Aprovechando nuestra visita anual a las fiestas de Vitoria/Gasteiz, nos hemos acercado a visitar este restaurante regentado por Cristina y Karlos, de ahí el nombre del local. Pareja amable y simpática que se lo curran como los que más y que aguantan el chaparrón como pueden y saben, es decir, haciéndolo bien y descansando poco.
Se han adaptado a los tiempos difíciles y ofertan un menú por 12 euros, otro de picoteo por 21 y el que hemos elegido nosotros, su menú degustación por 35, bebida no incluida.
La carta de vinos es corta, con no demasiadas referencias y el servicio del mismo es correcto, sin más, hablando después con ellos me comentaban que quizás deberían cuidar dicho servicio un poco más pero tampoco la demanda sea muy dado a ello.
Nosotros hoy nos hemos decantado por un Albariño Martin Codax 2011 desde luego que es un vino a tener muy en cuenta, fresco, con una acidez marcada, el final resulta un tanto amargoso pero tanto en nariz como en boca aparece sin duda esa fruta.... ¿albaricoque?.
Si se elige el menú degustación te ofrecen una cesta de panes que ellos mismos trabajan, es un puro vicio, ya les he comentado que a mi me pierden estas cosas pues doy cuenta de la cesta entera, a cada cual más rico.
Empezamos con Alforja de salmón Una loncha de salmón ahumado rellena de una riquísima ensaladilla. Un plato muy fresco y los dos sabores que hacen un conjunto exquisito.
Txupito tricolor como su nombre indica a tres colores, presentado con una pequeña loncha de jamón, compuesto de un caldo muy rico con nata por encima y con trozos de panceta y maíz. Fresco plato que aunque ofrecen cuchara, yo me he bebido sin pensarlo.
Pencas rellenas y frutos secos nuevo plato lleno de color, una penca rebozada, con un rico langostino como acompañamiento y un par de salsas. Sabroso, fino, sin resultar nada pesado.
Txipis semidulces tres piezas de pequeño tamaño de txipirón a la plancha con sus correspondientes tentáculos y una salsa semidulce. Los txipis riquísimos, el toque de plancha les da un sabor maravilloso. Nuevo plato muy bien conseguido.
Bocado de mar este plato me ha resultado un tanto difícil de entender. Es un hojaldre hecho al momento, relleno de un toque de bakalao que yo he sido incapaz de encontrar pero que la "profesional" que me acompaña ha pillado al momento. Con unos espárragos trigueros de compañía. De nuevo color por doquier aunque quizás un tanto falto de sabor marcado.
Sorbete frutal estupenda idea para romper el ya un tanto contundente menú. Un sorbete de mango en este caso que limpia la boca y refresca nuestros ya un poco cansados estómagos. Buena idea. Por cierto, muy rico.
Solomillo con hongos un pequeño trozo de solomillo de cerdo, con una salsa de hongos y adornado por unas patatas cortadas finísimas pero con un sabor a pura patata. La carne tierna y sonrosada, buen final salado.
Para rematar, nos acercan el postre en sí Postre frío y caliente un trozo de pastel de chocolate con helado de limón, pequeña ración de natillas, un trozo de tostada de pan, un bombón de chocolate riquísimo con nata y además una galleta alargada de almendra. Contundente pero nada pesado postre con una variación bien conjuntada de sabores.
Un buen cortao bien preparado y, lo que hace conocerse, un par de txupitos de Ochoa Moscatel del que no voy a decir nada que no esté ya dicho. Con el café te ofrecen unas galletas que ellos mismos preparan también pero que sintiéndolo mucho mi pobre estómago ya no solicita.
Buen menú, bien trabajado, a un muy buen precio. Una pena que las cosas estén como están y de paso al restaurante hemos comprobado como algunos sitios donde dan comida, si así puede llamarse, están a rebosar. Algún día, tal vez, nos demos cuenta de que nos estamos confundiendo de camino.

Es lo que tienen Cristina y Carlos y así consiguen que te encuentres a gusto. Son los dueños, quieren agradar y saben hacerlo. Una estupenda música de fondo. Una carta no muy amplia pero bien trabajada. Las raciones nada excasas.Yo me comí unos txipis a la plancha y era una ración más que generosa y además estaban exquisitos. No dejeis de probar las manitas y mucho menos esas natillas infladas que no encontrareis tan fácil en otro sitio. De vez en cuando me gusta beber un Cresta rosa y esta vez lo hice, así que poco nuevo puedo aportar. Eso sí, con el postre me bebí un moscatel Ochoa, soy un fan de los PX pero este moscatel está impresionante. Qué pena da cuando se acaba la copa. Con el café os sacarán un plato de galletitas hechas por ellos mismos y si os gustan, que os gustarán, podeis llevaros unos tarros que allí mismo venden a un precio de "crisis". Por poner una pega, que sé que para los aficionados al vino es importante, un poco pequeñas las copas de vino. Yo no doy a ello tanta importancia pero sé que en este espacio se lo dais. Por lo demás creo que si os acercais a Gasteiz merece la pena que lo probeis.