Restaurante Enriclai en Santa Cruz de La Palma
Restaurante Enriclai
País:
España
Provincia:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
21,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Domingos y Lunes
Nota de cata PRECIO MEDIO:
25 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.0
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
5.0
Comida COMIDA
6.0
Precio medio entorno ENTORNO
6.0
RCP CALIDAD-PRECIO
7.0
Opiniones de Enriclai
OPINIONES
2

ENRICLAI
Doctor Santos Abreu 2

Despues de un aterrizaje algo complicado, una tarde de perros por la cantidad de lluvia que caia y sin muchas ganas de movernos con el coche, decido hacer caso del Tripadvisor y previa llmada una hora antes nos dicen que hay una mesa libre en el que es el numero 1 de la capital de la isla.
La atencion telefonica me parecio excelente e incluso exagerada en atencion ya que la dueña se presentó incluso (Carmen). Claro que despues de pasar por alli todo queda explicado.
El restaurante es una casa en el barrio indiano, con encanto , donde tras subir 3 peldaños se accede a lo que es un salon donde hay 4 mesas apiñadas: 2 de ellas para 4 personas que ya estaban ocupadas y otras 2 mesas para 2 personas. Afortunadamente, fuimos la primera pareja en llegar y nos quedamos en la que esta pegada a la puerta lo que fue un respiro ya que la otra está en el fondo empotrada entre dos paredes. Desde esta estancia se vislumbra una cocina donde el marido de Carmen que es italiano prepara la comida. Solo ellos dos llevan el negocio.
El recibimiento fue acorde a lo esperado tras la presentacion telefonica. Vamos…como si fueramos de la familia…repito que algo exagerado.

No tienen carta y tras esperar que tomara nota a la mesa de al lado ( unos 20 minutos ya que todo es como digo “muy familiar”), nos dice lo que hay ese dia y finalmente componemos lo siguiente:
- Quinoa con verduras y setas para compartir
- Atun
- Medregal
Estos dos a la plancha.

Tras una espera de otros 20 minutos, sale Carmen con una bandeja de pimientos asados con queso de la isla y con manzana y nos dice que es invitacion de la casa mientras esperamos. Al ver la racion , de tamaño mas que considerable, le decimos si es posible cancelar la quinoa y nos dice que desde luego que si. No quiero pensar mal pero creo que ni tenian y nos “colo” el otro plato.
Tras terminar la ensalada de nuevo larga espera para que llegaran los pescados. Ambos bastante regulares, pasados de punto y con una guarnicion identica de verduras terriblemente condimentadas.
Afortunadamente el vino que nos ofrecio fue lo mejor de la cena y luego no fuimos capaces de encontrarlo en ningun sitio: Tagolguen. Albillo de Garafia excelente que fue lo mas caro de la comida a 16 euros.

Tras otra espera de 20 minutos por fin llego la cuenta que ascendio a 41,80.
En total mas de dos horas para comer regular y eso si… muy en familia. Creo que la mayoria de la gente come por necesidad y prima el ambiente o en este caso la excesiva cordialidad a la hora de valorar un restaurante. Yo a este no le daria ni el aprobado…
ahhh y no admiten tarjetas

En estas vacaciones de Agosto en la peculiar isla de La Palma, tuvimos la suerte de encontrar este curioso restaurante. Es, seguramente, el más pequeño de la isla y posiblemente uno de los más pequeños del mundo. Sólo tiene 22 metros cuadrados para la sala (dos mesas de cuatro y dos de dos comensales), la cocina vista (parapetada detras de una barrera de botellas de vino) y dos baños. Es un entorno curioso. No esperéis mantelería bordada ni cubertería de plata, no hacen falta. Carmen y Roberto cubren de sobra las expectativas atendiendo con un amor y un cariño exquisito a los clientes y desarrollando una cocina honesta, creativa y basada en el producto.

El día de nuestra visita éramos la única mesa para comer y nos sentimos como en casa. Fuimos dos adultos y dos niñas (una de ocho y otra de cuatro). No voy a ser prolijo en describir las atenciones de Carmen en la sala y las salidas de la cocina de Roberto para comentar ciertos aspectos de los platos. Estuvieron en el momento justo durante toda la comida, amables hasta el extremo y cariñosos con las niñas, sin caer en el empalago. Y lo hicieron con naturalidad. Dos personas singulares y encantadoras. Mi mujer les preguntó en un momento dado porqué habían decidido montar un restuarante tan pequeño y su respuesta fue que para poder trabajar juntos a gusto ellos y con sus clientes. Toda una declaración de principios.

En fin, no hay carta. Carmen comenta, sentada en la mesa al inicio del festín, como uno más, los platos que han preparado para el día. Sólo describiré lo que comimos, pero había variedad y originalidad. Quizás más de lo que nuestra comanda final pueda dejar traslucir. Tras un breve debate con ella para dejarnos aconsejar en cuanto a cantidades y platos, tomamos:

De aperitivo:

Cuatro rodajas de pan con un tomate cortado en finos dados, de gran sabor. Espolvoreadas con orégano y eneldo.

Como entrante un pastel de Chayota (un "pariente" de la calabaza) de sabor muy original. Ración generosa.

De segundos:

Una lasaña de verduras de pasta fresquísima (hay que decir que Roberto es Italiano), y variedad de relleno. Pese a lo abundante del plato, no resultó pesado.

Un plato de pasta marinera. Original preparación y espectacular sabor y cantidad. Carmen nos dijo que había gente que volvía cada año al restaurante a pedir el plato y que, por eso, era de los pocos "fijos" en el menú. Los probé y le creo.

Un plato de atún rojo con verduras. Enorme rodaja de atún con un sabor intenso, poco hecho y regado con un aceite buenísimo.

De postres:

Un helado de mango. Pero de mango auténtico. Increíble sabor para a los que, como yo, les gusta esta fruta.

Un helado de limón. Muy correcto.

Un yogur de leche de cabra, con fresas y miel de palma de La Gomera. Original el toque de miel de palma.

Lo regamos con dos botellas de agua y una botella de vino blanco de La Palma (Cueva del Pino). He de decir que he probado vinos blancos en Tenerife, Lanzarote y ahora en La Palma y, absolutamente todos, los encuentro faltos de sabor. Incluído este que menciono. Siempre me juro a mi mismo que, cuando vuelva a Canarias pediré un buen verdejo o un chardonnay de la península, pero siempre acabo haciendo "probaturas" que nunca salen bien.

El precio por persona es el obtenido de dividir la cuenta total (88,50 euros) entre tres comensales. La niña de cuatro años "sólo" comió una bandeja (sí, bandeja, no plato) de marcarrones con tomate por importe de 4,50 euros, así que no la computo como comensal. Le obsequiaron (y dió buena cuenta) de un plato de manzana como postre.

En resumen, y después de haber probado bastantes sitios en La Palma, este es el único de cocina de autor que encontramos y donde el servicio y la atención al cliente, además de la comida en calidad y cantidad, son sobresalientes.

Una advertencia: no se admiten tarjetas. El que avisa no es traidor. Llevad euros frescos o, visto el rumbo de la economía mundial la divisa que en ese momento sea de curso legal (pesetas, lingotes de oro...)

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