Restaurante Regueiro en Navia
Restaurante Regueiro
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:

Añadir tipo de cocina

Añadir vino por copa

Precio desde:
74,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
74 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
8.1
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
6.0
Comida COMIDA
9.3
Precio medio entorno ENTORNO
9.3
RCP CALIDAD-PRECIO
7.8
Berenjena
Ravioli
Buñuelos
Roti con suquet
Croquetas
Carta de vinos
Lamb Massala
Curry de callos de bacalao
Molleja adobada
Ravioli de guiso de calamar
Opiniones de Regueiro
OPINIONES
3

Como ya en opiniones anteriores se ha reseñado gran parte de la filosofía detrás del restaurante y su cocinero, simplemente añadiré al respecto que su dotación en lo que se refiere al vino es muy escueta intencionadamente. Según leí en alguna entrevista, considera innecesario disponer de una carta con muchas referencias, por lo que se centra en un reducido número de vinos, fundamentalmente espumosos y blancos, que casan bien con su propuesta gastronómica. Como era el único bebedor de la mesa me limité a la propuesta por copas, de la que reseñaré que algunos me los sirvieron con Coravin, lo cual me sorprendió un poco dado el precio de los mismos (mi madre diría que salía más caro el collar que el galgo). Los precios los podéis ver en una de las fotos, a mí personalmente me parecen altos teniendo en cuenta la escasez de la propuesta.

En cuanto a la comida en sí, de los tres menús que ofrecen (tradicional, Diego Fernández y hedonista) nos quedamos con el intermedio (58€/persona), en el que es el propio chef quien decide el contenido, que finalmente fue:

  • Croquetas de bechamel cremosa y jamón: Exquisitas, la bechamel ni excesivamente líquida ni espesa, y el sabor excelente.
  • Pan roti con suquet de raya: El roti lo elaboran sobre la plancha y lo van plegando, de manera que finalmente semeja un poco un hojaldre. Se sirve con una cazuelita con el suquet, con la idea de ir cortando pedazos del pan y poniendo el suquet encima. Suculento, buen contraste de texturas y sabores.
  • Buñuelos de bacalao con alioli: La masa no es realmente la típica del buñuelo, es más crujiente, y el relleno es cremoso, pleno de sabor.
  • Raviolis de chipirón con reducción de ajo negro: Muy bueno, el ajo negro le aporta ese punto umami que realza el contenido, de por sí sabroso.
  • Berenjena asada con curry: La berenjena con una textura espectacular, y el curry realzando y aportando un toque picante.
  • Salmonete con escabeche: Un lomo limpio, una receta aparentemente sencilla pero plenamente satisfactoria.
  • Leche en tres texturas: Sorprendente sobre todo la textura sólida y crujiente, un bocado exquisito.
  • Petit fours de mango y piña: Un cucurucho de piña crujiente con una crema de mango, chiquito pero muy disfrutable.

Completamos la comida con unos buenos cafés en una de las mesas del soportal que da al patio, un lugar muy agradable a pesar del día gris que nos tocó.

El servicio fue en todo momento atento e informativo y el ritmo adecuado, sin atosigar pero sin grandes pausas.

  • Berenjena

    Berenjena

  • Ravioli

    Ravioli

  • Buñuelos

    Buñuelos

  • Roti con suquet

    Roti con suquet

  • Croquetas

    Croquetas

  • Carta de vinos

    Carta de vinos

Diego Fernández es un cocinero atípico. Practica en un entorno rural de la Asturias occidental una cocina asiática, fundamentalmente thai que choca de bruces con sus alrededores. En la aldea de Tox, cercana a Puerto de Vega, se encuentra Regueiro, en una casa que también sirve como hotel y que desde hace poco ya es propiedad de Diego Fernández.

Al menú que Diego escoge para expresarse lo denomina Hedonista, pero también ofrece otra propuesta de clásica asturianía donde destacan las croquetas de jamón de las que hablaremos más tarde, el arroz con pitu y la crema de arroz con leche. Diego Fernández pasó por las dos grandes casas de la restauración asturiana, Casa Gerardo y Casa Marcial; de donde extrajo lo mejor de cada una. La influencia asiática que convierte a Regueiro en un restaurante diferente viene de los viajes. Hablando con él, me confiesa que lo que realmente de la cocina asiática es encontrar el equilibrio entre una amalgama de ácidos, picantes, amargos y dulces. Esta es su verdadera obsesión.

Hay que ser entre valiente, descerebrado (léanlo en el contexto) y acarrear una fuerte personalidad para defender una propuesta tan perfilada en un espacio rural y abierto a pocas concesiones como el de Puerto de Vega. El choque entre la proposición y el lugar es innegable, pero quien degusta se deja llevar en cuanto aparecen las primeras pinceladas de talento. Tampoco Diego realiza grandes concesiones al producto asturiano, si nos lo encontramos en el chipirón (en plena temporada), en las angulas (fuera de ella) y en el salmonete pero tira de otros lares para presentar el king crab, el cordero rack de Nueva Zelanda o la molleja de Angus americano. Sin duda, una visión diferente de la que se acostumbra en Asturias donde los cocineros suelen reivindicar con fuerza esa asturianía comentada.

