Precioso restaurante, en el corazón de La Mancha, quizás un poco a desmano de todo, peor para los más triperos, no nos supone gran cosa desviarnos 50 kms de la A4 para disfrutar en una gran mesa, o bien organizar una excursión a los alrededores, y aprovechar el sitio para coger fuerzas en una posible visita al Castillo de Calatrava, Almagro, Valdepeñas y/o Consuegra/Alcázar de San Juan y sus archifamosos molinos de viento. En mi caso me pilló de trayecto Granada/Toledo, y del desvío, y los kms de más realizados, sin duda merecieron la pena.

Como digo en el encabezamiento, en el restaurante se respira tradición... y paz, situado en La Alameda, un paraje encantador, en el que se encuentra un edificio encantador, antigua quesería y casa de labranza, nos recibe en la entrada un portalón de madera que da paso a un patio, como no, encantador, el cual hay que rodear para acceder a la sala. Servicio atento y cordial desde el primer momento, pausado, eso sí, pero en nuestro caso de agradecer, y más con la niña en plan revoltoso. Decoración, mobiliario y montaje de mesa con sabor tradicional, hace que te sientas a gusto. Lástima no disponer de tiempo para disfrutar de una copa en el patio trasero al cual da una cristalera que preside la sala.

Carta sin complicaciones, cocina manchega de toda la vida, bien realizada, buen producto y a buen precio, o por lo menos razonable, si tenemos en cuenta que se trata de un restaurante que no pierde la elegancia en ningún sentido, ¿qué más se puede pedir?, me hubiese pedido media carta, de hecho creo que unas lagrimas recorrieron mi mejilla de no poder pedir ni el pisto, el atascaburras, ni sobre todo un plato de duelos y quebrantos, conforme fueron llegando los platos, todos a compartir, se me fue pasando el disgusto.

Carta de vinos, y aquí me váis a perdona si no recuerdo con claridad, correcta, casi bien, aunque sin grandes pretensiones, basada en vinos de la zona, y salpicada con vinos de las DOs más populares, precios adecuados, nos decantamos por un Finca Coronado (¿2005?) por 18€. Cristalería flojita (en tamaño y calidad), castiga un poco la nota.

Empezamos con un aperitivo por cuenta de la casa, un pinchito de gamba y jamón de york ¿con un poquito de bechamel?, simple pero rico, no falla. Croquetas de faisán y liebre (8,50€), pecaron de suaves (aquel diría elegantes), o quizás esperaba un plato con más sabor, pero ganaba en esquisitez, rico eso sí. Revuelto de hongos sensacional (11,00€). Cabrito frito con ajos excelente (13,75€), y un arroz con pollo campero (8,75€) para terminar muy rico también. Todo al centro para que los dos pudiésemos disfrutar por igual. De postre un Pastel de Calatrava (3,50€), que quizás puede ser un plato típico, y podía estar muy bien elaborado, pero que a nosotros no nos emocionó, posiblemente por el plato en sí.

Nota final, con los platos y vino mencionados, una fanta, agua, cafés, y una manzanilla La Bota de: 78 €.

Si tengo la ocasión, repetiré.

Fantástico restaurante de comida típica manchega, situado sobre una antigua quesera del más aún antiguo priorato de la Orden da Calatrava en La Alameda, pequeña pedanía ente Puertollano y Calzada de Cva. y a unos 5 km. del castillo-monasterio de Cva. (de interés turístico), decorado con extremo gusto al más puro estilo manchego. A 2 Km y camino de la sierra, poseen una casa rural sobre antigua casa de labranza(Arroyomolino), donde los clientes pueden degustar las mismas comidas. En este restaurante se pueden degustar las más ricas migas, asadillo, pisto, atascaburras, venado y cabrito asado al horno de leña, entre otros, finalizados con unos deliciosos postres caseros. Poseen una muy decente y amplia gama de vinos, servida con sumo gusto por el grupo de señoritas que trabajan en él. Coste medio 25€;.