Restaurante Jauregibarria Jatetxea en Amorebieta-Etxano
Restaurante Jauregibarria Jatetxea
País:
España
Provincia:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
25,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
los lunes
Nota de cata PRECIO MEDIO:
65 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.9
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.7
Comida COMIDA
7.9
Precio medio entorno ENTORNO
8.1
RCP CALIDAD-PRECIO
7.9
Torrija de pan brioche con crema helada de intsaursaltsa
Huevo de caserío con crema de hongos
El Gran Gasti
chipiron
Alubias y gamba
Ensalada de bogavante
me costo sacar el perejil, pensé que era pepino,muy dulce
original forma de comerme un foie
La ostra
versión 2010
Simples y ricas
Impresionante sabor
Opiniones de Jauregibarria Jatetxea
OPINIONES
25

Así se llama el menú largo que Beñat propone en este momento y que combina lo clásico con una cocina algo más creativa.. Creo que en general es un menú de mérito, interesante, potente en el que efectivamente lo de toda la vida y lo más imaginativo está presente. En algunos pases roza la excelencia ( atún rojo de Balfegó) , en otras no tanto ( bizcocho final y setas en carbonara) pero en general refleja el poderío de esta cocina y su personalidad. Nos encantó la vajilla, también el sumiller , joven , discreto y activo manejando una buena carta y variada a precios factibles. El servicio en general profesional , sin florituras, suficiente. Fue un placer volver a Jauregibarria. Nos hubiera gustado hablar como antaño con Beñat , pero no estaba. Su presencia ,como la de todos los grandes cocineros ,ayuda al desarrollo , consolidación y fiabilidad de su su cocina...

Desde el 2013 cuando nos juntamos los restauranteros , no volvía , se fue Soraya , la jefa de sala y sumiller , y aunque la comida es importante , la gente lo es mas , y la verdad , era un activo importante para nosotros , así que por unas cosas u otras , casi cuatro años , y ya era hora de volver .

Esta en un sitio idílico , un bonito parque , rodeado de naturaleza , bueno idílico , igual es exagerado , pero un bonito sitio , tiene una terraza , a tope , comimos unas rabas y tomamos unos vinos , local a tope , barra , terraza y los dos comedores interiores .

Empiezo por decir, que el local pita a las mil maravillas y por algo será, hablamos de un Domingo de Semana Santa, uno de los comedores lo han puesto en plan bistrot, menú por 40€, varias cosas y luego tienen el comedor de carta, hay tienen dos menús uno de 40€ y otro que se supone mas gastronómico por 70€, también dan bodas, bautizos y comuniones.

Yo me referiré al gastronomico , veíamos salir mucho lechazo con buena pinta y mucho bacalao, así que creo que su éxito esta en el entorno y la comida mas tradicional.

Aperitivos, en una cucharilla, bogavante con tartar de manzana, huevas y mayonesa de Modena y en un vasito, un caldo de ternera, bien.

Atún rojo en tataki con espuma de wasabi, shiso y yuzu , desde el desconocimiento , el tataki es cuando se pasa por la plancha el atún o es el corte , si es el corte , vale , sino esto era mas un sashimi de Atún , que por otra parte a nosotros nos encanta , incluso mas , que si lo pasan por plancha , así que nada que decir , solo el enunciado , no se si esta correcto , la espuma , las huevas de tobiko , y también las huevas de wasabi , muy suaves , perfecto para todos los gustos , así que también bien .

Cigala en carpaccio con helado de piñones y vinagre de Orduña con huevas de trucha, un clásico, lo he comido varias veces, rico, el helado de vinagre, mas potente, o al menos así lo creo.

Pochas en sopa fina con almejas , aquí decepción , mas que una sopa fina , era una crema , con tres almejas , de buen tamaño , pero pasadas de cocción , comí la primera y deje el resto .

Huevo de caserío a baja temperatura con caldo de pimiento morrón, con estos ingredientes, no puede fallar el sabor, y no lo hizo, pero la temperatura, si, estaba casi frió.

Begi haundi asado y reposado sobre puré de manzana y cebolla y refrito de sésamo, otra decepción, las patas, muy ricas, buen punto de elaboración, el Begi haundi, el primer bocado como chicle, hay deje el resto.

