Restaurante Puerta del Mar en Valencia
Restaurante Puerta del Mar
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
30,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Domingos
Nota de cata PRECIO MEDIO:
52 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.3
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
6.6
Comida COMIDA
7.8
Precio medio entorno ENTORNO
7.0
RCP CALIDAD-PRECIO
7.8
Salon 3
Salon 2
Salon 1
Parrilla y carnes
Carro de Postre
Corte de frutos rojos
Hojaldre de manzana con crema pastelera
Raviolis de platano flambeado al ron
Graten de vieira
Solomillo al foie con salsa de setas
Brasas de carbón natural
Carnes Puerta del Mar
Chuletones del País Vasco
Bodegón de pescados y mariscos
Merluza a la gallega
Arroz meloso de gamba rayada
Foie mi-cuit caramelizado con gorgollou de frutos y frutas rojas
Menestra de verduras
Homenaje a Vinaroz. Alcachofas y langostinos en texturas.
calamar fino del Mediterráneo, salteado de alcachofas y ajos tiernos, y teja de parmesano
detalle mesa 3
detalle mesa 2
ensalada de tomate raff y bonito del norte
detalle mesa 1
Opiniones de Puerta del Mar
OPINIONES
6

Comida de celebración familiar con los 9 comensales ubicados en una cómoda mesa redonda muy de agradecer en un local lleno y sin cambios apreciables sobre la anterior visita. Mesas bien vestidas, buenas copas, buena separación.

Servicio en sala de gente tan joven y voluntariosa como inexperta y sin una mínima básica formación profesional, preguntando quien quiere copas de vino o cucharas para los postres pedidos, que recoge los platos sin recoger los cubiertos y que luego recoge cubiertos antes de servir platos, que le tienes que reclamar el agua solicitada un paqr de veces, trae equivocados los cafés, se sirven un par de primeros y tardan los segundos mientras se enfrían los traidos, las raciones de arroz servidas en mesa alguna es el doble que la otra ... En fin supongo que por ello necesitan de gente de staff controlando la sala.

Sin cambios notables en carta de comida ni de vinos. Optamos por el menú y en vino por un Luis Cañas crianza 2015 muy cumplidor, además de unas cervezas, un par de agua sin gas grandes, agua con gas Perrier. Sobre la mesa unas pocas papas y unas aceitunas de bienvenida. Buen ritmo de servicio desde cocina.

El menú (17,80€) de fin de semana incluye la elección de un primero y un segundo de entre bastantes posibilidades más el postre. Buenas raciones (sobre todo en el arroz), presentación clásica adecuada. De los primeros que fueron: puntillas salteadas con habitas y ajos tiernos y jamón, salteado de setas con langostinos con huevo poché y aceite de trufa, tellinas y revuelto de espinacas con jamón y queso de cabra, que se tomaron puedo opinar de las puntillas, poco hechas y bajas de sal restándoles sabor.

De segundos se pidieron: canelón de pato, cachopo de ternera gallega con jamón ibérico y mozzarella, carrillera ibérica con salsa de setas con parmentier trufado y chip de yuca, arroz meloso de pollo de corral rustido setas y calabaza, arroz meloso marinado con langostino y pescado de roca, paella de verduras y setas. Del arroz de pollo cumplió bien; del cachopo presentado a modo de paquete cuadrado (nada similar a lo orginal) con correcto rebozado y fritura, cumple sin más.

Para postres elegimos la ración de tarta del carrito tentador. Esta vez la capuchina estaba bastante seca, por contra gustó la de plátano y dulce de leche, muy floja la de manzana con base de galleta y bien la de doble chocolate. Acompañamos con una botella de cava Nodus brut nature.

Acabamos con unos correctos cafés sin más extras y una larga sobremesa mientras nos retiraban el agua y las copas de cava.

Local amplio, en los bajos de la finca con acceso por ambas calles, con zona de barra y mesas distribuidas a lo largo del local de forma irregular para aprovechar espacios y algun reservado.

Buena propaganda a la vista en la sección de carnes, pecera con crustáceos, cortador de jamón qune pasa por las mesas ofreciendo la opción y mesa de tartas que engancha para los postres incluso a los menos golosos.

Tras la mascletá, la proximidad y falta de coche para acceder, obliga a comer por la zona como opción más razonable.
Comida para seis, em mesa redonda.

Unas aguas y cocacola tras una mañana de mucho calor nos permite recuperarnos. Unas papas quemadas y unas aceitunas en la mesa ayudan algo. Pan correcto.
Mesas amplias, buena separación, bien vestidas, copas de vino básicas. Cambio de platos correcto.

