Restaurante Masena en Javea/ Xàbia
Restaurante Masena
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
49,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
51 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.4
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.0
Comida COMIDA
7.0
Precio medio entorno ENTORNO
8.0
RCP CALIDAD-PRECIO
7.5
Opiniones de Masena
OPINIONES
3

Xàbia era una plaza en la que toreábamos gastronómicamente hablando con frecuencia en los años 90 y a principios de la siguiente década. Luego llegaron las campañas de la DGT, el endurecimiento de los controles de alcoholemia y demás y tuvimos que darle la espalda a esta bella ciudad y a su oferta restauradora que, si bien no es comparable a su vecina Dénia, es variada e interesante. Este fin de semana, sin embargo, nos decidimos a hacerlo y elegimos Masena como local que nos llamaba la atención desde hace tiempo.

El restaurante es una bonita casa de campo que ha sido decorada con gusto, y supongo que con un capital considerable, también sea dicho. Una elegante terraza antes de entrar en la que se debe de estar de lujo en los días soleados de invierno y en las noches estivales, da acceso a la casa. Recepción cordial del que se presupone propietario que nos acompaña al salón y nos entrega las cartas. Éste es amplio y perfectamente iluminado. El rústico-rococó podríamos decir que es el estilo imperante. Pavimento de barro, grandes muebles de madera oscura, chimenea encendida, mesas bien vestidas, puertas antiguas restauradas (ojo con los servicios ¡qué bonitos!). Clientela mayoritariamente extranjera, intuyo, de los que residen aquí todo o el año o largas temporadas.

La carta es de las clásicas clásicas, con un cariz marcadamente “afrancesado” y alguna entrada más mediterránea (sepia a la plancha, por ejemplo). Entradas frías, fundamentalmente ensaldas, tártar y carpaccio, calientes, carnes, pescados, arroces y postres. Los segundos todos ellos entre 19 y 25 €. Elegimos:

- Croquetas de jamón (9,15 €): 12 croquetas de tamaño normal, caseras y de buen sabor.

- Magret de pato con salsa de frutos rojos (19,60 €): presentación barroca con verduras blanqueadas, medallones del magret bañados en la salsa en su justa cantidad (se agradece), pera glaseada, compota de manzana… Rico.

- Carrilleras de ternera estofadas con vino (19,40 €): ¿Tiernas? No, lo siguiente. Se deshacían apenas con el tenedor. Salsa contundente y guarnición igualmente recargada.

- Mouse de chocolate (8,15 €): servido en copa/tazón, denso y potente, igualmente decorado con frutas y teja de chocolate puro.

Una entrada compartida, un segundo por persona y un postre también compartido podría parecer poco sobre todo para quienes saben “de mi saque”, pero la verdad es que quedamos suficientemente saciados.

No suelo indicar los precios de los platos, pero lo hago en esta ocasión como orientación para los lectores y posibles futuros clientes ya que en la web del restaurante no se detallan los precios, cosa a la que no me acabo de acostumbrar en plena era digital.

Al tomar la comanda nos preguntaron si deseábamos pan. Aceptamos y, como era de suponer, se cobró a parte (2,50 €/pax), detalle que en este caso se ve sobradamente compensado pues se acompaña con allioli, mantequilla y tomate. También se sacó un aperitivo antes de cenar (canutillos de gamba) y sorbete de limón entre las entradas y los segundos.

La carta de vinos es correcta y los precios más o menos x2. Acompañamos la cena con una caña inicial (2,80 €) y una botella de Dominio de Tares Cepas Viejas (24,65 €). El servicio también correcto pues se da a probar y se procede al llenado de copas siempre que la atención a otras mesas lo permite.

Acabamos con cafés (alrededor de 2,00 € cada uno) y dos gintonics de London nº 0 a 8,25 € (caro). La cuenta final 55,00 €/pax. Me dejó reflexivo. Todo lo vivido justifica ese precio: el local, el servicio amable y eficaz, las viandas, el vino, el ambiente en general… Pero tal y como están las cosas hoy en día y dada la competencia que hay en la zona creo que hay locales en la comarca en los que hago ese gasto con más gusto. Es algo muy personal pues nada en el restaurante acabó disgustándome.

Por cierto, de vuelta a casa nos "saludó" la benemérita, como era de suponer. En esta ocasión se trataba sólo de un control antiestupefacientes y por ello de momento no pueden meterme mano,jeje.

El entorno es agradable con decoración rústica y mesas en el jardín. Reservamos zona de fumadores y al llegar descubrimos que estamos en el interior sin posibilidad de fumar. Nos aseguran que tan pronto quede una mesa libre nos cambiarán los cubiertos a dicha mesa. Así lo hicieron lo cual dice mucho en favor del servicio.
La carta se compone de entrantes fríos y calientes así como carnes y pescados sin exceso de creatividad. En mi caso de primero una ensalada Cesar correcta en cuanto a sabor y cantidad pero desde luego plato “tradicional”. Lo mismo de segundo, un lenguado con salsa bearnesa. Hecho a la plancha y en su punto, guarnición de verduras hervidas y del que sólo se puede decir … pues eso, que era un lenguado a la plancha. Aunque los pescados parece que estaban conseguidos los comensales que pidieron carne tuvieron menos suerte (dura e insípida).
Quizás los peor en pan (parecía de horno congelado) y los postres donde unos sugerentes nombres no se correspondían con la realidad. Yo pedí un Capricho Marroquí (almendras, romero y miel) que resultó ser un vaso con varias cremas mezcladas y de sabor muy insípido.
El servicio de vino resultó algo lento y con servicio del vino caliente lo que se arregló pidiendo una cubitera. La carta sin ser amplia tenía una selección variada. Tomamos Ostatu a unos razonables 23.-eur (tienda x2). El menaje y cristalería de buena calidad.
Para terminar cafés y copas hasta las 2:30 sin ninguna mala cara por parte del servicio; casi al contrario pues todavía preguntaban si no queríamos algo más.
La cena mejoró con la cuenta, unos muy razonables 49.-euros

Restaurante de la mejor relación calidad-precio en Javea. Decoración rústico-asiática. Buen ambiente en sala. Con un magnifico servicio dirigido por el siempre cordial y experimentado Valentin.
Almejas en salsa verde, Pastel de verduras, lomo de bacalao, carrillera de ternera, coulant de chocolate y un Salia, bien servido en buena cristalería...
50 euros a la carta.
Muy, muy recomendable.

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