Foie grass frito en sopa de kumkuat y caviar cítrico, sobre el papel muy atractivo enunciado y acertada combinación, lo grasa con lo cítrico, pero el foie estaba fritisimo, podéis ver el color en el plato, ya se que algo tan graso será jodido de freír, pero ya las croquetas que sacamos para Uxue, venían sobrefritas y las patatas que venían con la media de solomillo, igual, súper fritas, secas y de pena, así que no se si era un problema de la freidora , del que freía o de la madre superiora , pero fue un desastre .
Pera y menta en granizado, ni me acuerdo, tenía un mala ostia con el devenir del menú, que….

Leche fresca helada sobre galleta hojaldrada, café y gin, rico el helado de leche, ahora la galleta de hojaldre, seca, sin gracias, la deje, creo que es la vez que mas cosas he dejado en el plato.

Nos sacaron unos petits, una leche de arroz con leche, valga la redundancia, buenisima, repetí, para quitarme el mal sabor de boca de los últimos platos, estaba tan agobiado, que salimos a la terraza a tomar el café, y como hacia muy bueno y se estaba muy a gusto, me tome dos o tres cacharros, el que no se consuela es porque no quiere.

Para Uxue , un platito de macarrones , 5€ , croquetas , ocho , creo , a 8€ , ricas , pero demasiado fritas , medio solomillo , no nos preguntaron el punto y no nos acordamos de decirlo , pero no lo sacaron muy pasado y nos ofrecieron cambiarlo , no fue necesario , las patatas , negras , secas , fatal , 11,6€ .

En la sala gente currante, nada que decir, solo que con Soraya, alguien me aconsejaba de vinos, ahora no hay nadie, la carta corta y floja, cogi un tinto portugués, pensando que seria de la zona gallega, pero era de la de Ribera de Duero, nadie me supo aconsejar, quizás, el estilo de comensal, no sea tan friki o gili como yo, Tinto Duas Quintas, 19€.

Resumiendo ningún atisbo de las experiencias que teníamos cuando se encargaba Soraya de la sala, y lo que es peor, porque casi siempre hemos comido bien, pero en esta ocasión fue un desastre, por supuesto desde nuestro punto de vista, pena y rabia.

Eso si acabo como empecé, local a tope, y eso , un día como este , quiere decir que trabajan muy bien , aunque por lo que vimos , otro estilo de menús , volveré , pero a otra cosa , mariposa .

Siempre resulta agradable volver a Jauregibarria. El comedor cálido, acogedor, el caserío, Beñat..En esta ocasión optamos por un menú de 36 euros +IVA. Una ensalada de bogavante , cromática y delicada. Un sobresaliente huevo de caserío sobre pure de patata y dashi, un plato sublime que descubre el interés creciente de Beñat por la cocina japonesa. Un gran plato de huevo y caldo de pescado,definido por su intensidad, integración y también por su finura y elegancia. Buena degustación de bacalaos, unas magníficas carrilleras y la pantagruélica torrija caramelizada. Un menú compensado a caballo entre lo clásico y lo más reciente, con buena RCP.Como siempre un servicio amable y eficaz. Las vistas a través de la cristalera, vistas verdes, de lluvia y  de cierta melancolía, completan la jornada en Jauregibarria

El restaurante a reventar, pedimos en esta ocasión un menú distinto. Esta vez buscamos guisos más clásicos y tradicionales. No nos decepciona. Arroz en costra, difícil de encontrar en nuestro entorno, está bueno, aunque no perfecto. Si posee textura y sabor. Se sirve con una cremita de espirulina, curiosa¡¡¡. Esto está fuera de carta. El menú especial incluye un suculento primero, un suculento segundo y un postre suculento. Es lo que buscamos en esta ocasión y lo encontramos por 25 más IVA. Satisfechos con unos excelentes y cremosos garbanzos y un pantagruélico ciervo al civet. El flan con helado a la altura. Merece la pena probar esta cocina en Jauregibarria, viendo el restaurante lleno, se ve que otros , piensan lo mismo. Buen servicio, amable y dispuesto, también el del vino, aunque la carta de vinos precisa una revisión y actualización

Bueno, pués este domingo nos desplazamos hasta Amorebieta para ir probando sitios nuevos. Trás mirar las posibles opciones de domingo y haber oido y leido buenas críticas sobre este restaurante decidimos ir.

