Restaurante Circulo de Zamora en Zamora
Restaurante Circulo de Zamora
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:

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Precio desde:
15,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
21 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
8.0
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
5.0
Comida COMIDA
8.1
Precio medio entorno ENTORNO
8.5
RCP CALIDAD-PRECIO
7.0
Canelón de tocino blanco y morcillo de ternera alistana en salsa de soja
Gambón rosado en costra de patata sobre cachuelas a la zamorana
Sopita tamizada de ajo al perfume de lechazo
Opiniones de Circulo de Zamora
OPINIONES
5

Para un grupo de 60 personas, se elaboro u menu especial

La cena de Hanuka, con la premisa de elaborarse con productos de su época y como he dicho, el aceite y los lácteos presentes, se celebró en el restaurante La oronja del Casino de Zamora, estudiado y elaborado por su chef Ricardo Palero con su equipo, logrando un resultado espectacular, tanto en la ejecución como en la elección de todos y cada uno de los platos.


El menú consistió en:

Ensalada de berenjenas, habas y alcauciles
Atún en salazón especiada con almendra cebolla roja y limón
Sardina marinada con crema de queso fresco, guindillas y pepitas de granadas
Calabacín relleno de queso de cabra y nueces
Borekas de espinacas y piñones
Kalinti de garbanzos con harissa de bacalao y cilantro
Sonhos dulces (Sufganiyot) de membrillo de albaricoques fluido
Bimuelos sefardíes al perfume de anís e hinojo
Baklava de manzana y pistacho

Sardelikas amanesidas kon krema de kezo fresko, pimientikos i simientes de rimonim
Pishkado Tonno en salazon spesiada kon almendrikas, sevoya kolorada i limon
Salata de Berendjenas Favas i Alkashofras
Encerradikos de kalabaza inchidaz de kezo de kabritika i muezes
Borrekas de espinakas, pinyones i pasas
Kalinti de bilibiz kon Hariza de pishkado bakalau i culantro
Sufganiyot kon sheftelis
Travadikos inchidos de kanela

Bimuelos al aroma de anis i erva doce
Baklava de mansana i pistaccho

La cena fue una experiencia única, con todos los platos a un gran nivel, no solo de ejecución sino también de presentación. Difícil destacar a ninguno, pues ante tal variedad, las opiniones eran de todo tipo en cuanto a preferencias, pero me permito destacar por mi parte: la sardina y los postres.

Era día de comida y los vinos estuvieron en un segundo término, no por su nivel, más bien porque quedaron ensombrecidos por los platos. Se tomo Arribes de Vetonia blanco 2012 y Liberalia dos 2012.

Para mas detalles https://www.verema.com/blog/con-sincio/1148883-cena-hanuka

Ubicado en el casino mercantil o similar del que toda ciudad que se precie de serlo no puede prescindir, en la segunda planta de un precioso edificio modernista de la calle Santa Clara.

Local de decoración neoclásica con un punto de audacia renovadora en el color de las paredes. Amplio, diáfano, techos altos.

Cocina creativa a partir de la base de platos zamoranos tradicionales.

Disfrutamos de un menú degustación previamente concertado consistente en:

• Sushi de hongos y salmón en salazón.
• Sopita tamizada de ajo al perfume de lechazo.
• Gambón rosado en costra de patata sobre cachuelas a la zamorana.
• Bacaliao: bacalao confitado en caldo de agar, brandada de bacalao, pilpil gelificado y piel crujiente al curry.
• Canelón de tocino blanco y morcillo de ternera alistana en salsa de soja.
• Las delicias dulces.

Como resumen, una correcta cena, con buena ejecución en general, subidita de sal, con atractivas propuestas en ocasiones, y excesivamente concentradas o pesadas en otras.

Los vinos eran “de sobaquillo” y los trataron magníficamente.

Una muy agradable velada en la que destacó la compañía, inmejorable, y el servicio, a gran altura.

Reunidos para cenar en el Círculo de Zamora, nos encontrábamos unos cuantos amigos veremeros, dispuestos a disfrutar de un intenso fin de semana cargado de gastronomía, historia, cultura y tradición zamorana.

El local, muy bonito y envolvente, nos esperaba a nuestra llegada con una larga mesa muy bien vestida y decorada con flores secas de colores, a estos 11 comensales hambrientos y sedientos de sabores y aromas de Zamora.

El menú, pactado con anterioridad, consistió en los siguiente platos:
~ Sushi de hongos y salmón en salazón. Solitario en el plato el típico rollo de sushi de arroz con envoltura de alga. Buscábamos el hongo, pero no aparecía como tal, hasta que entre todos dimos con el secreto: el arroz estaba cocinado con él dejando su sello con un sutil sabor a setas. El corazón albergaba el salmón en salazón y todo ello regado de un intenso aceite de oliva.

