Restaurante Cortijo Albari (CERRADO) en Vera
Restaurante Cortijo Albari (CERRADO)
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
24,60 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Miercoles
Nota de cata PRECIO MEDIO:
29 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.9
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
5.0
Comida COMIDA
7.8
Precio medio entorno ENTORNO
5.5
RCP CALIDAD-PRECIO
7.3
Juan Carlos y sus brasas
Excelente carne
Entrada y terraza
Opiniones de Cortijo Albari (CERRADO)
OPINIONES
5

Este comentario iba únicamente destinado a lamentar que debido a la crisis, este "magnifico" restaurante cierra sus puertas a final del presente mes, pero me gustaría hacer una objeción al último comentario que se ha hecho el presente año. Cuanto menos, me deja muchas dudas los "nuevos" (no por su consideración de nuevos), más bien aquellos que emiten una única opinión y desaparecen sin más.
Mi última valoración es del 2011, pero desde dicha fecha, en las 4 ocasiones que he estado en la zona, siempre he visitado este local por sus excelentes carnes y relación calidad-precio, al margen de por el buen trato recibido. Dudo que en muchos kilómetros a la redonda se puedan degustar mejores carnes que en este local, y he visitado los mejores restaurantes de esta población y pueblos limítrofes, incluidos los restaurantes argentinos. Carlos, una pena no volver a disfrutar de tu cocina pero deseo que te vaya muy bien en tu nueva andadura en Malabo.

La comida estaba muy buena, tanto las carnes, como los postres,como la ensalada, etc. El servicio muy lento, demasiado lento. No tienen muchas de las cosas que ofrecen en su carta, sobre todo en carnes. Es un poco caro en relación a la cantidad de comida que sirven. Después de pagar una buena comilona y dejar propina, no tienen la cortesía de invitar a un simple chupito, ni siquiera después de una petición simpática. Me han dejado con mal sabor de boca y no me queda otra que no recomendarlo. En la zona hay mejores restaurantes que ofrecen mejor servicio y mejor calidad precio.

Normalmente las personas solemos ser animales de costumbres, pero si estas te hacen sentir a gusto, cómodo y poder disfrutar de unas fantásticas carnes a la brasa en su punto que prepara el maestro argentino Juan Carlos (ahora sí recuerdo su nombre), y mantener una agradable charla con Carlos el propietario del local, que dicho de paso su nombre completo igualmente es Juan Carlos si bien se le conoce por Carlos, pocas excusas necesitas más para volver a visitar el local.

Cuando empezamos a pedir platos, a todos los comensales les pareció demasiada comida pero la realidad es que no sobro absolutamente nada….no por escasez de la misma que resultan todos los platos muy bondadosos, sino porque son carnes muy tiernas, con buena textura y sabrosas. Ello a pesar de que inicialmente y durante la espera te presentan unos panecillos recién horneados y un servicio con ajoaceite y aquí la gente ya se puso las botas. Lo del ajoaceite es costumbre de la mayoría de restaurantes de la zona, aunque en nuestro caso repetimos con varias tarrinas.

Como entrantes pedimos jamón ibérico (16,30€) y chistorra (5,70€), con detalle de una chuletita de ternera cuarteada. En cuanto a platos más consistentes el Bife (32,60€) y Solomillo de ternera (40,60€). Por supuesto todo para compartir debido al tamaño de las piezas. Los postres consistieron en un surtido todos ellos de elaboración casera.

En cuanto a la bodega sigue sin variación, con unos precios muy comedidos y adaptados a la situación actual. El vino consumido fue aportación propia (Montecastro añada 2006), no habiéndonos cobrado nada por el servicio.

El personal muy amable, familiar, profesional y atento, haciéndote sentir en todo momento como en casa.

En el precio indicado figuran los refrescos iniciales, infusiones, cafés, agua etc.,.

  • Juan Carlos y sus brasas

    Juan Carlos y sus brasas

  • Excelente carne

    Excelente carne

  • Entrada y terraza

    Entrada y terraza

Hace ya unos meses de nuestra visita a éste local para disfrutar de sus extraordinarias carnes a la brasa, pero no quiero perder la ocasión de reseñar ésta nueva experiencia gastronómica, resultando plenamente satisfactoria.

Como en la vez anterior, nos permitieron la aportación de nuestro vino que consistio nuevamente en un Pisón de añada 2004, y un Pingus 2001. El servicio abonado fue de 6 euros, lo cual considero un precio razonable. En nuestra visita del día 11 eramos 4 comensales y en la del día 19, 8 comensales por lo que tuvimos que añadir de la casa inicialmente una botella de Cepa 21 del 2006 (28,90 euros). El precio medio prácticamente sin variación, 27,50 y 27,25 euros/persona respectivamente.