Gran casona, amplia y con mayor capacidad de la que imaginaba (lleno absoluto) e incluso con el detalle de al menos, un reservado. Somos dos y nos ubican en una mesa pegada a la ventana para poder admirar verde, aun con el dia como estaba se agradecía la vista.

Pregunto a mí compañera que idea tiene, el menú largo es lo elegido. Precio 60€ +10% IVA.

¿La comida? Pues hubo cosas que estaba buenas y otras que ni pena ni gloria la verdad. Sí me apuras diré que lo mejor de la comida (desde mí punto de vista):

- Un milhojas del aperitivo.
- El tocino sobre un pure de no recuerdo.
- La ración de pescado, lubina en este caso.
- El postre, sufle de chocolate.

Nada rayaba a gran altura, pero eso para mí destacó del resto. En la parte negativa, el corzo. Estaba seco como una tabla de lo "planchado" que estaba. Luego platos como el trarta de cigala, huevo trufado, etc. Normalitos.

¿Para beber? Pues una botella de Bollinger. Dudé en pedir una de la viuda de clot (como yo le llamo, es uno de mis Champagne preferidos). Sinceramente, no me dijo nada; vamos que no volveré a pedir Bollinger en otra ocasión. Bueno esaba, pero nada más y yo a un botella de ese pelo le exijo un poco más. El servicio se limitó abrir la botella y darlo a probar. Olieron el corcho, cosa es la primera vez que he visto con un champagne y me extrañó infinito.

Finalizamos la comida con dos cafes. Pedimos uno solo y uno con leche en taza pequeña. Trajeron uno pequeño en taza y un caldero con leche.

¿Valoración final? Yo, no vuelvo. No comimos mal para nada, pero tenemos mejores opciones para visitar de nuevo o conocer. Hasta despues de fiestas no creo que hagamos ninguna incursión, ya ire macerando la siguiente!!!

Beñat Ormaetxea se encuentra en un momento óptimo de su carrera y eso como no podía ser menos , se refleja en su cocina. Derrocha ilusión, trabajo, cuidados y ganas , muchas ganas de triunfar y ser justamente reconocido. Presenta varios menús, tradicionales, avanzados y creativos, alterna guisos clásicos impecables como el ciervo en civet con opciones más creativas como la papada con crema de tubérculos o la ostra gin tonic, con la que alcanza la excelencia. Tiene ideas y opción actual de ponerlas en marcha. En un marco agradable, clasico pero renovado. Con un servicio del vino que mejora día a día y ofreciendo precios razonables y en algunos menús , económicos. Hay quién de más??. Enhorabuena por cierto , a Soraya , su sumiller, Nariz de oro de la zona norte.Suerte en la final

Pues no se me ocurre mejor forma de empezar que compartir la cita del compañero Jerónimo... "Tenía yo ganas de conocer este restaurante de nombre impronunciable para mí, el Jauregibarria Jatetxea"... Y es que mira que me sigue costando!!

Encantador caserío envuelto en un verde y bucólico entorno y como guinda del pastel el Gran Gasti esperando en la puerta a La Peña Los Restauranteros tomándose un txacolí. Mucho Gasti!!

Poco o nada queda por contar de esta estupenda experiencia del III Encuentro de La Peña, tras los excelentes comentarios de mis compañeros. Sólo puedo decir que yo disfruté mucho con todo y haciendo un repaso del evento:

La comida la encontré buenísima. Creo que estaba tan entusiasmada que apenas le di importancia a esos "peros" que comentan los compis, únicamente el bakalao no fue lo que esperaba. Las Gildas y el Queso idiazábal con nueces de lujo para empezar. El Carpaccio de Cigala pues oye me lo comí muy a gusto, la Gamba estupenda, las Verduritas salteadas muy logradas y a tope de sabor, el Huevo de Caserío para elevar a los altares, la Papada buena aunque algo pesada por el potente bocado graso, el Bakalao... pues aprobadillo, la Txuleta exquisita y con un punto de plancha para mí perfecto, los Pimientos asados que le acompañaban estaban de vicio, de los de no parar de comer, y las Patatitas lo mismo de lo mismo. Todo servido en cantidades generosas y acompañado de una variedad de panes muy rica. De los postres me quedo con la suculenta Torrija, aunque el de Arándanos también me gustó y de hecho me lo terminé todo toíto tó. Y oye lo dicho, que a mí me pareció que en conjunto estuvo todo requetebién!