~ Sopita tamizada de ajo al perfume de lechazo. El plato más esperado y recibido con ansia viva, resultó ser, EMHO, el plato estrella de la noche. Una sopa densa y con un aroma envolvente, consiguió que quedaran todos los platos vacíos en un visto y no visto. Sopa de un color rojizo oscuro, con aroma y sabor a ajo, lechazo, cominos y otras especias y sobre la que flotaba a modo de barquito una rebanada de pan ligeramente horneado con ralladura de huevo duro y perejil. Entre cucharada y cucharada de esta exquisita sopa aparecía alguna sorpresa de agradable lechazo. Uuuuummmmm!!

~ Gambón rosado en costra de patata sobre cachuelas a la zamorana. Sobre un producto tan típico de Zamora como son las cachuelas en su salsa, la molleja limpia del pollo, reposaban dos gambones a la plancha con una cobertura de ralladura de patata horneada y bien tostada hasta conseguir una crujiente costra. Buena combinación mar y montaña.

~ "Bacaliao": bacalao confitado en caldo de agar, brandada de bacalao, pilpil gelificado y piel crujiente al curry. Curioso y original plato que jugaba con distintas texturas pero siempre como gran protagonista "el bacalao". Un taco de bacalao bien desalado y confitado, una brandada muy cremosa formando una especie de bola de helado, un taquito de pilpil compacto y con textura gelatinosa, en mi opinión con un punto pasado de sal. Coronando todo esto, una lámina de piel de bacalao con curry espolvoreado y crujiente a más no poder.

~ Canelón de tocino blanco y morcillo de ternera alistana en salsa de soja. Cuando llegó este plato la mayoría de comensales ya andábamos bastante satisfechos, por lo que, pese a lo riquísimo que estaba, nos costó acabar con él. La fina capa de tocino envolvía el rulo de carne de oscuro color que no podía estar más jugosa, más tierna y más sabrosa. Acompañando al canelón una pequeña bola de puré de patata con un all i oli sobre ella y algo de pimentón. Lástima que la capacidad de nuestros estómagos estuviera ya casi colmada!

~ Delicias dulces. Finalmente, servidos en un plato cuatro pequeños postres: vasito de crema de capuchino, taquito de brownie con vainilla y escamas crujientes, tocinillo con caramelo y mousse de limón con queso rallado y mermelada de fresa. Dulces y agradables pecados para saciar ese final que te pide el cuerpo.

Buenos cafés para finalizar.

Para beber tomamos gran variedad de vinos, el primero servido por el Círculo, verdejo Tres Lunas 2011 D.O. Toro, y todos los que aportamos nosotros de la Bodega Liberalia, Pirita 2009 D.O. Arribes, etc., y puesto que soy completamente incapaz de recordarlos y comentarlos me gustaría invitar a mis compañeros de mesa a realizar un "trabajo en equipo" respecto a los vinos. Fueron tantos los que probamos, de tan diversas variedades y matices, que además de no entrar a valorarlos, sería ideal que cada uno pudierais comentar un vino para completar este comentario conjunto. Por favor amigos! Sabéis que os necesito!

El servicio extremadamente agradable y en lo referente a los vinos, la simpática sumiller, tuvo el generoso detalle de servirnos con mucha corrección cada una de nuestras botellas, explicándonos algunas referencias, así como el cambio de cada copa con cada nuevo vino servido, sin perder en ningún momento la sonrisa y sin incrementar ni un céntimo el precio final. Gran detalle a tener muy en cuenta.

Ni qué decir tiene la gran calidad de las copas de vino, como de la vajilla, cubertería y demás, sobre manteles de algodón de un impecable blanco.

Respecto al local, pese a que ya está descrito por Argug con anterioridad, me gustaría recalcar que me resultó muy bonito y acogedor. El contraste de las paredes de color rojo oscuro con los techos altos en verde lima y los ventanales y cortinas en blanco me encantó, puesto que aportaban al restaurante de estilo modernista un toque actual y vistoso. Además estaba ambientado con lamparillas que desprendían una luz cálida y todo esto unido a una excelente compañía, pues eso! que nos sentimos como en casa! Por lo que aprovecho para agradecer a todos los compañeros la excelente organización, así como la oportunidad concedida de conocer estas bellas tierras castellanas y sus estupendos productos más típicos. Seguid así y no nos perderéis de vista!

El precio es sin vinos y la RCP valorada conforme a este menú concertado.

