Tras una visita por Olite y su castillo nos decidimos mi mujer , mi hijo y yo a comer en este asador-sidrería.

Tienen 2 menús en la pared bien claros uno a 26.50 € y otro a 19.50 €, sin apenas diferencias, simplemente cambiaban un par d e primeros y un segundo de la carta, donde se podía elegir entre 4 primeros y 4 segundos, por lo que tras no observar apenas diferencias de un menú a otro, salvo la manera d e preparar un bacalao y como he dicho algún plato más, optamos por l menú de 19.50 €.

En luhar de acceder al asador un camarero nos dice que pasemos a la sidrería, que es donde sirven el menú de 19.50 €, decoración rústica, muebles de madera, vasos de sidra y mantel individual y servilleta de papel, bueno si la comida está buena pues no nos importa.

Pedimos para el chiquillo un plato de macarrones con tomate y chistorra fuera del menú.

Nosotros pedimos de primero:

- Menestra de verduras: vamos la que venden congelada está parecida, insulsa, de bolsa de supermercado, fatal.

- Y yo pedí: pocha a la Navarra: recalentadas y un tanto insípidas, ya me extrañó que tardaran tan poco en traer el primero.

De segundo:

- Carrilleras de ternera al oporto con guarnición: las carrileras no estaban mal, pero claro acompañadas de patatas fritas congeladas, pues que quiere que te diga, no conozco yo asador - sidrería donde te pongan estas patatas.

- Entecotte de buey con guarnición (las dichosas patatitas congeladas), entrecotte con mucha grasa y cantidad de nervios, aquí ni producto ni elaboración, la pieza era grande pero la mitad grasa y nervios.

De postre 2 cuajadas caseras: lo mejor de la comida.

Para beber agua y en el menú ponía vino de navarra, el cual yo pedí y metrajeron una jarra con vino peleón bastante frío. Por lo que acabé bebeindo agua.

No pedimos café, ni ganas.

Quizás la culpa fue nuestra por no protestar pero bueno nadie obliga poner en una carta que las cosas son congeladas o recalentadas.

El caso es que en el menú ponía que el asador y la sidrería no son el mismo restaurante ni siquiera tienen el mismo dueño, de hecho el asador está en el piso de arriba y la sidrería abajo, pero vamos que no me lo creo mucho, pues el menú de uno estaba al lado del otro, con el mismo tipo de hoja y formato, y ponía arriba erri berri. Aparte los camareros iban de arriba a abajo (del asador a la sidrería), es decir comparten cocina y camareros, de hecho el menú es muy parecido y para más INRI en la tarjeta que nos dan al pagar la cuenta la web que aparece es la misma para ambos.

Pagamos 19.50 € por persona por un menú que vale 9 € como mucho y menos mal que por los macarrones del pequeñajo nos cobraron solo 4 € porque más no valían.

Pues coincido con mis compas de mesa en que la cocina del local aúna la contundencia, con unas raciones muy abundantes, con la autenticidad de la cocina de siempre, la cocina tradicional... Con los entrantes casi había cenado ;-):
-Cogollos de Tudela con anchoas.
-Espárragos de Navarra.
-Pimientos del piquillo asados al horno.
-Chorizos a la sidra.

También opté por el bacalao, muy rico, y de ración muy generosa.

Buenas copas, servicio amable y eficiente. Local con decoración simple y tradicional.

Restaurante que tuvo el honor de acoger, en la cena de despedida del 10º Encuento Verema, a gran parte de los componentes del legendario “Equipo rojo” ;-)

Se trata de una sidrería vasco-navarra al uso, tanto en el tipo de decoración, como en la materia prima, como en el trato de la misma.

El menú, previamente concertado, consistió en unos entrantes típicos:

• Cogollos con anchoas.
• Espárragos con mahonesa.
• Pimientos del piquillo asados con ajos.
• Choricillos a la sidra.

Buen género, mínima elaboración, resultado satisfactorio. Yo destacaría los pimientos, por su textura melosa, su carnosidad y su sabor.

