Restaurante Bar Richard en Valencia
Restaurante Bar Richard
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:

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Añadir vino por copa

Precio desde:
15,60 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
29 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.1
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
5.7
Comida COMIDA
8.8
Precio medio entorno ENTORNO
4.7
RCP CALIDAD-PRECIO
8.5
chipiron
tellinas
alcachofas
ensaladilla
navajas
postre
Opiniones de Bar Richard
OPINIONES
9

Antes de la pandemia el matrimonio de José Manuel (en compras y barra) y Chelo (en plancha) eran desde 1980 los artífices del éxito de un local (basta ver las pegatinas de la puerta) en boca de los seguidores del buen comer a pesar de lo pequeño y feo del espacio y de estar alejado de las zonas más gastronómicas de la ciudad; rápidamente se convirtió en una meca del picoteo (tapeo). Era una gozada acudir a final de la mañana cuando llegaba el jefe con la compra del cercano Mercado Central donde siempre importaba más lo mejor por delante de que el precio permita más ganancia. Y ese ha sido su éxito.

La pandemia puso el relevo generacional en manos de David, su hijo, y más ahora con la desgracia de la pérdida de Chelo. David sigue la senda de mantener todas las premisas del éxito: buscar el mejor producto del día, especia y muy mayoritariamente producto del mar y verduras de temporada, aunque eso conlleva que no hay carta de comidas sino un relato a pie de mesa de lo que hay a día de hoy según mercado (y al precio de hoy) y ésto puede echar atrás a algunos clientes nuevos y limita las posibilidades de elección. Creo que una cuartilla a modo de lista sobre unas pocas tablas de madera (en sustitución de una carta habitual) o un código QR para conectarse a la web, con la información de los platos del día y con el precio del día, costaría poco de elaborar y para los menos habituales o primerizos sería muy útil, incluso para los habituales porque al final, conforme los vas escuchando se te van olvidando y algunos te da miedo pedir sin saber precio, por ejemplo la gamba roja que varía mucho de precio según épocas, y aquí la tienen muy buena siempre, pero si vas con varios amigos, se te hace difícil insistir en probarla al menos.

El local, de forma tubular, tiene pocos cambios estructurales ya que no hay espacio para ello, además creo que ha perdido algo de un fondo lateral (en L que tenía), lo que limita más el número de mesas y el espacio, quedando espalda con espalda casi todas las mesas hasta el punto que no se puede comer con abrigos porque no cabrían las sillas; incluso la entrada está algo dificultada por las primeras mesas dejando solo 2 mesas a la izquierda que se anteponen a la larga barra; una fila de mesas a la derecha a modo de tetris que incluso tiene que sortear una columna. A pesar de ello transmite limpieza y ganas de volver.

Nos ubicamos en la mesa más al fondo que no tiene mesa a una de las espaldas y llegamos pronto porque es conveniente ya que el género tiene lo que hay y además venimos de la resaca de Fallas. El local se fue llenando casi al completo. 

Para beber caña y unos dobles de cerveza más un tinto de verano de inicio; luego seguimos con un José Pariente blanco verdejo 2023 que acompañó bien el tapeo de productos del mar. También los vinos se cantan a pie de mesa (ésto ya tiene poco sentido y sin informar de precios); el servicio consistió en descorche y autoservicio en copas buenas.

En la parte sólida y tras la información a pie de mesa, sin precios pero con la confianza de siempre:

. aperitivo: por cortesía de la casa y para acortar la llegada de la comanda, boquerón y aceitunas: tersos y carnosos los pescaditos y un buen aliño con aceitunas de sosa.

. ensaladilla rusa: de elaboración casera con los ingredientes muy cortaditos y bien ensamblada por una buena mayonesa; rematada con unos palitos de rosquilletas aparte. Más que bien.

. alcachofas plancha: bien deshojadas y fileteadas, con un paso por plancha ajustado y aliñadas con aceite y sal. Muy bien.

. navajas del Mediterráneo: en concreto del Delta del Ebro y son más pequeñas pero muy carnosas; paso por plancha ligero manteniendo los jugos y el sabor. Muy bien.

. tellinas: de tamaño medio/pequeño (es lo que hay), carnosas, siempre con el ajustado paso por plancha para respetar producto y un leve aliño. Notable.

