Restaurante Baita Gaminiz en Bilbao
Restaurante Baita Gaminiz
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
52,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
58 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.7
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
6.6
Comida COMIDA
7.0
Precio medio entorno ENTORNO
8.1
RCP CALIDAD-PRECIO
8.1
Helados de manzana asada y de queso idiazabal
Torrija
Merluza
Careta de cerdo con salsa bizkaina
Perretikos con huevo de caserío
Las vistas desde la terraza
Postre
Coppa
Opiniones de Baita Gaminiz
OPINIONES
5

Tiempo sin visitarles. Ahora ya no es el Baita Gaminiz, ha pasado a ser el Baita a secas. Un ligero cambio en la sociedad. Ana, una “vieja” conocida lleva ya unos años trabajando allí y hoy, después de charlar un buen rato con ella a lo largo de la cena, me he llevado una alegría pues ha pasado a ser parte del negocio. En estos momentos se encuentra al mando del servicio de sala dejando la cocina en manos de su socio, Guillermo, sin descartar, en absoluto su “vuelta a los fogones”.
Local carismático en la Villa, una sala muy elegante con mesas muy amplias y perfectamente vestidas. Varias opciones de menús y una carta con platos clásicos pero siempre con un toque de modernidad. Una carta de vinos más que suficiente y que además, siempre tiene unas recomendaciones con cosas distintas, con vinos curiosos. Me ha sorprendido ver entre ellos un txakoli que tengo el placer de conocer, se hace muy cerca de casa. Si tenéis la oportunidad no dejéis de probarlo, LeXardi, os sorprenderá.
Oferta muy interesante de panes variados donde yo vuelvo a “caer en la tentación”, mi pan de maíz que es un pecado genial. Me encanta De aperitivo un par de “tigres” muy ricos.
Como entrante nos decidimos, con el consejo de Ana, por los perretxikos y huevo de caserío. Hoy la manera de cocinarlos ha sido un tanto distinta dentro del clasicismo. Unas setas que están de muerte dentro de un “tubo” crujiente pero con el huevo tratado de manera genial. Hecho al “baño María”, parece más una crema pero con un sabor espectacular. Platazo, de los de matrícula de honor.
Mi compi se decide por la merluza. Se puede ver en la foto su calidad. Suave a más no poder, con sabor a mar, sin acompañamientos raros. Ha disfrutado de lo lindo con su plato y a pesar de la ración de perretxikos, ha sido capaz, con su pequeño estómago de dar cuenta de la ración completa. Eso sí que es una señal indiscutible de lo que le ha gustado.
Yo, he escuchado aquello de: tenemos un guiso….. careta de cerdo con salsa bizkaina. Qué más quiere el ciego que ver. Eso no me lo puedo perder. Eso sí, antes le he preguntado por el estilo de preparación, por la textura de esa parte del animal que me puede generar algún “problema” pero no, me ha quitado los “miedos” y efectivamente me alegro infinito de la elección. La salsa simplemente espectacular. Los platos han ido hoy a cocina limpios, impolutos.
Para beber y después de un repaso a la carta y las recomendaciones pertinentes, me decido por un Riberio, concretamente un Casal de Armán. No lo conocía. Variedades Treixadura, godello y albariño, por supuesto con el peso elevado de la primera. Lleva una crianza de 9 meses en depósitos de acero inoxidable. Un vino muy fresco, es joven aún. A la vez tiene potencia, acidez estupendamente integrada, un vino que ha podido con los suculentos platos de la cena.
De postre Torrija. Quizás un poco irregular en su “empape” pero muy rica de sabor. Acompañada por un helado de manzana asada. Un helado que me lleva a pensar en alguien que conozco. Yo me decanto por el helado de queso Idiazabal y ya me confirmo en mis “sospechas”. Desde luego que son maravillas frías. Sabor a la materia prima que “reza” en sus nombres. Geniales.
Un cafecito y salimos a la barra a despedirnos con la última copa de vino. Desconocía yo que aquí también puede uno venir a tomarse un vinito y a degustar, por ejemplo de sus estupendas rabas. Bueno es saberlo. Para ver alguna foto: http://gastiondo.blogspot.com.es/2017/06/restaurante-baita-bilbao-perre-txerri-co.html