•Bacalao con piperada fue mi elección como segundo plato: una gruesa porción, desalada en su justa medida y correctamente ensamblada con las verduritas (aunque a mi lado hubo alguno que las apartaba…). Qué bien trabajan los navarros el bacalao.

• Queso con membrillo y nueces de postre. Como estábamos en una sidrería... Supuso un buen colofón.

Los vinos los aportaron los foreros. No recuerdo que hubiera ningún cambio de copas, por lo que penalizo el apartado. Sabiendo que éramos apasionados del vino...

Una buena cena, aceptablemente servida, con inmejorable compañía.

Situado en pleno centro de la bonita ciudad de Olite (de hecho me dijeron que Erre Berri significa Olite en Euskera), ubicado en la primera y segunda planta de un caserón medieval del siglo XV. Decoración eminentemente rústica (paredes de ladrillo cara vista, vigas de madera en el techo, suelo de tarima, etc.). Las mesas, a mi gusto están demasiado juntas, pero bastante bien vestidas y las sillas no son todo lo confortables que yo quisiera.

Su cocina es tradicional navarra, bien elaborada, de raciones generosas, su fuerte reside en la calidad del producto con que se elabora. Oferta una amplia carta clasificada en entrantes, (fríos y calientes), pescados, diferentes cortes de buenas carnes e incluso algunos mariscos (tienen vivero de mariscos en el restaurante a la vista de los clientes). Su especialidad son las carnes y pescados a la brasa, gracias a la parrilla que puede observar tenían en la cocina. Disponen de varios menús: menú de sidrería por 28.50 euros (sin IVA), menú especial por 16.50 euros (sin IVA) y un menú de lunes a viernes por 13 euros (sin IVA). Ninguno de ellos incluye la bebida. Servicio atento, dispuesto y diligente a pesar de sólo oficiar una camarera en sala con el comedor al 75% de su aforo.

La carta de vinos está clasificada por tipos y no es demasiado extensa, aunque hace especial hincapié en los vinos navarros. La cristalería correcta y el servicio del vino se circunscribe a la apertura y la prueba.

Nuestra experiencia fue para comer el viernes 7 de octubre, justo antes de iniciarse el 10º encuentro de foreros de verema. Nos decantamos por el menú diario de 13 euros que constituye una muy buena opción, tanto en calidad, como en cantidad, eramos tres y de primeros tomamos, pochas, hojaldre con boletus y vainas con jamón serrano y de segundos un entrecot a la brasa (3 euros de recargo), costillas de cerdo y cordero al chilindrón, de postre tres cuajadas de leche de oveja con miel. Para beber un vino navarro desconocido para nosotros que resultó ser una grata sorpresa: Pradomayor Zubiola 2007. La sobremesa sólo dio para tres cafés, ya que el autobús para nuestra primera parada del encuentro partía a las: 16:45 horas.

La noche del sábado, tras el 10º Encuentro de foreros de Verema, cenamos unas veinte personas en este asador sidrería del pueblo de Olite, donde disfrutamos de una cena que fue el colofón final de este Encuentro en Navarra... bueno, antes de los gin-tonics.
Restaurante dividido en dos plantas, bien ambientado, acorde al estilo de la cocina y el pueblo en el que se encuentra.
Cocina de mercado con producto local y buen tratamiento de la brasa. En los entrantes primó la calidad del producto, de los espárragos blancos, de los cogollos de Tudela, de lo pimientos asados... Pedí de segundo un bacalao con piperrada que estaba realmente bueno, una maravilla. Todo en raciones generosas, bien presentadas y bien elaboradas.
Servicio siempre atento y dispuesto a ayudarnos en todo lo que necesitamos.

Llevamos vino, así que el precio de la cena es solo del contundente menú.

A este comentario se le debería aplicar un factor de corrección, porque si bien objetivamente cenamos realmente bien, nuestro estado de ánimo era muy positivo. Mesa larga con buena gente, amantes del vino, del buen ambiente y la amistad.