Hemos estado hoy dia 9 de marzo de 2013. Mesa para 5 personas, mi mujer y yo y nuestros tres hijos de 7,8,13 años. El pequeño celiaco. Hemos pedido mejillones a la marinera, calamares, la niña escalopa con patatas la otra espaguetti carbonara y paella para tres. Los mejillones los hemos devuelto porque olian mal y el sabor peor. La paella estaba hecha con los mismos mejillones en mal estado y tenia un sabor raro. La escalopa dura y los espaguetti tenian mas gusto a queso que a carbonara y la niña no a comido apenas. Para colmo los refrescos, han sido 6 a 2,75€ y las dis cañas en copas con las bases rotas a 2,80€. Mis dis hijas querian comer en el viena. Lastima no haberles hecho caso. Hacia mucho tiempo que no me sentia estadado comiendo en un restaurante.

Después de esperar el segundo plato durante una hora y quince minutos después de haber terminado el primero, y después de haber insistido al camarero si se acordaban de nosotros, nos dijo que nos habían olvidado en la cocina y que con el segundo plato llegaría otro cortesía de la casa para compensar la espera. Lo curioso es que este plato no llegó en ningún momento (tal vez también se olvidaron también).
Aunque no nos podemos quejar de la comida, el pésimo servicio no nos dejó disfrutarla convenientemente.
En definitiva, un restaurante para olvidar.

Aunque en verano una terraza a primera línea de mar es una delicia decidimos entrar dentro del restaurante porqué era un domingo frío y el cielo amenazaba lluvia. Dentro, el aire acondicionado estaba a tope, hacía más frio que a fuera pero al cabo de unos minutos pedimos si podían bajar el aire. Lo pararon. Nos trajeron las cartas en seguida y el maître vino a anotar al cabo de poco. Pedimos unos chipirones pero nos dijo que los que le habían traído eran de arrastre y tenían arena. Cambiamos por unos sonsos para compartir y una paella con bogavante para 2. Los sonsos se hicieron pregar pero valió la pena, además la ración era abundante. Nos amenizó la espera un camarero muy chistoso que nos dijo que habían ido a pescar los sonsos uno por uno. La paella con bogavante también muy buena a partir que cambié el tenedor por la cuchara para comerme el arroz de la paella que era más bien un arroz caldoso. El bogavante, aunque no se me da muy bien el uso del martillo, las pinzas… muy bueno. Tomamos un Viñasol de 37,5cl, agua, un café y un cortado. En definitiva, una comida de domingo de resaca exquisita (buena materia primera) y a bajo precio. Volveremos!