Fui el pasado sábado a cenar a La Grajuela. Mis impresiones fueron:
- Entorno y local. Como sabréis este restaurante está retirado de la civilización junto al CC Dos Mares, un poco lioso porque hay que ir en coche y cuando terminas no hay nada cerca para dar un paseo o tomar algo.
Respecto al local, cómodas mesas y sillas, ambientando como taberna moderna, con separación más que aceptable entre mesas. Cubiertos y cristalería normalita. El local está separado en distintas zonas con paredes de cristal, para mi gusto, demasiado claustrofóbico. Servicio de mesa correcto, con camareros atentos pero sin agobiar.

- Comida. Aceptable, aunque no para tirar cohetes. Con muchos entrantes y segundos basados en pescado. Nosotros pedimos:
· Patata rellena y rollito de col con gambas. Un par de pinchos para empezar, personalmente me gustó más el rollito.
· Revuelto de presa con habitas y ajos tiernos. La carne estaba bastante recia y un pelín aceitosa, no nos convenció.
· Gallopedro con patatas. Bien hecho el pescado, quizás algo escaso y con las patatas más bien fritas en lugar de asadas.
· Bogavante partido en salsa americana. El bogavante estaba bueno, aunque la salsa no era americana ni por asomo.
· Crema catalana con galleta. Fresquito y rico.

- Servicio de vino. La carta era variada, con referencias tradicionales y otras menos conocidas. Nosotros pedimos un cava (Juve i Camps) y fue pésimo. Después de probar la primera copa que nos sirvieron (con un sabor muy apagado y sin burbuja) miré la botella y era de 2004, un poco pasado y/o no estaba bien conservado. Un cero en este apartado.

Como conclusión, un restaurante aceptable por la zona, aunque no de los mejores para darse un homenaje.