Les comento una cena del pasado fin de semana en LA VACA ARGENTINA LAS CORTES, al lado del Congreso. Hacía años que no pasábamos por un restaurante de esta cadena perteneciente al grupo Zena. La verdad es que buscábamos un sitio cerca de Sol donde poder comer una hamburguesa decente, vimos que éste tenía descuento del 40% con la Web del Tridente y para allá que fuimos.

El restaurante es amplio, pero da la sensación de estar un poco descuidado. Nada más entrar percibes cierto olor a humedad y las paredes, el mobiliario, y en general todo se nota gastado por el paso del tiempo (la verdad es que el color de las paredes y los muebles, en un gris mortecino no ayuda nada).

Dos adultos y una peque. Nos acomodan en una mesa bastante amplia y cómoda, al lado de una ventana, detalle que agradecimos. Poca gente al principio, pero fueron entrando mesas y acabaron llenando unas tres cuartas partes del comedor. Nada más sentarnos, nos ponen unos bastoncitos de zanahoria y un cuenco de puré de patata trufado para "dipear" (buen detalle). Como teníamos claro a lo que veníamos, pedimos de entrante sólo dos croquetas de rabo de toro (excelentes de sabor y de textura) y una empanadilla argentina de carne (que nos dijo menos que las croquetas). De segundo, una hamburguesa de lomo, una de "Kobe" (más quisieran je, je...), un "steak tartar" y un plato de patatas fritas (que sirven aparte, en plan "side") para compartir. Sorpresa... resulta que las hamburguesas las sirven sin pan, en un plato, con un poco de ensalada de acompañamiento. Ya sé que esto no es el Burguer King, pero la verdad es que no entiendo los sitios que te sirven las hamburguesas sin pan, creo que es como ponerte una paella sin arroz o un cocido sin garbanzos. Y, aunque normalmente las pongas así, mira que cuesta poco tener unos panecillos preparados por si acaso. Pues nada... facturaron 3 servicios de pan a 1,90 €, total 5,70 €, pero no hay panecillo para la hamburguesa (que poca vista...).

Dicho esto, hay que reconocer que las hamburguesas estaban muy buenas, la carne muy jugosa y un delicioso aroma a parrilla. Las patatas eran caseras, buen sabor y perfectamente fritas, muy buen acompañamiento. En cuanto al "steak tartar" te lo sirven directamente sin dar a probar, cortado a cuchillo en trozos medianos y con una carne con muy buen sabor. No obstante, lo sirvieron muy pobre de aliño: le faltaba yema de huevo, salsa "perrins", mostaza y algo de picante... acabamos condimentándolo con el excelente aceite de oliva de Lleida que ponen en la mesa. De postre un "brownie" industrial con helado a compartir.

Tienen una carta de vinos con bastantes denominaciones y buenos vinos con una buena relación calidad-precio (Camins del Priorat, Pétalos, Juan Gil, etc.). Nosotros elegimos un Habla del Silencio, servido bien de temperatura y en copas adecuadas. Buena vajilla y mantelería y servicio eficaz. Acabamos pagando 70,00 € por todo (sin descuento hubiéramos pagado 90,00 €). Conclusión: Con oferta se puede volver, sin descuento nos hubiera resultado caro para lo consumido.