La carta de vinos es mayor de la media con vinos clásicos pero también algunos de corte más moderno. Elegimos un blanco capaz de aguantar carne: Viña Tondonia 2002 bien de temperatura, dado a catar y al enfriador para autoservicio. Un gran blanco aunque esta cosecha no está en tan alto nivel como anteriores.

La carta de comidas servida en folios cogidas sobre tablero con pinza. En la primera página tapas con más de 12 opciones. También entrantes, ensaladas y mariscos. Carnes y pescados (rodaballo, atun, bacalao y bogavante)

Para compartir en el centro:
. pata de pulpo a la brasa (18.80€) con parmentier de patata: buena carne, blanda, jugosa
. alcachofas con jamón y foie (13.40€): jamon y alcachofas salteadas con algo de foie; buenas alcachofas.
. ensaladilla rusa: demasiado triturada hasta hacerse casi pasta y perder toda textura con la mahonesa
. ostra Guillerdeau por persona (3.90€): buenas sin más, ni por tamaño ni por sabor eran destacables.
. las anchoas 00 (2.90€): nunca llegaron a la mesa

Principal:
. dos a compartir una amplia ración de rodaballo a la antigua (18€): al horno, con patatas y vino, con limón y ajo; bien el pescado, cargado el aliño.
. dos chuletas de Tolosa (42€ c/u) de vaca madurada (de kilo cada una) a compartir para cuatro, a la brasa. Buenas piezas de carne, perfectamente hechas, jugosas con más carne que hueso, servidas en platos muy calientes que mantuvieron la carne sin aumentar su punto de brasa. Muy destacable la calidda de la carne.
Acompañan unas patatas fritas y unos pocos pimientos de Padrón nada destacables.

Postre:
el carro de tartas volvió a pasar y pecamos: capuchina, manzana, queso cubierta con chocolate, de chocolate y de naranja. Sin ser muy notables solo repetiría de la capuchina.

Buenos cafés y un rato de charla comentando la buena mascletá que habíamos presenciado.

El servicio más voluntarioso que eficiente. Fueron repetidas veces reclamando botellas de agua, carta de vinos, anchoas perdidas... Es lo que tiene que todos los comensales lleguen a la vez.

Con unas extensas instalaciones, me ha sorprendido el nuevo rumbo de este asentado establecimiento muy bien ubicado en el centro de la ciudad.

Por un precio moderado, tienes un menú extenso de cocina tradicional con interesantes incursiones. Mi arroz meloso de ibérico estaba muy bueno.

No vas a perder los sentidos con la degustación de sus preparados, ni grandes explosiones de sabor y texturas en tu boca, pero habrás comido
bien atendido, con cierta calidad a un precio correcto.

Segunda visita a este restaurante y de nuevo cumple las expectativas. Esta segunda probamos la parte de Gastrobar, algo más informal que la otra pero con agradable decoración también. Pedimos todo platos al centro para compartir. Calamares de playa, buñuelos de bacalao, revuelto de alcachofas, jamón 5 jotas, queso, bandeja de verduras y chuletón de buey bien hecho. Todo exquisito. Para beber pedimos vino por copas y cervezas. Sin duda un sitio para recomendar. Quizás por su ubicación (en una de las estrechas calles pegadas al Hotel Astoria) no tiene la afluencia de gente que merece.

Hace unos días reservamos en este Restaurante una cena para dos. Hice caso de las recomendaciones de ésta página y resultó fabuloso.
Disfrutamos de varios entrantes (Pulpo a la Gallega, Almejas en cazuela de barro y unas excelentes vieiras con queso de cabra y foie), los acompañamos de un buen vino blanco (Pago de Tharsys). Los platos principales, Gallo de San Pedro y Lubina Salvaje, sencillamente deliciosos. Los postres correctos. Quizá un poco desconcertante que estuviesen expuestos en mitad de la sala.

El trato fué muy esmerado y lo que nos sorprendió fué estar solos en el restaurante. Llegamos sobre las 22h de un viernes noche. Nos explicaron que suelen llenar más al mediodía. Nos queda pendiente volver a pedir un buen arroz un mediodía que estemos por el centro.

Resultó una cena estupenda y tranquila, lejos de locales abarrotados dónde hay de todo menos relajación. Repetiremos.

Hola como ya sabrán algunos me dedico casi en exclusiva a sacar a clientes a comer por ahí. Busco buenos restaurantes para complacer a mis clientes y sobre todo que queden muy contentos. Me llevaron invitado la primera vez, excelente. Llevé a unos clientes la segunda vez, excelente. Y esta tercera vez también ha sido excelente. lo recomiendo para cuando se quiere quedar bién. Lo malo es que todo lo bueno suele ser caro.

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