Teníamos ganas de probar este interesante restaurante muy cerca de casa. Y no nos ha decepcionado. En un entorno agradable y decoración simple se encuentra el restaurante, cuya carta esta basada en platillos como punto fuerte. En esta primera visita tomamos: calamares en tempura (bien), Canelón de pollo con bechamel y jugo de rustido (nos entusiasmo), salteado de setas de temporada con huevo a baja temperatura (nos gustó mucho) y finalmente filete de buey con mantequilla café de París (también nos gustó mucho, tierno y muy buen sabor). De postre: pastel de queso con Sablé Bretón (también nos entusiasmó). Bebimos una caña y al pedir la opción de vinos a copas nos ofrecieron el que tenían abierto, creo recordar que un bierzo que acompañó perfectamente a los platillos, tomamos 3 copas. Un buen café puso fin a una agradable experiencia que sin duda repetiremos.

Me habían hablado muy bien de este restaurante, y no nos ha decepcionado.
Situado en Bellaterra, en una bonita finca, cómo han comentado, abrió hace poco. Decoración senzilla y muy acojedora, con buenas copas y buena cuberteria.
En la carta dominan, los "platillos" y "picar" con 4 o 5 platos de pescado y carne respectivamente.
Pedimos;

Croquetas de jamón: muy buenas, se nota y ve el jamón
Ensaladas, varias, muy buenas todas.
Calamares en tempura con romescu, buena tempura y gran romescu.
Una pasta, no la recuerdo, de langostinos; muy buena.

Salmón, hacia tiempo que no comiamos tan bueno.
Steak tartar; para mi gusto le faltaban ingredientes( alcaparras, huevo...) pero bien
Arroz seco con calamares: muy bueno.
Canalón de pollo de "rostit"; muy bueno.

Gran variedad de postres, incluyendo de mis favoritos; EL QUESO.

Para beber, 3 copas de mont ferran reserva, agua, Gramona III lustros 2004 a 29€.
La carta de vinos variada, y nada clásica, con muy buenos precios.

Buena variedad de postres

Restaurante recién abierto en Junio 2011, localizado en una torre de estilo modernista en el corazón de Bellaterra.

Se trata de un restaurante familiar. Familiar porque es un proyecto de familia en el que tres hermanos se reparten la cocina, sala y servicio del vino.

Cena para tres en jueves noche, mesas de interior y jardín. En esta ocasión cenamos fuera.

Cenamos un pica pica y segundos:
Calamares tempura
Micuit de foie
Raviolis de langostinos
Coca de vidre con tomate
Steak tartare
Merluza al horno (2)
Para acompañar, un Valdesil 2010 y un Acústic 2009 y agua. Copas Schott. Cafés y un par de GT.

Muchas cosas a destacar de este local, todas positivas. Primero el inmueble y su entorno. Decorado en estilo moderno y minimalista. El jardín es maravilloso, muy agradable, rodeado de arboles y con suave música de fondo. La carta es breve, lo que se agradece. La carta de vinos es breve pero variada, con precios muy ajustados (valdesil 15€, Acustic 16€, y así las casi 40 referencias de la carta). También hay carta de GT. El servicio, numeroso y atento. Varias veces se acercaron a preguntarnos por la comida.

En definitiva, un lugar nuevo, fresco (sobretodo por las fechas) y muy recomendable. Volvemos seguro.