho lo de las comidas de los crios en este estilo de restaurantes , esta a estos niveles , aquí la verdad es que la relación calidad –precio en general fue , buena sin mas , lo de los panes y demás sobraba después de los 95€ del menú , aunque por lo que me comenta Francesc , no es de lo mas caro de Barcelona , aprovecho para darle las gracias a Francesc por recomendarme este sitio , y sobre todo por la cenota de ese día en su casa , a el y a su familia que nos hicieron pasar una magnifica tarde-noche.

Todo el menú es muy correcto , sabroso y bien elaborado , lo que mas nos sorprendió aparte del carro de los quesos , es el carro de los postres , una pasada de postres, yo elegí
Un variado, para beber cava juve camps reserva familia a 32€ , agua de medio litro a 6€ , infusión a 4€ , no tome gin-tonic , pues teníamos que acercarnos a otra cita , y no era plan , pero me aventuro a decir que seguro que no me hubiese parecido barato visto lo visto .

Menú Prestige Neichel
de Sabores y Aromas

Copa de Cava

Algunas tapas:
Hummus con chistorra
Chips de boniato con pimentón
Sopita de topinambo y castasñas
“Cap i pota” con quinoa
_________

Terrina de foie y corzo con chutney

Ensalada de gambas, tartar de centollo y tostadas de erizo

Huevo poché con parmentier de trufa negra de Graus (Huesca)

Panaché de setas silvestres, foie y butifarra del perol de Ventalló

Dorada y vieira con papada y “trinxat”, caldo de “escudella”, tomate seco

Lomo de ciervo al vino rancio, grosellas, castañas, pasta spaetzle

Sorbete de pera de Puigcerdà, kumkuat en almíbar, juliana de limón

Quesos


Degustación de los postres Neichel de los carros

Café y Petits Fours, variedades de chocolate, tejas de romero, aceitunas dulces
y otras gourmandises caseras.

El precio por persona es el del menú + pan, aceite y tal.

Hacia tiempo que no lo visitaba y temia que hubiese bajado el nivel. Nada más lejos de la realidad. Pedimos el menú degustación básico para una mesa de 6 personas. Champagne Millesime henri abelé ´96, y un Chablis sublime. El menú fue muy completo, un pan buenísimo, con grandes aperitivos y platos principales, como el raviolis de gambas y trufa, el huevo poché con parmentier (el mejor que he probado), la liebre y el plato de quesos y la selección de reposteria. No pudimos terminar los postres.
Si consigues controlar el precio del vino, rondas los 100 euros.
Todavía se puede acudir a este restaurante, y lo recomiendo mucho.

Mi esposa y yo, llevábamos mucho tiempo queriendo conocer este restaurante, que en su momento fue el referente de la gastronomía en Barcelona, pero por unas cosas u otras siempre lo íbamos dejando. Por fin, nos decidimos a ir un medio día laborable, para hacer una comida rápida y así conocerlo.

Para empezar, el servicio de sala fue excelente, atento, profesional y al mismo tiempo muy cercano. Los platos salieron con el ritmo justo de la cocina, sin esperas pero sin prisas. Degustamos el Carpaccio de vieiras, salmón y atún en cebiche (sensacional) y la terrina de foie gras ampurdanés, un prodigio en su justo punto de cocción, hacía mucho tiempo que no comía un buen micuit. Para los segundos nos decantamos por el pescado, un espectacular lomo de merluza con navajas y el taco de bonito del Mediterráneo poco hecho, como debe ser para apreciar todo el sabor que nos ofrece el pescado.
Nos ofrecieron el magnífico carro de queso y los dos increíbles carros de postres, pero como habíamos ido sin demasiado tiempo y básicamente para probar el restaurante, lo dejamos para otro día, en el que seguro que nos decantaremos por alguno de los platos de trufa o becada si llegamos a tiempo, y si no siempre nos quedarán alguno de los dos menús apetitosos que ofrecen.

Regamos el ágape con un Augustus cabernet-merlot (24 euros), servido a su temperatura, una botella de agua y dos cafés con sus espléndidos petits fours.

Estar en un restaurante con una estrella Michelin, con un producto mimado y excelente a éste precio, nos va a llevar a visitarlo muchas veces, felicidades a todo el equipo.

Un clasico en Barcelona,Escogí el menú degustación buen producto bien presentado y sin cosas "raras" (espumas gelatinas etc.)disfrutamos todos y cada uno de los platos.
Lo beuno de un restaurante con 30 años en la brecha. Si se apuntan al carro de las innovaciones, pero con inteligencia, sin hacer muchas cosas "raras" sería un restaurante 10.
Después de este menú me he quedado con las ganas de volver y apuntarme al muy tentador menú de trufas que nos ofrecieron.