. fritura de pescado: que yo recuerde siempre son boquerón y salmonetes pequeños (mollets) con un rebozado ligero y una fritura suave que los deja tersos, nada aceitosos y para comer enteros, espina incluida. Muy bien.

. chipirón plancha: pequeños sepionets preparados en su tinta. Otro emblema de la casa que se hace imprescindible de disfrutar. Lo mejor.

. postre: helado de turrón con Nescafé y whisky: Emblema de la casa consistente en dos cortes clásicos de turrón sobrenadando en una mezcla de Nescafé y whisky y un leve espolvoreo de canela creo recordar; hay que probarlo y volver para repetirlo. Gran invento. 

Un poco de pan para rebañar algún plato y un servicio directo de plancha a mesa sin prisa pero sin pausa, ya que todo se hace para tí en el momento, consiguieron que la comida fuera un buen disfrute que rematamos con un poco de sobremesa y solo un cremaet.

  • chipiron

    chipiron

  • tellinas

    tellinas

  • alcachofas

    alcachofas

  • ensaladilla

    ensaladilla

  • navajas

    navajas

  • postre

    postre

Tres fuimos tres los comensales que nos sentamos en la pequeña mesa del bar Richard ese día. Conocimos el local por las recomendaciones encarecidas que le habían hecho a uno de ellos y para allá que nos fuimos. Reserva realizada con más de una semana de antelación y gracias. Local muy pequeño, con capacidad para poco más de veinte comensales que presentaba un lleno al completo. Separación entre mesas inexistente, ambiente bullicioso, pocas comodidades… pero, nada más llegar, buenas sensaciones al ver lo que ya se ha servido en las mesas que nos rodean. A pesar de ser un bar, no se puede comer en la barra.

Carta “cantada” por David, la persona que comanda la cocina, sin especificar precios y con un número limitado de propuestas. Según parece, se nutre a diario de producto fresco y los platos se ofrecen según aquello que se adquiere en el mercado. Predominio de las propuestas marinas frente a una representación casi testimonial de raciones carnívoras. Todo se sirve al centro de la mesa con el fin de ser compartido.

- Tellinas: Ración abundante de este producto tan conocido en el Mediterráneo de tamaño pequeño pero marcado sabor. Muy ricas.

- Fritura de pescado (boquerones y salmonetes): Sabores limpios, señal inequívoca de la frescura del género, acertado el rebozado y ajustada la fritura.

- Calamar a la plancha: De tamaño grande, trinchado y con la justa medida de “picaeta” (majado de aceite, ajo y perejil).

- Pulpo a la gallega: Se sirve una pata entera acompañada de patatas guisadas. Ternura extrema del cefalópodo y sazón justa con el pimentón rojo.

- Gamba de Gandia (tres unidades): Tamaño medio, cocinadas a la plancha con el punto exacto.
- Cigalas: misma preparación que sus antecesoras.

- Tarta de queso: casera, con base de galletas, crema de queso y mermelada de frutos rojos. Rica.

- Mouse de chocolate: también casero y bastante bueno.

Tomamos cerveza, dos botellas de un godello cuyo nombre no recuerdo y cafés para finalizar. El servicio es eficaz, agradable y discreto. LA RCP es buena, aunque la cuenta siempre sube más cuando se toca el marisco fresco.

Todavía tengo el sabor de las dos gambas de Gandía con las que cerramos la cena. De menos a más, ensaladilla rusa, fritura de boquerones y salmonetes, alcachofas a la plancha, rebollones a la plancha, sepia sucia y las gambas, pescadas ayer y despescadas ayer mismo, a la plancha, sobre una camada de sal, con mucho mimo y un sabor increíble. En los comentarios anteriores podréis leer que es un bar “de toda la vida” de los que no entrarías si no te lo dicen. Carta de vinos por encima de lo esperable en un bar “de toda la vida” del que probamos un Godello de Castilla Leon, cuya marca no recuerdo, bien servido y a la temperatura correcta.

Local de reciente visita que solo cambia que la gente está toda sentada en las pocas mesas que hay, y por tanto, espalda con espalda, y o se levanta uno u otro, pero nunca los dos a la vez.

