Restaurante El Puchero de Baralantra en Barcelona
Restaurante El Puchero de Baralantra
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:

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Precio desde:
45,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
45 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
3.3
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
1.0
Comida COMIDA
4.0
Precio medio entorno ENTORNO
5.0
RCP CALIDAD-PRECIO
1.0
Opiniones de El Puchero de Baralantra
OPINIONES
1

El aspecto exterior del restaurante promete mucho, lástima que se quede en la promesa.

Cena de fin de año, como fue organizada externamente no sé exactamente el precio del menú, pero calculo que debió costar entre 40 y 50 euros.

De primero pedí la crema de cigalas y marisco con picatostes. Aceptable pese a contener las cáscaras trituradas, no se tomaron la molestia de pelar bien el marisco y allí quedaron, una crema bien crujientita aparte de por los picatostes. La ensalada opcional tenía mejor aspecto, aunque parecía una xatonada a lo pobre, sin bacalao y con salsa rosa en vez de salsa xató.

De segundo pedí rape a la marinera, aunque en la carta tenía otro nombre más rimbombante. Unos escuetos trozos de rape donde sobresalía la cola. Casi todos se quejaban de que les había tocado la parte final de la cola. Todos los platos de loza barata, típicos de restaurante de camioneros. Tampoco todas las sillas eran del mismo tipo.

El punto de cocción del rape, acartonado e insípido. Una gamba igual de insípida y un par de almejas adornaban el plato. La salsa, insípida y espesada a base de pura maicena. Todo servido en un miniplato donde se hacía difícil separar las cáscaras y raspas.

Me fijé en las otras opciones, el rissotto, sólo de verlo quitaba el apetito, una masa informe de arroz con consistencia propia, recordaba el cucharonazo de gachas carcelarias de las películas, con la consistencia del puré espeso. En la mili comí platos presentados con más gracia.

La tercera opción, el confit de pato con ¿puré de manzana? Presentado con menos gracia, imposible. Lástima no haber hecho fotos. El aspecto del puré era..., bueno, mejor lo dejo.

Ahora explicaré lo malo. En el menú que reposaba encima del plato al llegar, menú que retiraron raudos antes de pedir, pese a serles inservibles ya que estaba personalizado para el año 2013, ponía vino blanco Rioja DO (sin la C). Sirvieron vino barato de la tierra de Castilla.

Las servilletas, de papel barato, nada apropiadas para una cena de fin de año.

Juraría, sin poder asegurarlo, ya que retiraron tan presurosamente el menú, que leí algo de turrones o polvorones. Ni una sola triste neula.

El cava, un 1551, servido en copas de diverso pelaje dentro de la misma mesa. Hacía años que no veía una copa de cristal tan grueso, ni las copas de los chinos. Ni el cava ni el vino tenían nada para evitar que se calentara.

Los postres, sin pena ni gloria. Pedí un flan con nata. El flan era casero, cortado de una tira tipo pudín. Mejor aspecto que sabor, la nata, evidentemente, era chantillí de bote.

Lo único que diferenciaba esta cena de la de un restaurante de menú barato fueron las uvas de la suerte. La mitad de las uvas arrancadas con su correspondiente raspón. Evidentemente puestas en la bolsita de celofán sin lavar.

Lo mejor, el pan, crujiente por fuera y sabroso. De aperitivo pusieron unas rodajitas con trocitos de berenjena confitada. Lo mejor de la cena. Que las aguas vinieran en botellines de cristal es otro buen detalle a destacar.

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