Todo sigue igual...

Hacía tiempo que no había regresado al local, al menos desde que sus cocineros pioneros (ahora en Blanqueries) ya no estaban, sentía curiosidad por saber cómo se desenvolvía ahora Claudia al frente del negocio, sorpresa porque al menos por la noche ya no está debido a su reciente maternidad, me dicen que si lo hace a medio día.
El local sigue teniendo el mismo atractivo de antaño, y su idea nuclear de ofrecer un menú degustación a 26’50€ por persona (creo que en otro momento llego a costar 36€) es un acierto, además de la variedad de platos que degustas, la cantidad es más que adecuada, sales sin hambre, lo cual hoy en día es un éxito, después de los grandes timos a los que nos someten algunos alquimistas cocineros.
La frecuencia entre plato y plato, es de manual, retirada del servicio y plato nuevo, cuasi en el acto, cambio de cubertería, bien emplatado lo cocinado, tal vez el servicio de vino es justito, se limita a darte a probar el vino elegido y poco mas, en cambio, los precios de los caldos están contenidos y una carta que garantiza el deleite, seas de donde seas.
En definitiva, un menú equilibrado, generoso, sustancioso y apetecible para una velada perfecta en el mejor “centro” de Valencia.
Parece que nada ha cambiado bajo el sol, o la luna de Valencia.
Saludos

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