La conclusión de este paso por Regueiro es clara. Diego Fernández es un cocinero personal y valiente que mira a Asia para encontrar su inspiración y vaya si la encuentra. Mucho talento para ser capaz de armonizar platos repletos de diversos sabores y aristas en los que la untuosidad es una característica importante y leves puntos dulces son claves para alcanzar ese equilibrio ya mencionado. 

Cocina viva, dinámica y recién hecha con toda esa amalgama de composiciones, lo que a veces provoca ciertas esperas. La sala funciona con ahínco pero se detecta cierta inexperiencia y no un conocimiento pleno de los ingredientes de cada uno de los pases. El entorno incluye un jardín que con buen tiempo es un espacio ideal para rematar el menú con café y petit fours.

La croqueta es de las mejores del país y dentro del menú hedonista, el curry de callos de bacalao con raya y la molleja de Angus con helado de curry panang de mango son para recordar junto con ese chipirón de Vega que es capaz de ser acompañado con café, yogur y chocolate sin perder su identidad. En cambio, la tortilla de angulas de mar y tierra no creemos que saque todo el rendimiento al “producto estrella” del plato.

La propuesta de Regueiro en Tox merece la pena ser degustada y me atrevería a decir que más difundida. Fuera de un entorno urbano, nunca me había encontrado con una culinaria tan lejana a la del lugar en el que el restaurante se encuentra. Pasión y cabezonería para ofrecer lo que a uno le sale de dentro y no aquello que la multitud demande. Convencer al potencial cliente a través de argumentos culinarios lejanos en un principio pero cercanos cuando se piensa en colocar en un solo plato una variada paleta de sabores y colores con un resultado final armonizado y de aplauso. En definitiva, Regueiro merece más y Diego Fernández es un cocinero de elevado talento.

Cocina: 8

Servicio: 6,5

Entorno: 7,5

RCP: 7,5

  • Lamb Massala

    Lamb Massala

  • Curry de callos de bacalao

    Curry de callos de bacalao

Regueiro no es ni mucho menos un restaurante asturiano al uso, aquí su chef nos propone dos menús, uno tradicional por 40€ y un “menú hedonista” por 75€. Opté probar este último, que consta de dos aperitivos, seis platos salados y dos postres. Un menú con nítida influencia asiática y marcados toques mexicanos. Arriesgadísima propuesta para un entorno rural, pero creánme si les digo que cuando salgan del restaurante habrá merecido la pena los kilómetros del trayecto. 

Cocina arriesgada, compleja, y muy sabrosa. Mezcla de ingredientes y estilos muy diferentes unidos con maestría y talento, que dan como resultado un menú potente pero armónico; conjuntando excelentes materias primas con elaboraciones llenas de matices; un menú de placer gastronómico en una experiencia diferente y exclusiva.

Parece la seña de identidad de este cocinero asturiano; el complicarse la vida buscando matices y texturas en combinaciones aparentemente imposibles, pero que resultan finalmente tan armónicas que llegan a emocionar al comensal.

Por concretar en algunos platos me fascinó su “Crema helada de sopa Tom Yum”, con paté de hígado de salmonetes, caviar de Riofrío, yuzu y jalapeño. Brutal. Deliciosa conjunción de sabores y texturas, el toque picante, la potencia del hígado de salmonete, la delicadeza del caviar, los cítricos… un plato lleno de matices.

O también genial la “Molleja adobada” yogurt, ajo negro, coco, pincelada de chipotle y comino, y helado de curry panang de mango. Otra barbaridad de plato, espectacular la molleja y su punto de elaboración, combinando deliciosamente con el aderezo mexicano y el helado de curry de mango.

Los postres tampoco van a la zaga de la parte salada, también,en combinando cítricos, ácidos, dulces, volviendo a arriesgar y volviendo a deleitar. 

En definitiva, y como seguro que se ha podido desprender de mis palabras, la experiencia en el restaurante Regueiro es realmente una EXPERIENCIA SINGULAR Y EMOCIONANTE. Es uno de esos restaurantes al que bien merece la pena el viaje ya que une calidad, originalidad y armonía, para conseguir, y perdonen que me repita, emocionar al comensal.

Si queréis leer mi critica completa del restaurante, así como la descripción completa del menú hedonista que probé, podéis leerla en www.elgastronomodesaparecido.com 

  • Molleja adobada

    Molleja adobada

  • Ravioli de guiso de calamar

    Ravioli de guiso de calamar

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar