Lo primero que he de decir es que la cena era de una despedida de soltero y que llevábamos un par de días de fiesta, con lo cual no creo que haya sido el mejor momento para degustar. En cualquier caso os comento la experiencia:

El restaurante está muy bien tanto por dentro como por fuera, tiene una terraza muy interesante para el verano y es acogedor por dentro.
Cuando llegamos ya vimos que tenían carteles indicando que disponía de la carne de "El Capricho" de José Gordón, con lo cual fue un buen inicio.

Tomamos de primero rabas de calamar (buenas), croquetas de jamón (normalitas), torto de huevo y jamón ibérico (muy rico) y probamos la fabada (bien).
De segundo la mayoría pedimos el chuletón de buey de El Capricho, uno pidió tacos de cerdo ibérico a la parrilla y un par de personas tomaron bacalao a la brasa.
Nos trajeron las piezas del chuletón para que diésemos nuestra aprobación antes de ponerlas en la brasa y dimos el ok.
Una vez cocinadas las trajeron a la mesa, las filetearon allí y las sirvieron. Si bien no puedo decir que estuviese mala la carne esperaba más viniendo de donde viene y con la fama que tiene. En cuanto a los tacos muy buenos y el bacalao la gente dijo que también estaba bueno.

En cuanto al vino, la carta no es muy amplia y la gran mayoría es Rioja y Ribera del Duero. Intentamos tomar Abadía Retuerta pero no tenían, pedimos Quinta de Tarsus Crianza y con las primeras 2 botellas también se quedaron sin existencias así que después tomamos Semele Crianza.

Pocos postres porque no teníamos ya demasiada hambre, cafés y chupitos invitación de la casa. Al final la cuenta ascendió a 36€ por cabeza.

En conjunto no fue una mala experiencia pero quizás me esperaba un poco más del sitio.