Además de reservar mesa, conviene reservar algún producto porque la gente que va a comer, no va de postureo; reservamos gamba roja. El local lleno (del espacio que dá). Hay carta de vinos muy por encima de la media esperada con buenas y variadas (y actualizadas) opciones y a buenos precios; se amplian de viva voz algunas opciones y cantadas con su precio correspondiente para que no hayan sorpresas. El servicio consiste en dar a catar y al centro de la mesa en correctas copas y perfecta temperatura de servicio inicial.

Para comer y cantado a pié de mesa, elegimos para compartir al centro entre los cuatro:

. quisquillas hervidas: correctas y no muy sabrosas

. gamba de Denia: 2 pp: tamaño medio, perfectas de fuego y sal. Recomendable.

. puntilla: tamaño XXL, perfecto rebozado y fritura. Muy bien.

. tellinas (de Huelva): alguna con arena de forma excepcional. Buen tamaño, sabrosas.

. clotxinas (¿de Tarragona?): correcto tamaño y sabor; buena ración y punto de cocción.

 . fritura de pescaditos (boqueron y mollet -salmonetitos-): perfecto manejo del rebozado y fritura. Muy recomendable.

. alcachofas laminadas y a la plancha: buena materia prima y buen punto de plancha y sal

. secreto a la plancha: buena carne, buen punto (aunque no se preguntó). Recomendable.

. patatas fritas con huevos (2) rotos: gustó tanto que intentamos repetir y solo puedo ser media ración más. Menos mal.

. flan de huevo: correcto

. helado de turrón con Nescafé y whisky: gran invento que gustó bastante

En la parte de bebida y tras unas cervezas inciales (y repeticiones posteriores), empezamos con Shaya y seguimos con Tilenus (fuera de carta) buscando un vino de cuerpo medio, para poder acabarlo sin forzar.

Un pan correcto sin más. Unos buenos cafés y cremaets para acabar de arreglar el pais.

Un local típico de bar de barrio sin ninguna concesión extra, y por tanto, estrecho, oscuro con incómodas sillas altas en barra, mesas (4 ó 5) pegadas a la pared contraria a la barra pero que ya no deja espacio entre los sentados en uno y otro lado, incluso alguna mesa de diferente padre y madre, sin mantel, servilletas de papel, vasos de duralex, etc...

Aquí no hay ni un gramo de postureo ni opción de reserva; aquí lo que hay es calidad de producto sobre todo, como en nuestro caso, si llegas después de la hora del almuerzo en el que la afluencia de clientes baja y especialmente después de que hayan venido del mercado central con la comanda del día y te dejas aconsejar por lo que ha encontrado ese día.

Cinco para comer en horario europeo y con la intención de probar opciones y por tanto, compartiendo al centro de la mesa un pedido que fue llegando conforme se iba preparando, por lo que cada plato tenía sus segundos de espera por lo caliente de recien hecho:

. ensaladilla: bien preparada y trabada con la mahonesa. Permitió que se empezara en cocnia con el resto que venía detrás

. fritura del día: entraron boquerones y salmonetes pequeños. Limpiados en el momento, escaso rebozado y ajustada fritura, servidos escurridos del aceite. Para comerse cabeza y todo.

. clochinas: empezando temporada pero ya con buen tamaño de molusco, perfectas de cocción; le hubiera puesto un poco más de pimienta. Nos tomamos hasta parte del caldo.

. chipirones en su tinta: entre 5 y 10 cm unos chipirones (2 por persona) perfectamente limpios y hechos a la plancha con su tinta y un poco de aceite. Nos quedamos dudando de repetir. Extraordinarios.

. puntillas: recien preparadas, ligero rebozado y bien fritas y crujientes.

Para beber nos fuimos por las cervezas: Alhambra especial y Cruz Campo 0.0%, todas en botellín, todos repetimos de cerveza al igual que repetimos de cesto de un pan correcto y básico.

Unos cafés y algún "cremaet" completaron la fiesta. Un sitio que si pasas por la puerta no entras, pero nosotros fuimos adrede. Si lo tuviera cerca de casa iría casi todos los días, no sé si a almorzar, a comer o a cenar, pero un aperitivo seguro.

