El viernes pasamos por Carpentras, pueblecito cercano a la zona del Mont Ventoux. A la hora de comer nos decantamos por este restaurante ya que lo recomendaba la guía que llevábamos y nos dio buena impresión. El local es precioso aunque el espacio entre mesas, como suele ser bastante habitual en Francia, más bien escaso. Tomamos la "formule midi" (menú del día, vamos). De primero yo tomé una velouté de calabacín, buenísima, cremosa, sabrosa, mmmmmm. Rosa se pidió una ensalada con hígados de pollo que también estaba muy buena. De segundo tenían blanquette de ternera y salmón con crema de mantequilla. Optamos por la segunda opción los dos y no nos arrepentimos en absoluto. El salmón en su punto, la salsa deliciosa y el acompañamiento era trigo cocido y salteado a la paella, buenísimo también. De postres, micuit de chocolate y una especie de flan, muy ricos los dos. De beber, agua y una copa de vino rosado para mi (muy bueno también) servido en copa adecuada.

Por cierto, comentar que los jueves por la noche hacen un menú de la trufa negra maridado con vinos de una bodega determinada que cada semana va cambiando. Por lo que entendimos, va un representante de la bodega y explica los vinos con los que maridarán el menú. Yo no conocía la mayoría de las bodegas pero por ejemplo una de ellas era Domaine du Vieux Télégraphe, afamada bodega de la DO Chateauneuf du Pape.

En fin, restaurante de calidad a precio más que correcto (el precio que indico es el del menú sin vinos). Para repetir si volvemos.