Restaurante Indochine Ly Leap en Barcelona
Restaurante Indochine Ly Leap
País:
España
Provincia:
Localidad:
Zona:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
45,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
56 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.7
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
4.3
Comida COMIDA
7.0
Precio medio entorno ENTORNO
9.0
RCP CALIDAD-PRECIO
6.3
Opiniones de Indochine Ly Leap
OPINIONES
3

Casi un año y medio después de mi última visita/reseña, repetimos 4 personas para cenar en este local. Era ya la cuarta vez que lo visitaba y siempre salía satisfecho, pero esta última vez mi sensación ha sido de cierta decepción.

El local es el mismo, la decoración selvática, el ambiente exótico lleno de plantas trepadoras y flores y la disposición de las mesas, rodeadas de canales de agua con peces gigantes hacen que sea un local muy atractivo y sorprendente. Ideal para una cena romántica. Pero las similitudes con visitas anteriores se quedaron casi ahí. La cocina no ha evolucionado demasiado, es más, muchos de los platos parecen ahora faltos de una pasión que antes sí que se encontraba. Siguen teniendo 3 menus degustación, de 9, 11 y 14 platos (además de dos postres en todos ellos) a unos precios de 38, 45 y 65 € + IVA respectivamente, bebidas a parte. Elegimos el menú corto, que para cenar nos pareció suficiente. Bien, pues la pasión a la que aludía se echó en falta en algunos platos absolutamente anodinos, como la carne picada con tiras de pepino crudo (así, sin más y sin apenas aderezo que la alegrara) o numerosos platos que repetían ingredientes como el coco; Sí, es cierto que esta cocina del sudeste asiático posee ciertos elementos que nunca faltan y que son comunes a muchos platos, como el coco, el cilantro, el picante o los aromas cítricos y herbales, pero repetir coco en 4 platos y un postre de un menu total de 11 pases, me parece demasiado hasta para los fanáticos de dicha fruta. En general, tuve cierta sensación de "repetición" en muchos platos, cosa que no me había pasado anteriormente. Algunos fueron sorprendentes (pocos), pero en la mayoría se detectaba cierto "cansancio", falta de originalidad y pasión...

Otro de los aspectos fue el del servicio: Recordaba un personal -oriental en su totalidad- algo frío en el trato, pero con soltura y eficacia durante toda la cena, controlando correctamente los tempos del servicio, eficaz y con un dominio perfecto del idioma . Esta vez, varios de los camareros demostraron repetidamente no estar a la altura y encontrarse casi desboradados con el local al 60% de capacidad, además de tener un bajo nivel para entender y hacerse entender en castellano: Errores varios, servicio atropellado, constantes olvidos (la cuenta la tuvimos que pedir 3 veces) y cierto atolondramiento al traer y llevarse los platos. Un aspecto que sin lugar a dudas ha decaido.

El servicio del vino, pues irregular. La carta tiene las mismas referencias de siempre, sin apenas novedades respecto a años anteriores. Destaca un apartado de la carta con vinos blancos recomendados que, por sus cualidades, maridan con este tipo de cocina. Bebimos 3 botellas de Gramona Gessamí, a 17€ cada una (precio X2). Copas Schott, correctas. El camarero trajo el vino con su corresponciente cubitera, lo dió a catar (a mi) y ya no sirvió a ningun otro comensal, ahí terminó el servicio.

El total para 4 personas ascendió a 230€, un precio que me pareció correcto en anteriores visitas pero que me dejó la sensación de que ahora ya pagas, sobretodo, por el local, y menos por la comida/servicio recibidos, una pena. Un lugar al que siempre he tenido ganas de volver para una cena agradable en pareja o con amigos, aunque me parece que tardaré en volver. Si es que lo hago.

El restaurant Indocochine de la calle Aribau es una opción estupenda para probar o descubrir una cocina diferente, la asiática de fusión thai-vietnamita-camboyana.
Platos elaborados y sabrosos con materia prima muy buena en un local bien ambientado. Servicio amable y diligente.
Sin lugar a dudas estamos hablando de un restaurant de categoría dentro del concepto de la oferta de orientales de BARCELONA.

La primera vez que se accede a este restaurante uno se da cuenta de que no es un restaurante oriental típico. La decoración de la amplia entrada, cuidada al máximo, combina esculturas en piedra y madera del sudeste asiático con una luz tenue. Tras pasar al lado de las cristaleras por las que se puede ver la cocina, se accede al comedor propiamente dicho; un espacio amplio, lleno de vegetación natural de orquídeas y plantas acuáticasen el que las mesas se situan a "ras de agua" -con un espacio por debajo para colocar las piernas como si estuviesemos sentados en una mesa normal- y rodeadas de canales de agua con peces nadando a nuestro alrededor.

Mesas de madera -sin mantelería-, buena cubertería y copas Schott-Zwiesel.
Servicio joven, de origen oriental, bastante profesional aunque no hablan catalan y bastante distante. La cocina que se ofrece es una fusión de diversas cocinas del sudeste asiático (Camboya, Thailandia, Vietnam) aprendidas todas ellas durante años por el propietario y chef, Ly leap.

Disponen de diversos menus degustación, elegimos el intermedio de 9 platos+dos postres (al final, desconocemos la razón, nos sirvieron 10 platos + los postres) a 45€/persona, bebida a parte. Carta de Vinos bastante correcta, extensa sobretodo en la sección de blancos y con algunas referncias extranjeras. No hay sumiller aunque si ciertas recomendaciones que maridan con este tipo de cocina en la que predominan las especies y los toques cítricos y frutales. Elegimos un José Pariente Verdejo D.O. Rueda, 18€.

Platos a destacar:
- Saquito de pasta filo relleno de pollo y verduras y salsa de mango. Muy sabroso, pasta super crujiente y buen contrapunto ácido del mango.
- Langostinos picantes aromatizados a la hoja de limón. Muy frescos y en su punto justo de cocción.
- Mini Lasaña de arroz. Buena.
- Carne de ternera a la pimienta. Muy melosa
- Los dos postres, flan de coco (doble textura de pulpa y agua de coco) y arroz negro a la leche de coco, muy ricos ambos aunque la repetición del coco les resta protagonismo.

Algunos platos y aspectos mejorables:

- Algunos platos pecan de demasiada simplicidad en comparación con la cuidada elaboración de otros: El surtido de setas o una especie de lasaña de pollo a la plancha con lechuga, muy sosa y sin gracia.
- El servicio correcto, aunque con el local lleno se ve desbordado: El timing para los 9 primeros platos del menú fue muy correcto, pero cuando pensabamos que ya era el turno de los postres y tras esperar casi 15 minutos, nos llego un último plato de carne que no recuerdo, pero que rompió un poco el ritmo de la comida. Para los dos postres y la cuenta tuvimos que esperar casi otros 30 minutos.

En resumen, cocina asiática bien elaborada, ingredientes de calidad y presentación original. Servicio atento y decoración espectacular, aunque algunos aspectos del servicio se pueden mejorar. Recomendable ir a cenar, la iluminación artificial le da mucho más encanto al lugar.

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