Restaurante Ca Joan en Altea
Restaurante Ca Joan
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:

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Precio desde:
32,33 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
63 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
8.0
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.3
Comida COMIDA
9.3
Precio medio entorno ENTORNO
7.5
RCP CALIDAD-PRECIO
7.9
Mauro
Sorbete
Buey gallego
Albondigas en salsa moscatel
Salmorejo
Opiniones de Ca Joan
OPINIONES
15

Acudimos a este bonito y cuidado restaurante animados por las recomendaciones de un buen amigo. Localizado en la carretera de Calpe a Altea, dispone de parking propio, lo que facilita su acceso dado que es una zona donde es difícil aparcar en los días concurridos. Muy buen proceso de reserva. Nos acomodaron en una mesa amplia y cómoda, dos adultos y un bebé. Servicio amable, atento y muy profesional. Para hacer boca, una cerveza de níspero de Altea, muy buena. Pedimos pulpo a brasa, muy bueno, y decidimos probar la vaca de trabajo. Chuletón excelente de 1400 gr. aunque como es normal, gran parte era grasa y hueso, por lo que era una buena cantidad para 2 personas. Te muestran la carne antes de su elaboración sobre una gran tabla de madera y te preguntan el punto a la que se desea. Muy bien. Para maridarlo, una botella de Alfynal 2010, un monastrell de raza, excelso para la carne., aunque un poco más de botella no le habría venido mal. El vino no sólo fue bien servido y jarreado a la temperatura correcta, también nos fue explicada la bonita historia de este proyecto "final" del gran enólogo Bruno Prats. Copas correctas, de cristal fino, pero mejorables. La carne nos fue servida con unas patatas caseras y pimientos de padrón. Perfecto punto de cocción. A mitad de servicio, los la retiraron para volver a calentarla. Memorable. De postre una crepe suzette y un fondillón de Poveda. Para finalizar unas copas de Px de Toro Albalá invitación de la casa.
Maravillosa velada y un muy buen servicio que transmiten su conocimiento, respeto y amor a la carne de calidad. Volveremos para probar el buey y esperamos igualar o supera la puntuación.

Cuatro a la mesa, pedimos de entrantes unos mejillones al vapor y una ensalada de la casa, cervezas,... Como principal, tomamos un solomillo d.o.pastuenca y el chuletón de buey para 3 (1.800gr). Acompañamos con un Santa Rosa.
Terminamos con unos postres caseros muy buenos, crepe suzzte, tarta de naranja, sorbete, y cafes.

Lo dicho, la carne espectacular, para volver sin duda. Eso sí, cené algo muy ligero.

Aquellos de grupo sanguíneo A+, con predilección por la carne, de buen saque y que puedan hacer un esfuerzo extra contra su economía doméstica pueden encontrar en Ca Joan el restaurante perfecto. La carta de carnes es sibarita, no existen muchos restaurantes que tengan un conocimiento de la materia tan grande y que la trabajen con tal dignidad, y menos todavía a ese precio, y en la playa, para hacerlo más difícil. El entorno es muy bonito, decoración rústica de madera, mesas cómodas, cristalería, vajilla, etc., de calidad. El servicio muy profesional, atento y amable, con clase y personalidad, yo diría que hasta culto, de esos que ayudan a sentirse cómodo y a la vez agasajado por la oferta gastronómica. Se nota que hacen lo que les gusta y que tienen un gran respeto por su trabajo.

Tomamos, para tres, unos berberechos al natural, unas mollejas de ternera y un chuletón de buey nacional. Las mollejas eran muy destacables, pero el chuletón, así dicho, parece poca cosa: era enorme, como un jamón, lo mostraron recién hecho, en una tabla, y parecía inabarcable (1600 gr), su aspecto era perfecto; después de darle el visto bueno lo sirvieron trinchado, y a media comida lo retiraron para darle un nuevo punto de calor y poder disfrutar del plato hasta el final en su punto. No tengo conocimientos para describir la calidad del chuletón, pero es el mejor que he probado, y he probado muchos. Para acompañarlo, solicitamos una sugerencia de la zona digna del manjar, y optaron por un Alfynal de Bruno Prats, fuera de la carta. El vino es una delicia muy exclusiva y el maridaje escandalosamente bueno.

Para terminar tienen una carta de postres de gran nivel, tomamos crepe suzette acompañada con un fondillón. Al final, cafés buenos y gintonic de Citadelle, como para rebajar el festín.

Salimos a unos 60 EUR/pax, que si bien puede parecer caro, entrando a valorar con detalle la calidad de los productos, el entorno y la profesionalidad del servicio... me parece un precio muy bien ajustado. (Chuletón a 75 EUR/kilo, y si vuelvo repito).

Uno de los restaurantes más satisfactorios que he visitado.

Establecimiento situado en la parte baja de Altea, en la zona de L’Olla, en la carretera que une Altea con Calpe. Local acogedor, con madera en suelos, paredes y techos. Las mesas están bien vestidas, aunque tal vez demasiado juntas y las sillas son mejorables. Dispone de terraza y aparcamiento propio, lo que en Altea es toda una ventaja.

Su oferta estrella son las carnes hechas a la brasa de todo tipo, pero con especial hincapié en las del tipo bovino de distintas denominaciones de origen. Hacen gala de servir auténtica carne de buey. Aunque su fuerte es la carne, también ofrecen en su carta pescados y mariscos de las lonjas cercanas de Altea, Calpe y Villajoyosa. El apartado de postres es corto, pero a buen precio y de elaboración casera. El pan, que acompañan con tomate triturado, es de buena factura. El servicio es joven, simpático, dispuesto, atento a los requerimientos del cliente y profesional.

La carta de vinos no es muy larga, alrededor de cincuenta referencias, centrada en los vinos tintos, que por otra parte parece la armonía lógica para el tipo de cocina que ofrece. El sobrecargo en el precio del vino es moderado, por ejemplo Beryna 2008 14.50 euros (+ IVA). El servicio se circunscribe a la prueba y al relleno ocasional, pero se sirve a temperatura correcta. La cristalería es sencilla (creo recordar ARC), pero adecuada en tamaño y grosor.

Nuestra experiencia fue para cenar, compartimos unos deliciosos pimientos del piquillo a la brasa con espárragos y un meloso pulpo a la brasa. Como principal cada uno eligió una carne: presa ibérica, chuleta lechal a la brasa y solomillos de la D.O. Pastuenca. No nos pudimos resistir a los postres y compartimos tres entre los seis que éramos: negro de chocolate, tarta de queso y tarta de naranja. Empezamos con unas cervezas mientras elegíamos el menú, posteriormente bebimos un Juan Gil crianza 2010 y un Beryna 2008. La factura ascendió a 193.97 euros para los seis comensales.

Constituye una oferta gastronómica diferenciada en Altea muy interesante.

Como he dicho grata sorpresa, en un lugar de costa, por eso tienen buenos productos del mar, me sorprendieron con una carne excelente, se nota que el dueño sabe del tema, incluso me comento que van a concursos por el norte con el tema de la carne, en vinos pues no esta mal, yo me pedi vino de la zona, me gusto (no recuerdo el nombre), volvere cuando me pille por la zona. Buena RCP.

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