Rte. que lleva el nombre de la urbanización en la que se encuentra enclavado, rodeado totalmente de un bosque de pinos y con un microclima que en verano se agradece. Dispone de terraza para comer pero nosotros adoptamos comer en el comedor interior. Es un comedor amplio, espacioso, bién vestidas las mesas, lencería, vajilla, cristalería adecuadas. El servicio es profesional y atento.
Eramos 6 personas y optamos por tomar el menú del día, estabamos de regreso de un viaje a Oporto y no es bueno comer y beber mucho cuando estás de viaje.
De primero teniamos a escoger:
- Ensalada.
- Pastel de verduras.
- Gazpacho.
De segundo, también a escoger :
- Huevos Camperos.
- Salmón con salsa tártara.
- Escalopines con salsa de setas.
Al ser 6 comensales salieron a la mesa los 6 platos del menú.
La ensalada era mixta, con su tomate, bonito, esparragos, cebolla a la comensal que lo pidió, le gustó y la encontró fresca.
El pastel de verduras, de aspecto multicolor, efecto debido a las verduras que le conformaban, iba en frio y con una salsa de tomate casero. Fué alabado.
Gazpacho, dos personas lo pidieron, estaba fresco y sabroso, el día era caluroso.
Los huevos camperos, eran contundentes, con su lomo, jamón y abundantes patatas bién fritas.
Salmón con salsa tártara, en su punto y acompañado de una patatas cocidas.
Y por último, Escalopines con salsa de setas, nos gustó. La carne en su punto y la salsa sabía a setas.
De postre nos decidimos por : Tiramisú y Tarta de Chocolate, muy ricos ambos.
Acompañamos la comida con: Unas cervezas de aperitivo y dos botellas de Recorba, vino D.O. Ribera del Duero. es un roble con 2 meses de crianza. También nos tomamos dos botellas de agua Montepìnos.
Después disfrutamos de la expléndida terraza, rodeados de las sombras de los pinos, en donde nos tomamos los cafés correspondientes, antes de emprender viaje hasta Cantabria.

Amplio restaurante dentro del hotel El Montico, delante de la urbanización del mismo nombre a las afueras de Tordesillas. Decoración clásica. Mesas amplias algo juntas. Sillas cómodas. Buena mantelería y menaje. Copas mejorables. Servicio atento y servicial, aunque algo lento. Carta con predominio de platos tradicionales castellanos. Carta de vinos más que correcta con predominio absoluto de vinos de la zona, aunque el maitre tiene algunas referencias fuera de carta. Mención especial merece la terraza, muy bien montada e ideal para cenas estivales... Además de permitir el fumeteo ;-)

Cena ligerita para 4:
- Gazpacho - Bien.
- 2 huevos camperos - Con jamón, lomo adobado y patatas fritas. Buenos.
- Ensalada mixta con atún y anchoas - Bien.
- Lubina a la plancha - Con patatas y zanahoria rehogadas. Bien.
- Solomillo con patatas fritas para mi hijo - Tierno y sabroso.
- Flan de huevo - Casero. Rico.
- Melón - Maduro y presentado ya cortado, que siempre es de agradecer.

El pan para 4 que nunca se pide y un agua de litro. El vino lo puse yo. Esta vez prepararon bastante bien la cubitera. La primera vez que pedí una cubitera, en la terraza de la cafetería, me pusieron sólo hielo y un trapo sucio.

Comida correcta sin más. Es un buen lugar, aunque algo pasado de precio.

Mejor a la carta que de menú (20,-€). El precio corresponde al gazpacho y huevos camperos que tomé yo, sin postre (no tomé) y sin vino (lo puse yo).