Como entrantes para compartir unas anchoas del cantábrico (de buen tamaño), sobre un fondo de tomate natural y un excelente aceite de oliva; platos de jamón y queso curado, chorizo criollo, chistorra, y como no podia fallar por recomendación del dueño como buen vasco y siempre tan amable, kokotxas de bacalao. Todas las raciones son generosas con mención especial para el plato sugerido, por el buen trato y elaboración en cocina, de buena textura, sabor, finas y en su punto.

Lo que evidentemente no podian fallar eran sus carnes, hechas al estilo argentino, por un señor argentino muy amable y agradable de trato, lamentando sinceramente no recordar su nombre, aunque ello no quita para agradecerle las explicaciones con todo lujo de detallas, sobre las bondades de las distintas carnes y propiedades de cada una, así como su elaboración idónea. El solomillo, bife y churrasco de ternera, cada una en su contexto resultaron en su punto, fustosas y muy tiernas. Pero en ésta ocasión nos atrevimos a probar las entrañas de ternera por aquello de la novedad. Se que el nombre inicialmente puede representar un rechazo para algunas personas (el dueño tambien es consciente), pensando en lo que conocemos habitualmente por entrañas, tripas, etc., con los que se suelen elaborar los callos, pero nada más lejos de la realidad. Se trata de la parte baja del costillar donde termina el hueso, y realmente merece la pena probar, especialmente para aquellas personas que les guste la carne con marcado sabor, pero no exenta de buena textura y tierna, una vez eliminada la piel que la envuelve.

Tras el festín de carnes, algunos pudieron disfrutar de los postres caseros como pudin de cuajada y queso, cortaditos de hojaldre, arroz con leche y soufle de chocolate.

En cuanto a la bodega permanece sin variación respecto a mi comentario anterior, con precios ajustados al momento. Las copas para el vino correctas. Igualmente el local permanece inalterable, aunque en una de las dos visitas cenamos en la terraza exterior y las sillas resultan algo incomodas cuando se alarga la velada con tertulia.

El servicio sigue siendo profesional, atento y familiar, haciendote sentir agusto.

En el precio por persona se incluye los refrescos iniciales, aguas, así como café é infusiones finales.

Por supuesto volveremos.

Lo de encontrarlo es por que vas con alguien de la zona ó como dice el refran..."por la noche todos los gatos son pardos"...pasas de largo y no lo ves. Nuestros anfitriones que son de la zona y habian estado dos veces, les costó encontrarlo.

Como reza el folleto de publicidad donde hacen especial mención a "la carne en estado puro". Pero no solamente la carne que es excepcional. Tambien disfrutas enormemente con los entrantes y con una agradable charla con el dueño, que se trata de un Vasco afincado desde hace muchos años por la zona del levante almeriense.

Como entrantes, virutas de foie (plato fantástico), queso de oveja con mermelada de tomate y sirope de arce (buena combinación aunque añadimos más mermelada) y mollejas al ajillo (extraordinarias, en su punto y sin estar muy cargadas de ajo....ricas de las buenas que he probado).

Platos fuertes para compartir consistieron en solomillo de ternera Argentina a la brasa, estando la carne muy sabrosa, fina, de buena textura y en su punto...muy tierna. Chuletón de Buey Holandes, hecho tambien muy lentamente a la brasa y en su punto. La carne estaba gustosa, el principal problema es que debido al corte presentaba excesivo nervio, que si bien eliminando éste, el resto estaba muy tierno...pero demasiado hiloso. Excesivo desperdicio para una carne tan sabrosa y rica.

La bodega que dispone el local, sin ser excesivamente amplia, resulta atractiva y con precios muy acordes a la situación actual. Mucho vino de Ribera y Rioja, aunque tambien disponen de otras D.O. y varios vinos de la zona (incluido el célebre Tetas de la Sacristana), incluso de nuestra comunidad.

En éste caso y previo aviso, nos permitieron que llevásemos el vino con lo cual pudimos disfrutar de un Pisón 2001 (no tenian en la carta).

El local es el típico y clásico cortijo, sin riesgo de molestar al vecindario por el ruido de la música en la terraza de verano, muy agradable y espacioso que más parecia por la decoración un restaurante de corte castellano.

El servicio profesional y entendido, muy amable y de buena charla. Les damos las gracias por habernos enseñado la zona donde preparan la carne con la brasa, así como el patio interior con el pozo de agua...muy bonito.

Volveremos éste verano.

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