Respecto a los vinos todos muy correctos. En este apartado os remito a los comentarios de mis compis, que aunque aquí todo el mundo ya sabe que soy muy cervecera... los vinos me pueden gustar unos más que otros pero no le hago ascos a ninguno, jejeje!

El servicio muy simpático y cercano, atento en todo momento a nuestras necesidades y facilitando todas nuestras peticiones. Mucha paciencia tuvieron también con toda la tropa que éramos y con las horas que se nos hicieron.

Y finalmente, qué decir de la compañía?? Pues que soy de las que piensa que con un buen entorno o una buena compañía todo sabe mejor, y si además se juntan ambos factores pues la experiencia es fabulosa y de lo más enriquecedora. Para mí siempre es un placer compartir mesa con esta Peña, así que como dice el Presi... AÚPA!!

Finalmente, no quisiera acabar este atípico comentario sin agradecer a Óscar la organización de todas las actividades del Encuentro que fue completísimo de principio a fin, en mi caso de viernes bien temprano hasta el domingo cerrando el aeropuerto de Bilbao. Gracias compi, eres Mu Grande!!

Y arriba esa Peña!! Uyuyuyuyuyyyyyyy!! Que the next meeting is here!! Prepárense señores que Valencia les espera!!

  • Torrija de pan brioche con crema helada de intsaursaltsa

    Torrija de pan brioche con crema helada de intsaursaltsa

  • Huevo de caserío con crema de hongos

    Huevo de caserío con crema de hongos

  • El Gran Gasti

    El Gran Gasti

Tenía yo ganas de conocer este restaurante de nombre impronunciable para mí, el Jauregibarria Jatetxea . Y que mejor manera que hacerlo con motivo de la III quedada de La Peña Gastronómica Los Restauranteros.

Pero si tenía ganas de conocer el restaurante, más ganas todavía tenía de reunirme de nuevo con mis "Cómplices Gastronómicos", (como diría el amigo Isaac), y especialmente de volver a ver al invitado de honor de esta quedada, "el inefable Gasti". Que por cierto aguantó estoicamente el retraso ocasionado por la visita a las Bodegas Itsasmendi, visita que como podéis ver y bajo el título "Itsasmendi... ¿Pero esto es txakoli?, nos cuenta con su habitual maestría, nuestro querido amigo y nunca bien ponderado presidente, en su BloG-M de Verema.

Para no repetirme, simplemente ratificar lo dicho en comentarios anteriores por algunos de los amigos asistentes a la quedada.

Expresar las emociones por volver a estar de nuevo todos reunidos es complejo, así que vamos a pasar a otro tipo de cosas no menos emocionantes, la pitanza:

  • Como aperitivo y para ir abriendo apetito, nos pusieron unas "Gildas" y unos platitos de "Queso idiazábal con nueces” aportación del amigo Oscar, de las que dimos buena cuenta.
  • Para seguir con Cigala en carpaccio con helado de piñones y vinagre de txacoli de Orduña. A mí me gustó.
  • Gamba macerada en yuzu, jugo de vaina y crema helada de queso . Probablemente con gamba roja de Palamós el resultado habría diferido bastante.
  • Verduras del tiempo salteadas sobre puré de patata y jugo de carne. A pesar de lo mucho que me apetecía este plato, se lo pasé a Oscar como muestra de agradecimiento por lo bien que lo había organizado todo.
  • Huevo de caserío con crema de hongos. Manda huevos, que huevos tienen los vascos. Si el de la noche anterior en el Zarate estaba bueno, este no le iba a la zaga.
  • Papada de cerdo ibérico sobre crema de patata y aceite de oliva. La foto de mi móvil no le hace justicia, así que os paso el link al Blog del amigo Isaac, en la que se aprecia algo mejor lo que era el plato.
  • Bacalao en degustación (pil-pil, vizcaína). Sin duda el plato más flojo de todos. Una pena porque era el paradigma de la cocina tradicional vizcaína.
  • Txuleta de ganado mayor asado a la plancha con patatas y pimiento rojo asado. Como su nombre reza, Txuleta que no Txuletón, pero muy buen producto y en su punto exacto de cocción, rico, rico, rico....