  • Helados de manzana asada y de queso idiazabal

    Helados de manzana asada y de queso idiazabal

  • Torrija

    Torrija

  • Merluza

    Merluza

  • Careta de cerdo con salsa bizkaina

    Careta de cerdo con salsa bizkaina

  • Perretikos con huevo de caserío

    Perretikos con huevo de caserío

Malas fechas son para pretender cenar sin reservas previas y aunque hoy la intención era otra, a las ocho y media de la tarde-noche hemos llamado a este restaurante y hemos tenido la suerte de que una mesa había llamado para anular su reserva.
Se nota que hay mucha cena de empresa, grupos grandes y pocas parejas pero a nosotros poco o más bien nada nos importa y tenemos nuestra mesa, junto a uno de los ventanales que dan a la Ría Bilbaina.
Uno de los mayores atractivos de este local es su preciosa terraza pero eso lo dejaremos para otra estación más propicia. Hoy nos centraremos en su elegante comedor.
Buenas mesas y muy bien vestidas, con todos los detalles.
Ofrecen algún que otro menú pero vamos a ver lo que tienen en carta. Nada más sentarnos nos ofrecen unos panes a elegir. Yo, mira que soy "fiel", me quedo, cómo no, con el de maíz. Ese pan que casi parece un bizcocho. Me encanta. Mi chica pide uno de pasas que tampoco desmerece.
Para beber y ya que estamos en esta época tan significativa y como además nos gusta mucho, nos decantamos por un Gramona Imperial 2007. Mira que está rico el "condenao". Fruta madura, manzana sin lugar a dudas. La nariz no engaña.
Es muy fresco, con acidez marcada, con la burbuja integrada pero no demasiado, a mi me gusta que me haga "cosquillas en la nariz".
Nos pregunta si queremos copas de cava, yo le digo que copas de cava son las que tenemos en la mesa. Las de vino.
Buen servicio, sin pausas, sin llenar la copa en exceso pero sin dejar que se vacíe.
Me parece un cava que se puede beber con todo lo que te sirvan, acompaña bien a cualquier plato.
Como aperitivo nos ofrecen un vasito de crema de calabaza con pan tostado y jengibre. Es curioso el toque que le da, a mi me recuerda a la menta, tiene un toque picante muy agradable. Es algo no muy habitual pero que nos ha gustado.
Comenzamos con una ensalada de gildas y bonito ahumado con pimientos de cristal asados.
Emplatada individualmente. Buena ración. Yo esperaba menos lechugas y más sustancia pero hay que reconocer que está rica. Los pimientos muy bien conseguidos. El bonito también.
Se deja comer muy gustosa. La Gilda está para comerse uno una docenita pero......
Verdura y setas de temporada en parrillada y oliva virgen extra.
En su punto exacto, presentadas en dos bandejas individuales con buena cantidad. Al dente.
Con buen producto este plato no tiene misterios pero ha conseguido que un carnívoro declarado como yo sea un amante de las verduras.
Como platos principales, mi chica se decanta por unos salmonetes sobre un risotto de begihaundi y setas. Una estupenda ración. El pescado muy rico. Piel tostada y carne jugosa. Muy sabroso.
El risotto en su punto. El arroz ni demasiado tieso ni cocido en exceso y con cantidad generosa de ingredientes que le dan un toque magistral. No podemos precisamente quejarnos de tacañería en las raciones. Muy buen plato, de notable.
Yo voy a por uno de mis platos preferidos pero que por una u otra cosa no suele pedir.
Guiso de rabo (de buey viene en la carta pero...... lo dejaremos así. A mi además poco me importa) con patatas y toffe de boletus. De nuevo una ración de tamaño considerable. Dos buenos trozos de rabo acompañados de unas patatas caseras muy ricas y una salsa de setas de muy buen sabor.
La carne está como la mantequilla. Se deshace en boca. Volvemos a conseguir el notable.
No estamos precisamente hambrientos pero algo dulce apetece para así que para compartir nos metemos entre pecho y espalda una ración de torrija de naranja y helado de tarta de manzana.
Seguimos con raciones que de comerlas individualmente hubiésemos terminado llenos en exceso. La torrija rica aunque para mi gusto un poquito seca. El helado es compañero ideal para conseguir que el punto goloso de la torrija quede un tanto amortiguado.
Buen remate para la cena.
La noche se ha cubierto, ha comenzado a llover pero eso tiene su punto bueno puesto que la temperatura se suaviza un tanto y nos permite salir a la terraza a tomarnos el café, acompañado de unas trufas de chocolate riquísimas y de una copita de mi ya más que habitual PX Spinola del que me da hasta vergüenza decir nada. Riiiiiiiicooooooo. Muuuuuchoooooooo.
Desde una preciosa terraza con unas estupendas vistas, con mi copita de PX en la mano y mi cigarro en la otra, he vuelto a pensar en lo afortunado que soy. Tengo dinero para pagar la cuenta.
Si os interesan las fotos: http://gastiondo.blogspot.com.es/

