Local fashion a menos de una manzana del Hotel Palace (antiguo Hotel Ritz), situado en los bajos del antiguo edificio del Noticiero Universal. Bar a la entrada y comedor al fondo. Decoración moderna, aunque demasiado oscura. Iluminación escasa que, junto con la decoración, da una impresión casi tenebrosa. Temperatura excesiva en el comedor (en pleno mes de agosto, se estaba mejor en una de las dos mesas de la terraza que en el comedor). Comedor amplio, buena separación entre mesas, sin manteles, servilletas de tela, menaje correcto. Copas Stölzle Lausitz Classic Long Life, bastante pesadas. Servicio muy lento y con el que cuesta entenderse (con algunos porque son extranjeros y con la mayoría porque son despistados). El volumen de la música dificulta conversar. Tiempo de espera entre platos de más de un cuarto de hora. Y si, como en mi caso, se equivocan con el segundo, te saltas los postres por puro aburrimiento. Carta no muy extensa pero con platos interesantes. Carta de vinos algo escasa, con referencias interesantes y precios entre x2 y x3. Ninguna de las dos cartas está actualizada en internet. La de vinos, tampoco lo está en el restaurante. Descorche, prueba y un llenado.

Cena para 4:

Primeros:
- Sopa fría de puerros (8,-€) - Llevaba algo más, pero no me acuerdo. Parece que estaba buena.
- Tabulé (14,-€) - Muy bueno. Ligeramente picante.
- 2 ensaladas mezclum con frutas (16,-€/ud.) - Buena presentación. Sabrosas.

Segundos:
- Taco semi-crudo de atún Blue Fin a la plancha con espinacas frescas, puré de céleri (apio) y aceite ahumado (24,-€) - Buen punto de cocción. Sabroso y bien presentado.
- 2 filetes de salmonete (24,-€/ud.) - Sin espinas. Buen punto de cocción, sabrosos.
- Curry de pollo picantito a la leche de coco, chutney de manzana, arroz thai y aceite de sésamo (18,-€) - Después de esperar una media hora, al menos estaba bueno. Sabroso y con buen punto de picante, tal vez excesivo para algunos paladares.

En general, platos de tamaño correcto, sabrosos y bien presentados, aunque con un tiempo de espera excesivo, máxime si no te ponen ningún aperitivo y se equivocan al tomar el pedido. Me parece plausible que las camareras (no puedo opinar sobre los camareros) estén de buen ver, pero parecían bastante novatos. Uno preguntó a una compañera qué copa usar para una cerveza...

Sin postres (con el calor que hacía, tomamos los cafés en una de las dos mesas de la terraza, aprovechando para fumar). Una botella de agua de 1 l. (5,60€), una botella de Guilla 2009 (21,-€) con su cubitera, un café (2,70€), un café con hielo (3,20€), un cortado (2,70€) y una cola (3,-€) completaron la cena.

El precio corresponde a lo que tomé yo.

Sinceramente, por ver a las camareras no merece la pena volver...