Situado dentro del complejo del Museo de Cera se encuentra este original local. Lo único destacable de él es su decoración, ambientada, tal como su nombre indica, en un bosque de hadas, aunque también hay otra sala decorada como la habitación de un niño bien de hace 2 siglos. A mi hijo pequeño le encantó el estanque con la hada. En la página web hay bastantes fotos del local.
Fuimos a hacer el aperitivo a la salida del Museo de Cera. Los precios, caros, aunque no tanto si los comparamos con la competencia de los alrededores. Iluminación algo escasa. Asientos bajos de madera. Los camareros, bastante sosos. Se pide en la barra y te lo has de llevar tú mismo a la mesa. Hay bastantes bocadillos para elegir, fríos y calientes, pequeños y no tan pequeños, y algunas tapas. También sirven combinados. El público, como era de esperar, mayoritariamente extranjero.
Tomamos unas puces (bocadillos tamaño montadito), unos refrescos y una clara de 1/2 l. con un desagradable sabor metálico.
Lo que tomé yo, un par de puces absolutamente normalitas y la jarra de 1/2 l. de clara, 6,30€.
Si estás por la zona y te han de dar el palo igualmente, vale la pena acercarse, especialmente si se va con críos. Yo ya he ido ;-)
Poder, se puede... Otra cosa es que yo repita ;-)
Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.