    Y para ir terminando:

  • Salteado de arándanos con helado de arroz con leche. Excelente y refrescante combinación, muy bueno.
  • Torrija con crema helada de nueces. Cómo me gustan las torrijas. Quizás por lo poco habitual que resulta encontrarla en Girona.

    Para beber:

  • Para el tema de bebercio, me remito a los comentarios anteriores.

    Una velada de disfrute total que empezó pasando por algunos bares de camino al restaurante, y terminó tomando GT’s en una original abadía, (La Abadía del Gintonic), ya de vuelta al hotel.

    Especial reconocimiento a la labor de Oscar, que lo ha bordao.

  • El menú que os cuento se concertó y consensuó entre Óscar y Beñat para la ocasión. Combinó platos contemporáneos, con otros de factura más tradicional.

    A mesa puesta y a modo de aperitivo en la mesa nos encontramos gildas aderezadas con una vinagreta de ajo y perefil. También un queso palentino: Campos Góticos, aportación de propio Óscar, quesero consumado y generoso anfitrión. También tres trozos de distintos panes: centeno, trigo y maíz.

    Cigala en Carpaccio con helado de piñones, huevas de trucha y vinagre de txakoli de Orduña. Plato bien diseñado pero, a mi entender, con un fallo de ejecución: la temperatura tan fría del conjunto restaba sabor a la cigala hasta dejarla insípida.

    Gamba macerada en yuzu, jugo de vaina y crema helada de queso. Parece ser que el cítrico japonés (yuzu) está de moda para darle un toque cítrico a mariscos y pescados y la verdad es que queda muy resultón. Aparté el queso (me pareció demasiado sápido) y me gustó la combinación de gamba y el fino jugo de vaina de judías verdes.

    Verduras del tiempo salteadas sobre puré de patata y jugo de carne. Este es uno de los platos de los que mejor recuerdo guardo. Las verduras al dente sobre un fino puré de patata y un potente jugo de carne que realza el producto. Cada una de las verduras es capaz de trasmitir su sabor y textura. ¡Tan simple y tan bueno!

    Huevo de caserío con crema de hongos: crema muy fina y sabrosa, con un huevo, imagino, cocido a baja temperatura. Combinación ganadora: hongos y huevo (tan sólo faltaba la trufa). Al mezclarlos, nos encontramos con el plato esperado.

    Papada de cerdo ibérico sobre crema de patata y aceite de oliva. Producto rudo que bien tratado resulta un plato delicado y fino. Muy de moda en el ámbito de la restauración gastronómica actual. Todavía reside en mi recuerdo el comido en L’Escaleta. La melosidad de la grasa combinada con la crema de patata te lleva a un sabor sublime. Tal vez me hubiese gustado todavía más si la porción hubiese sido menos gruesa y más crujiente.

    Bacalao en degustación, al pil-pil y vizcaina. Mi única decepción en este restaurante. La materia prima no era todo lo sublime que yo esperaba en un restaurante de Vizcaya. Además la salsa vizcaína era tan suave que parecía una vulgar salsa de tomate. Sin estar malo, no estuvo a la altura de todo lo demás.

    Chuleta de ganado mayor asada a la plancha con patatas y pimiento rojo asado. Vaca vieja en estado puro, perfectamente tratada. Sorprende que no siendo un asador consigan este punto en la carne. Me explicaron su secreto: atemperan la carne varias horas, llegado el momento de la comida la marcan a la plancha, una vez fría (para que no pierda sus jugos) la trinchan. Dos minutos antes de servir la meten al horno. El resultado espectacular, junto con las verduras de temporada uno de los platos a recordar. Acompañaban a la carne unas ricas patatas fritas caseras y unos jugosos pimientos rojos asados. Repetí hasta no poder más…

    Salteado de arándanos con helado de arroz con leche. Cuando se sirven dos postres, con frecuencia el primero suele ser cítrico, a modo de vehículo de transición de la parte salada a la dulce del menú. Este postre quedaba ligeramente dulce, el saltear los arándonos les había restado potencia cítrica. El helado perfecto de textura y sabor. La combinación de ambos superior.

