Tras recoger los últimos turrones que teníamos encargados nos acercamos a la Bisbal d'Empordà, como de costumbre habíamos reservado mesa con antelación, el restaurante se llenó hasta los topes y doblaron mesas.

Un local con dos salas con la chimenea encendida y a pleno rendimiento a pesar de no ser un día especialmente frío, sin ningún tipo de decoración destacable, el clásico restaurante de menú, aunque supongo que los dias festivos ofrecen servicio de carta.

De entre cuatro primeros y cuatro segundos elegimos, crema de calabaza con parmesano y mejillones al vapor, una buena crema y bien los mejillones, de tamaño mediano y carnosos, buena ración.

Continuamos con arroz a la cazuela de salchichas y setas, diversas variedades de setas que proporcionaban al arroz un gran matiz de aromas y sabores, servido en cazuela de aluminio, no quedó ni un grano en la misma lo que es una buena señal, el arroz de una de las variedades que se cultivan en Pals aguantó perfectamente hasta el final sin apelmazarse.

Los postres caseros muy buenos, tatin de manzana y flan de la casa.

Una botella de agua y una copa de vino tinto que resultó para mi gusto inbebible, la camarera se ofreció a cambiarlo por otro que dijo que era de mayor calidad ??, opté por pedir cerveza, que al pedir la cuenta no me cobraron no sé si fué por olvido o por cortesia

Servicio ágil aunque para ser un restaurante de menús algo lentos en cocina, que no tiene mayor importancia dado que los arroces se hacen al momento para cada mesa y parece ser que es un plato que repiten a diario variando lógicamente los ingredientes añadidos.

Dos cafés

Sin lugar a dudas un buen lugar que recomiendo sin lugar a dudas si se quiere comer un buen menú a un buen precio.

Cena de verano en la terraza que da a la rambla del rio (cuando pasa agua, claro, que ahora no es el caso).

El local interior es bonito, bien decorado, de diseño.

Cenamos fuera por la fantástica noche.

En una mesa de 4 compartimos, pedimos una ensalada con brie rebozado (muy buena), una de croquetas de cocida (bien), y unas bravas (bien).

De segundos, dos "galtas" (carrillada) de ternera asadas (muy buenas), secreto ibérico (muy bueno) y manitas de cerdo deshuesadas. Sin postres, pero con cafés (buenos). Dos botellas de vino de la casa (no recuerdo el nombre pero estaba muy bueno al ser fresquito) a buen precio, 5 euros la botella.

La carta da para indagar, y repetiré ya que promete bastante, en este caso surgió plan informal pero creo que puede ser una grata sorpresa cerca de casa.

El precio, muy ajustado, 17 euros. Curioso el detalle que casi ningún plato de la carta supera los 10 euros.

Volveré con más tranquilidad, e incluso para comer o cenar dentro.