  • Canelón de tocino blanco y morcillo de ternera alistana en salsa de soja

    Canelón de tocino blanco y morcillo de ternera alistana en salsa de soja

  • Gambón rosado en costra de patata sobre cachuelas a la zamorana

    Gambón rosado en costra de patata sobre cachuelas a la zamorana

  • Sopita tamizada de ajo al perfume de lechazo

    Sopita tamizada de ajo al perfume de lechazo

He comido en dos ocasiones en este restaurante en menos de un año.
La primera vez me pareció muy aceptable el menú que daban: Bien de precio, buena calidad, presentación correcta, ... Estaba lleno
Volví 4 meses despues y todo había cambiado. NO había casi gente, la comida, aunque mantenía la calidad, era tan escasa que había de tomar algo despues en otro sitio.
Es una pena que alguien, al que le van bien las cosas, las varie para empeorar

En el caso antiguo de la ciudad de Zamora (conjunto histórico artístico desde 1973) se encuentra este restaurante ubicado en un edifico modernista (el antiguo Casino), a pie de la calle Santa Clara, calle que es el alma de la ciudad. No en vano se ha escrito que “si usted es de los que tardan menos de diez minutos en atravesar Santa Clara (algo menos de 500 metros), no es nadie, en la sociedad de dicha ciudad.

En el portal (que tiene señoría como es de esperar en tales edificios) se puede leer la carta del restaurante y se accede a la sala (que está en la primera planta) por amplias escaleras, acomodándose en un salón acogedor, de techos altos con cristaleras y vistas a la calle descrita y a una plaza.

La cocina la regenta el equipo de La Oronja, que aunque se denomina como cocina de temporada y creativa, en esta ocasión nos elaboró el menú típico de la cocina zamorana, a un grupito de comensales con motivo de la celebración de la Aguedas y San Antón y la presentación de los vinos genéricos de la D.O. Arribes que acompañaron a la cena (blanco Malvasía joven 2011 y crianza Juan García 2009), el día 03-02-12.

Antes de describir los platos, dos apuntes:
- No he comentado la comida con anterioridad, pues había perdido mis notas.
- La cocina no es una casualidad, pues he comido otras veces en este local y en la Oronja.

El menú fue el siguiente:

Sopita tamizada de ajo al perfume de lechazo: Con un caldo suave elaborado con el cuello y rabo de lechazo se realizo la sopa de ajo zamorana de siempre, acompañada de láminas de pan tostado y la propia carne. El resultado agradable y sorprendente: fina y delicada textura, sutileza en la percepción de sus aromas y sabores.


La Sanantonada de habones sanabreses al modo de un capuchino: Sanantonada tradicional, con buenos habones en su punto perfecto de cocción y su compango, presentado en un pucherete de barro, donde se recubría con espuma del capuchino, realizada con una emulsión aireada de patata y tocino.


Bollo coscarón con encerradito de patata y yema a la miel con polvo de torreznos: La presentación de dos productos zamoranos de la matanza, (como son los chicharrones y los torreznos) se logró de forma original y distinta con un ravioli de yema con una fina pasta de patata, su bollo coscoron con miel y con los torreznos espolvoreados por encima. Sabor a autenticidad, sin cargar ni cansar.

El típico ajoarriero de bacalao y el no tan típico pero igual en esencia: Procurando el contraste dos enfoques con los mismos ingredientes de siempre, se presentó un ajoarriero tradicional (con bacalao, pimiento, ajo y aceite) y el de la casa, un sorbete de pimiento asado con un bacalao confitado en aceite de oliva, un pilpil fluido y chips de ajos.


El cuchifrito tradicional de estas fechas con ajillo en su jugo: Sobre una base elaborada con los huesos del cochinillo, con ajo frito y vinagre de vino de pueblo, se elaboró una salsa-base donde se deposito el cochifrito salteado al estilo de las abuelas.


Las castañas con anises de las Aguedas sobre hojaldre y natillas aireadas: Con productos tan de la tierra, como son castañas, las natillas y los hojaldres, se presento este postre, con una estética y disposición de postre degustación acompañándolo con una reducción de tinta de Toro y membrillo.

La elaboración como se ha podido leer, especial y no era menos su presentación. Si tuviera que destacar un plato por encima de los demás, me resultaría difícil, todos sorprendentes, en sabor y presentación.

Con motivo de la presentación de los vinos, no aprecié, su carta de los mismos, pero si puedo afirmar que el ritmo de copas y cambio de las mismas fue adecuado. Así mismo fue el ritmo de servicio de platos.

No puntuaré por tanto el servicio de vinos, ni el precio, que fue muy, pero que muy ajustado, pero que entiendo que no puede ser un reflejo, al ser una grupito con menú concertado. Pero si creo que el comentario nos puede valer en cuanto a entorno y cocina.

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