En este precioso pueblecito de montaña Can Jeroni es el referente de una muy buena relación calidad precio, comimos lo que nos recomendó Xavier. Canelones de setas, muy buenos el relleno era de una gran variedad de setas y en lugar de bechamel una salsa de ceps (boletus) de segundo pato con peras con una excelente cocción y nada grasiento. Vino D.O. Priorat Scala Dei 2009, agua y de postre unas trufas con naranja, dos cafés.
Es sin duda un restaurante a visitar aunque se tenga que ir expresamente a este precioso rincón de nuestra geografía.

En un lugar tan recóndito como Beget, es curioso y chocante encontrar un local como Can Jeroni. Beget de por si ya justifica la visita, por la maravilla del lugar y su románico en estado puro entre la Vall de Camprodón y La Garrotxa, pero visto el local y su oferta, no extraña que tenga un público al que compensa recorrer la sinuosa carretera para comer o cenar .
Aprovechando la visita, me dejé guiar por las recomendaciones de mi hijo y acudimos a comer un mediodía, el restaurante está situado en una casa junto al pequeño puente sobre el rio, la decoración interior no deja indiferente, ocupando el comedor 2 estancias, una rompedora en su decoración, aprovechando la roca natural de la casa y decoración en madera y otra más conservadora con vistas al puente y al rio, las vistan son fantásticas y ambas salas son muy cálidas y acogedoras, con detalles y rincones rústicos muy logrados que se complementan con velas que hacen que te sientas cómodo y relajado, dispone de otras estancias que se pueden reservar.
En cuanto a la comida, mezclan la cocina clásica de montaña con otras apuestas de cocina de autor, tomamos torradas con escalibada y anchoas, crema de zanahoria, canelones de porro, farcellets de col y ensalada variada para compartir, como platos principales, patatas monalisa, una versión de las típicas patatas de Olot rellenas de carne, pollo con ciruela y piñones y judías con carne de perol, postres caseros muy variados de los que seleccionamos crema catalana, helado de vainilla y chocolate y pastel de queso. Muy buena presentación de todos los platos.
La carta de vinos, vajilla y cristalería muy correcta, muy por encima de lo que el lugar podría requerir, tomamos un Valdubon Verdejo, con cervezas y refrescos previos. Para finalizar, buen café y chupitos.
En cuanto al servicio, otro punto destacable, todo de importación, con la particularidad de que atendían en correcto castellano y catalán y con mucha profesionalidad, en lo que sin duda tiene mucho que ver el apoyo del propietario.
Xavier el propietario es un joven cocinero, que recorre diariamente la considerable distancia desde Olot y es el artífice de la destacable oferta de Can Jeroni, al finalizar la comida no pude más que felicitarlo y charlar un rato con el, nos contó los proyectos futuros de remodelación de parte de la casa, con la incorporación del jardín posterior y alguna otra estancia, así como sus inquietudes en viajar por Europa para incorporar novedades en su oferta, realmente curioso y admirable la apuesta de este tipo de jóvenes emprendedores de la gastronomía.
No debo acabar este comentario sin destacar la sorprendente RCP, entre semana ofrecen un menú de 12 euros muy por encima de su precio.
Visita realmente recomendable, tanto por el lugar como por el local.