Hacía ya un tiempo que no acudíamos a este restaurante y teníamos unos recuerdos buenos y otros menos buenos.
El local es elegante y además han cambiado el papel de las paredes que era excesivamente "serio" y ahora, dentro de la elegancia, le da un toque más moderno.
Todo muy cuidado, buen tamaño de mesas, buena mantelería, estupenda vajilla y cristalería.
Tienen un menú degustación a 40e sin bebida pero hoy hemos preferido probar un poco de su carta.
Como aperitivo nos han sacado un par de copas de buen tamaño y considerable ración de Quisquillas a la sartén, estaban ricas y al ser de pequeño tamaño, algunas han ido enteritas al estómago, sin pelar.
De pan hemos pedido Pan de pasas y otro de maiz, a cada cual más rico, crujiente corteza y tierna la miga. Ricos-ricos.
De primer entrante nos han sacado una más que generosa ración de Coppa, embutido italiano, semejante un tanto al lomo pero con un toque de grasa tipo ibérico. Acompañada de unos panes con tomate.
No lo había probado nunca pero me ha gustado.
Después hemos comido un plato compuesto por Hongos, angulas de monte y yema de huevo presentado en una especie de cesta y acompañado de un puré finísimo de patata con un sabor excelente.
Las angulas de monte, las cantharellus lutescens son unas setas con sabor marcado, se preparan como las verdaderas angulas, al ajillo y la verdad es que están para chuparse los dedos.
La yema de huevo, de huevo de verdad, da un toque muy conseguido al plato en su conjunto. Quizás un poquito pasado el punto de sal pero para mi eso es casi más un acierto que un fallo.
Otra cosa es lo que opine mi médico de cabecera.
De plato principal hemos elegido unos Salmonetes sobre un risotto de begihaundi todo en su justo punto, el arroz ni pasado ni tieso, el begihaundi (ojo grande en euskera), en buena cantidad y muy conseguido el punto de cocción. La piel de los salmonetes crujiente y el pescado jugoso.
De postre nos hemos decantado por un Helado de gin tonic con bizkotxo de lima y regaliz excelente postre con sabores diferenciados y muy marcados, el bizkotxo jugoso y a mi no me hace demasiada gracia el regaliz pero no mataba el conjunto que al mezclarlo con el helado conseguía un efecto refrescante sin empalagar para nada.
Muy buena y variada carta de vinos, buenas copas de muy buen tamaño, servido sin demora, con atención constante pero sin agobios.
El servicio ha sido muy atento en todo momento, sin espacios largos entre platos y sin molestar para nada.
Para beber un Nieva pie Franco 2011 me ha encantado, muy aromático, muy fresco, marcado sabor y el postgusto largo y un tanto amargo característico de los verdejos.
Un riquísimo cortao en su exacto punto de leche y café y una copita de Px gran reserva 1982, un vino que casi "pica al olerlo", con un dulzor muy logrado y un postgusto largo, tan largo que aùn ahora me llegan notas.
Esto lo hemos tomado en la terraza, una terraza preciosa, con unas vistas que las quisiera yo para mi en mi casa. Vistas a la ría de Bilbao y al museo Guggenheim.
Pues otra grata experiencia más y otro restaurante a tener en cuenta en el futuro.

