Local de ambiente moderno con clientela predominantemente joven. Dispone de terraza en una calle algo menos transitada que las anejas. Servicio algo despistado y lento. Carta reducida (ver foto) y con pocas opciones de interés. Aunque están los precios, falta el recargo de la terraza, que no vimos por ningún lado. No nos ofrecieron carta de vinos. Después de pedir unos cuantos (de algunos no tenían a copas y de otros, directamente, no tenían), me trajeron una copa sencillita (con el nombre del local serigrafiado) de un Toro crianza bastante pasado de madera.

Tomamos:
- Brocheta de pato con naranja (2,-€) - 3 rollitos con una naranja bastante insípida. Regular.
- Brocheta de cigala y calabacín (2,50€) - otros 3 rollitos bastante insulsos.
- Tortilla de patata evolucionada (2,50€) - para mi sorpresa, deliciosa. Con su cebolla. Sabrosa, sorprendente, deliciosa. Por poner un pero, la textura del huevo del fondo del vaso. Me pareció demasiado líquida.

Además de la copa de vino, tomamos una botella pequeña de agua.

En total, 13,50€, incluido el suplemento por servicio en la terraza.

Si vuelvo, será por la tortilla. El resto, olvidable.

El bar Vino Tinto joven es un bar de tapas que merece una visita. El servicio del vino es muy bueno. La variedad es imrpesionante y en una pizarra suelen escribir dos o tres, de distinta calidad y precio, como consejo para los clientes.
En cuanto a tapas, debería decir que es un bar de tapas de autor si esta frase no estuviera demasiado utilizada. Entre mis favoritas están los rollitos de cecina con mermelada de tomate, el rollito de cigala y calabacín, el atún a la plancha con jamón, el solomillo escabechado o el foie.