    Torrija de pan brioche con crema helada de intsaursaltsa. Esta sí es la parte dulce, bien dulce. La torrija muy esponjosa y caramelizada en su parte superior. Combinada con la suave crema de nueces cumplía el cometido de quitarle contundencia a la torrija. Me gustan las torrijas algo más finas de grosor. Postre manido pero bueno.

    Fueron más de mi gusto los platos de corte tradicional en los que la calidad del producto, junto con el perfecto tratamiento del mismo, derivaron en un resultado espectacular.

    Como ya os he dicho, tanto el menú como la armonía del mismo estaba previamente concertado. Por tanto no vi la carta de vinos. Pero a tenor del maridaje propuesto puedo concluir que éste es un restaurante donde se cuida el servicio del vino. El coperío de nivel y adecuada la temperatura de servicio.

    De sumiller ejerce la joven Soraya, atenta, dispuesta, con conocimientos y vocación de servicio al cliente. No en vano es finalista del concurso Nariz de Oro del País Vasco. Mención especial para ella por su paciencia con un grupo tan numeroso como el nuestro y la profesionalidad que demostró en todo momento.

    Los vinos que armonizaron la comida fueron:

    Señorío de Otxaran 2012: joven txakoli de corte moderno. Fresco ligero, con un punto cítrico y buena acidez. Un escalón por debajo de Itsasmendi.

    Gramona Imperial Gran Reserva 2007: propuesta para agasajar a Jerónimo, pero que todos agradecimos y a la que casi todos nos sumamos. Equilibrado, tiene de todo, todo mesurado. Uno de los cavas que nunca defraudan, un valor seguro.

    Pezas da Portela 2010: godello de viñas viejas con un paso en barrica apenas apreciable. Salino, mineral, con buena acidez y frescura. Cada vez me gustan más los vinos de esta variedad.Señorío de Otxaran 2012 en Restaurante Jauregibarria

    Bai Gorri Garnacha 2009: propuesta que maridó perfectamente con las excelsas chuletas. Tinto de potencia justa que lo lleva a ser elegante, en el que predominan ligeramente las notas de crianza sobre su aspecto frutal. Armonía distinta, sin caer en un manido tempranillo.

    Itsasmendi Urezti 2010: el aromático vendimia tardía de la bodega que acabábamos de visitar, con un agradable equilibrio entre acidez y dulzor.

    Mi más sincera enhorabuena a Óscar Martínez por su estupenda elección. En esta ocasión la comida, la bebida y la compañía estuvieron en perfecta sintonía.

    Si queréis ver las fotos: http://www.vinowine.es/restaurantes/jauregibarria.html

    Y llegamos por fin a la comida en Jauregibarria Jatetxea, comida que fue el acto troncal del atractivo programa preparado por Óscar Martínez en el Encuentro Otoñal 2013 de La Peña Gastronómica Los Restauranteros.

    Después de la interesantísima visita a Bodegas Itsasmendi, con unos buenos vinitos encima, agarramos el minibús y hacia Amorebieta que nos dirigimos con singular alegría…

    La Peña al completo.

    Y ahí, en la puerta de ese caserío, nos esperaba El Gran Gasti, que a la postre fue el alma de la comida, el candilico que relucía por todos los rincones, el perejil de todas las salsas… ¡Aúpa Gasti cagüenlaos!

    Como decíamos, el restaurante está ubicado en un caserío de Amorebieta. Especifico: en uno de los caseríos más antiguos de Amorebieta; y no sé si de los más bonitos, porque no he visto más que este, pero no me extrañaría. Está pintado de color calabaza, dejando limpias las piedras de sillería que bordean la puerta y las ventanas, las vigas de madera y alguna otra parte encalada en simple blanco. Rodeado de verdes prados y de un curioso y variopinto arbolado.

