Despues de una buena comida y tras una tarde done cayeron algunas copillas, nos pedia el cuerpo algo contundente y decidimos probar este argentino que lleva tiempo abierto pero que nunca nos llamaba la atencion ya que solemos ir alli a tomar lo tipico del lugar: arroces y pescados. Pero esta vez hubop una excusa y la aprovechamos.

El local es una gran casona con una estupenda terraza que en verano tiene muy buena pinta pero que ahora noe staba ni montada. El interior esta bien puesto y resulta pequeño, entiendo que su mayor negocio esta en terraza y en buen tiempo. Quiza tenga mas salones pero done estuvimos nosotros eran apens 8-10 mesas y se ocuparon la mitad.

La carta es muy extensa basada en especialidades argentinas tanto en entrantes como en carnes. Los vinos flojos con Riojas y Riberas y unos cuantos argentinos que no conociamos y no nos atrevimos a pedir decantandonos por un clasico Matarromera 2006 que le fue bien a las carnes.

El servicio eficiente y atento y ademas rapido.

Entrantes:
- 2 tipos de empanadilla argentina
- Provoleta

Ambos flojillos

Como segundos dos tipos de carne : un rib eye (buenisimo) y otro corte que llaman “tango argentino” que es un lomo bajo. Este ultimo mas flojo. Lo sirvieron con patatas fritas. En conjunto no estuvo mal pero me parecio un argentino mas.
Personalmente me sigo quedando con lo tipico de la zona

En total la cuenta unos 120€ que es correcto teniendo en cuenta que dos botellas de vino fueron casi 50€.