 

Despues de muchas llamadas , conseguimos mesa, es un bar pequeño ,solo 5 mesas Atendido profesionalmente por la familia .No tienen carta ,ni falta que hace ,ya sabes a lo que vas buen producto ,fresco a base de marisco ,pescaditos y tambien chuletas y carne
Los fines de semana no abren y entre semana solo amediodia menos jueves y viernes noche
Eramos tres y pedimos
Unas quisquillas cocidas ,medianas, pero sensacionales
6 gambas rojas a la plancha ,en su punto
Chipirones tambien muy bien hechos
Boquerones fritos
Alcachofas a la plancha
La carta de vinos ,la tienen con puntuacion peñin y tambien verema
Tamamos un albariño muy rico
De postre helado de turron bañado con cafe y licor

La atencion muy buena y el servicio diligente por cierto me deje el movil y al ir a recogerlo al dia siguiente tenian todas las mesa llenas con almuezos
En fin un bar que lleva toda la vida aqui y que hay que visitar si eres amante del buen marisco
La cuenta con vino cafes y una cerveza y pan 93 e
Nosotros volveremos

Recomendado por amigos, llegamos hasta allí, no sin antes haber tenido la imposibilidad de poderlo hacer por su “lleno total” en las distintas ocasiones que lo hemos intentado.
Es cierto que no abre ni sábados ni domingos, así que limita bastante las posibilidades, pero es lo que hay.
Bar típico de toda la vida, junto al mítico pub Christopher Lee, lo cierto es que uno pasa por allí decenas de veces en la vida y no siente la necesidad o impulso de entrar, hasta que alguien te dice, entra que no te arrepentirás, y así es.
Bar gestionado por la familia, padre, madre e hijos, con una capacidad que rondara las 30 personas, tal vez menos, pequeño y angosto, pero que una vez te sientas, el trato que recibes es toda cordialidad y buen hacer.
El dueño te canta lo que ese día tiene fresco, pero fresco de verdad, así que funcionas sin carta y referente de precios, también para los vinos y o los postres, ergo es una incógnita cuando tienes que pagar, pero no resulta caro, está bastante bien relacionado el precio con lo que tomas.
Muy buen trato de la plancha, buen surtido de productos de huerta y mar, escasa oferta de vinos, pero todos ellos muy equilibrados, que nadie espere de este sitio algo más que un disfrute del paladar y un buen trato de quien te atiende, que es en definitiva lo que más se puede valorar.
Buen lugar para tapar y extenderse hasta salir saciado.
Saludos

Local pequeñito, de apenas cinco mesas, decoración tradicional, de los "bares de siempre" que sirve comidas por menús a unos 10 euros y, además, dispone de unas tapas de rechupete, según la oferta que haya cada día en el mercado.

Ayer tomamos (eramos 2) unos chipirones en su tinta a la plancha, un tomate valenciano en ensalada con ajitos, 6 cigalas frescas de tamaño medio con ajitos y jamón, 8 gambas frescas de denia de tamaño pequeño pero jugosas y con un cuerpo bien sabroso y, para acabar, un entrecote trinchado al centro.

De beber tomamos unas cervezas de aperitivo, un albariño Ediosela 2011 (no lo había oído en mi vida pero estuvo resultón) y cafés.

Precio total de la cuenta, 68 euros. Para la materia prima que nos pusieron, a mí me pareció un precio buenísimo. Eso sí, está el handicap de los amantes del vino de que apenas tienen tres o cuatro referencias de blancos y otras tantas de tintos si bien las copas en las que nos sirvieron el vino eran decentes y nos pusieron una funda térmica en la botella para mantenerlo fresco. Prefiero no evaluar este apartado.

En el barrio del Carmen se encuentra este bar de tapas que si no lo conoces igual no entras a cenar, y pasas de largo sin fijarte en él.

Bar de toda la vida, decoración antigua y sobria, al igual que la cubertería y coperío.

Nos comentan que no tienen nada hecho, todo expuesto en la barra y la plancha funcionando a tope.

Pedimos de tapeo, boquerones, croquetas de bacalao buenas, chanquetes, excelentes navajas, cigalas muy grandes y excepcional producto, sepionet de playa con su tinta excelente, y para finalizar entrecottes trinchados al punto (bien preparados y muy buenos) y alcachofas plancha.

Según nos comenta el propietario todo producto del mercado central y del día, y no dudo que lo sea pues la materia prima es de primera, preparada en plancha si florituras, que muchas veces es lo que requiere un producto de calidad, poco trajín.

No pedimos postre.

Para beber cervezas alhambra, cafés y mistela u orujo para acabar la cena.

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