  • Las vistas desde la terraza

    Las vistas desde la terraza

  • Postre

    Postre

  • Coppa

    Coppa

Había acudido varias veces al Baita y prácticamente siempre se había dado alguna pequeña deficiencia (cobrar más cafés de los degustados, descorchar botella de vino en claro declive, servir a mis acompañantes una guarnición en mal estado y con mal olor), pero la verdad es que la calidad de algunos de sus platos me animaba a volver y olvidar esos "pecadillos".
Sin embargo ya esta última visita ha sido increible. Al entrar nos recibe el cocinero dado que el Maitre, todo un personaje, estaba por ahí deambulando. Nos ponen en una mesa, que se notaba estaba de más y muy mal situada al lado de un recorrido por el que pasaban continuamente camareros y comensales que de la pequeña terraza (la abren con buen tiempo) entraban al salón o viceversa. Bueno, habrá que aguantar pensé, ánimo y buen rollo. Despues de ver la carta ya observé que había otros comensales que miraban entre resignados y enfadados al Maitre quien aparentemente no reparaba en ello y seguía inmutable a su ritmo. El tema era como despúes comprobé que llevaban lo suyo esperando y todavía no les habían tomado la comanda. Nosotros entramos a las 21:35 hs y 40' despues todavía no nos habían tomado nota de los platos (¿Ofrecían estancia y hotel gratuito?). No sólo eso sino que gente que había entrado antes que nosotros todavía no había empezado a comer. El mosqueo era considerable pero ya explotamos cuando nuestro amigo el Maitre fue a tomar nota a dos parejas que habían entrado unos minutos más tarde que nosotros, momento en el que decidimos que el "Slow Work" del Baita no era para nosotros y abandonamos el local para intentar esa noche engañar al estomago antes del descanso nocturno.
Que les vaya bonito. Un ex cliente.

De nuevo , aconsejados por un forero de verema , acudimos al Baita Gaminiz .
Ubicado muy próximo al Guggenheim y zona centro se encuentra este elegante restaurante .
Decoración clásica , buena separación entre mesas ( unas cuantas redondas , muy comodas ) .
Sala al 70 % de ocupación , buena acústica . Mesa 2 pax . Nos encontramos una carta estructurada en entrantes , asados , pescados según mercado y un apartado con 7,8 realizaciones a base de bacalao . Elegimos dos entrantes para compartir , a saber :
txipirones con boletus confitados en tempura ( muy bueno ) , croquetas de bacalao ( muy finas y abundantes , 12 croquetas !!! ) . Como platos principales elegimos taco de buey y magret de pato con ensalada de foie . Ambos muy sabrosos y abundantes ( seguro que el doble de lo que estamos acostumbrados en Valencia ) . Para beber , elegimos un buen Viñas de Gain ( crianza 2006 ) de Artadi a 22,90 euros . Muy buena carta , completa en denominaciones y especialmente la de Rioja , claro . Buen coperio .
De postre , tarta de manzana casera para compartir .
RCP justificada . Para volver .

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