Cumpleaños reservado en el magnífico comedor de Neichel. Algo ruidoso porque tuvieron que aceptar un aniversario adyacente multitudinario (era un buen cliente). Magnífico servicio or Evelyn Neichel y por Javier y Alfonso, siempre atentos a nosotros. Escogemos el Menu de Texturas que se inicia con una Royal de Foie extraordinaria, unas verduritas aromatizadas con clavo, una cuhcara de atún con quinoa. Todo clásicamente preparado. Platos coloridos, con luz propia. Un 8 para esta entrada. El primero, una terrina de campagne y foie, con trufa, perfectamente trabajada en textura y sabor (8). Y sigue vieira con lubina salvaje y merluza de pincho, extraordinaria combinación, salina.(9). Para bingo con la carrillera de ternera al vino tinto y canela. Sublime (8.5). Carro de quesos sensacional. Voy por un azul asturiano, un cremoso y uno de pasta que no recuerdo. (7). Carro de postres aun mejor. (8)
Planella 2007, un Montsant crudo con algo de barrica, garnacha tinta, syrah, CS de excelente cuño. Una sorpresa. Café muy bueno y Calvados Roger Groult.
Regalo final de Evelyn por los 40 años, y porque les preocupaba el ruido que pudiese haber hecho el "cumpleaño adyacente". Ningún problema, Jean Louis y Evelyn...ha sido todo perfecto.

Restaurante con merecedisima estrella. Excelente trato, tanto al reservar como durante el servicio (atento y cercano). Me alegra comprobar que cuidan al personal, incluso tratándose de personas en edad avanzada (chapeau). Entorno agradable (muy buena la zona cercana a la terraza). Quizás dos peros: moqueta añeja y sonoridad elevada. La comida muy buena, excelente en dos platos y correcta en otros dos. Acompañamos el ágape con un Billecart Salmon Brut (excelente: suave y elegante). Entrenimientos correctos (quizás algo clasicones). Tartar de centollo bovagante y vieiras (sublime), Tacos de foie y carpaccio de pato (bueno, pero no nos convenció demasiado), Lubina salvaje a la mostaza (extraordinaria), Solomillo Crosta Hierbas (normalito...encontramos la carne demasiado hecha, pese a pedirla poco cocinada, y con alguna veta de nervios...no aceptable). Postres buenísimos. Carros de Postres y Quesos (excelente propuesta). Relación Calidad Precio muy aceptable. Personalmente lo Recomiendo.

Me pasé varios años trabajando a 5 minutos de él, y mi mujer y yo llevábamos más de 10 años queriendo visitarlo, pero no encontrabamos nunca el momento idóneo.

Aprovechando que los niños estaban con sus abuelos, nos decidimos a ir a cenar.

Fantástico. La comida, el servicio, el entorno, ... todo. Hasta la distribución del comedor nos pareció muy acertada.

Nos encantaron los platos que pedimos, en especial el tártar de atún. Un detalle las aceitunas maceradas con naranja y cubiertas de azúcar glaseado que nos sirvieron en el bar. Me recordó mucho a un aperitivo que nos preparó un amigo romano.

Nos recomendaron un vino de godello muy bueno. Lamento no recordar el nombre, pero esa noche no estaba para memorizar vinos.

Tomamos el café en el bar, donde se permite fumar. Después de una cena así, fumarse un buen cigarro es el digno colofón. Incluso acertaron con el estomacal que me gusta, y que cuesta bastante encontrar en los restaurantes: Calisay.

No recuerdo exactamente cómo, pero acabamos conversando con el sr. Neichel y su esposa sobre lo humano y lo divino hasta más allá de las 2 de la madrugada.

Lo menos importante fue el importe de la cena. Lo único que lamento es no haber ido antes y no poder repetir con la asiduidad que desearía.

Repito, un sueño hecho realidad.

Clásico de clasicos. Cocina pesada y difícil de asumir, algún toque de creatividad demasiado arriesgada con mezclas impensables. Carro de postres con flanes de la casa! tarta sacher, tarta selva negra, tatin, etc... Servicio muy profesional, y todabía se pede ver a Jean Luis Neichel vestido de cocinero, ya que en otros restaurantes estrellados a veces resulta imposible (conferencias, asesoramientos....). En barcelona existen muchas alternativas a precios mas moderados.

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