    Por dentro es realmente amplio, espacioso, luminoso, con una gran terraza, un bar y el restaurante propiamente dicho con varios ambientes y salas. Atmósfera festiva, de celebración. Aquí la gente viene en familia (mucha alegría ver numerosos niños correteando por los praos), se divierte, come y luego “echa” la tarde hasta que anochece… Algunos incluso empalman con la cena. Qué buen rollito.

    Está perfectamente cuidado, reformado y decorado. Imperan los materiales, motivos y adornos rústicos, pero con la impronta de la modernidad por aquí y por allá.

    A nosotros nos acomodaron en una sala alargada, con uno de los laterales que era todo un ventanal que daba al privilegiado paisaje mencionado anteriormente. Una gozada.

    Y…. comenzó la gran comilona que nos había preparado el reputado chef Beñat Ormaetxea, un destacado exponente de la cocina imaginativa vasca. Beñat vuela alto, pero sin perder de vista la tierra, su tierra.

    Un auténtico festín…

    Cigala en carpaccio con helado de piñones y vinagre de txacoli de Orduña.
    Gamba macerada en yuzu, jugo de vaina y crema helada de queso>/I>.
    Verduras del tiempo salteadas sobre puré de patata y jugo de carne.
    Huevo de caserío con crema de hongos.
    Papada de cerdo ibérico sobre crema de patata y aceite de oliva.
    Bacalao en degustación (pil-pil, vizcaína).
    Txuleta de ganado mayor asado a la plancha con patatas y pimiento rojo asado.
    Salteado de arándanos con helado de arroz con leche.
    Torrija de pan brioche con crema helada de intsaursaltsa.

    Comimos bien y mucho. Para ser cocina de autor, era cocina de autor de Bilbao oyes, exhibiendo gran generosidad en las raciones y en el número de platos.

    Yo me quedé con la sensación de que no degustamos en plenitud la cocina de Jauregibarria Jatetxea. No es fácil cocinar para 25, y mucho menos servir a 25. Nunca vas a comer tan bien como en una mesa de 4 ó 5 personas, eso es indiscutible. Pero es lo que había.

    Volveré. Volveré, y con muchas ganas, porque lo que atisbé fue una soberbia mano, una gran imaginación y una trabajada y vanguardista cocina que transforma pero respeta el producto y su origen.

    Hubo platos en que no atisbamos, sino que vimos, comprobamos al 100% ese arte, como fueron las verduras (¡qué producto y qué punto “hierro quemado”!), la papada (¡qué sabor, qué textura, qué expansividad en boca!) y la txuleta (sencillamente divina). Extraordinarios todos ellos.

    Hubo platos en los que -aun estando buenos- la magia no me embrujó, como el huevo (demasiado consistente la crema) y la gamba (se perdió el sabor de la misma con la guarnición). Pero reitero, estaban buenos.

    Y hubo platos en los que creo que pagamos el hecho de ir tantos, las mencionadas dificultades quedaron aquí reflejadas, como la cigala (congelado todo el conjunto, no tuve paciencia ni tiempo para dejarlo atemperarse, con lo que no pude relamerme con este plato del que me han hablado maravillas) y la degustación de bacalaos (los dos tacos eran excesivamente sólidos, integrados, no se percibían sus características lascas, no parecía bacalao, y ninguna de las dos salsas me “llegó”).

    Insisto: volveré, pero en petit comité. Seguro que entonces todos los platos serán como las verduras, la papada y la txuleta… Esto es, soberbios.

    Esa pantagruélica comida la regamos bien, con Señorío de Otxarán 2012 (buen txakoli, fresco, alegre, acidez domada), Pezas de Portela 2010 (un godellito untuoso, sabroso), Baigorri Garnacha 2009 (envolvente y apuesta garnacha riojana) e Itsasmendi Utezti 2010 (un sobremadurado de txakoli para volverte loco, aunque a mí me gusta más de aperitivo que de postre). Copas correctas.

    El servicio, fabuloso, un equipo profesional a tope, educado, simpático… Lo tienen todo estos chicos.

    Enhorabuena oscar4435 por la elección del lugar y del menú (y de todo en Encuentro en general). ¿Volvemos tú y yo un día mano a mano?

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