No me habia cuadrado nunca a mi comer en la Hosteria, sitio conocido en la región y al que muchas veces me han dicho de ir pero por una cosa u otra no se ha terciado.
Pero hoy si, habia dos opciones y la otra era la Casona del Judio al que me niego a volver, no por la comida si no por el trato como comente en su correspondiente reseña.
Como bien ponen los comentarios anteriores un sitio clasico, de toda la vida. Parking privado. Nada mas entrar por la puerta cordial saludo y a la vista la brasa. Nos acomodamos en el comedor de la derecha, donde despues descubrimos se puede fumar.
Nos canta la carta, quien me supongo es el dueño, y nos decantamos por lo siguiente. Antes de, nos ofrecen un aperitivo en forma de tosta de morcilla con tomate, muy sabrosa.
Esto es lo que nos metimos al estomago:
- Salpicon de langosta. Bueno en textura y sabor, pero todos sabemos que la langosta cocida y sola esta mucho mejor porque asi la saboreas al completo.
- Media de pulpo a la gallega. Muy bueno, de 10.
De segundo nos metemos un rape para el pecho realizado a la brasa. Con un chorrito de limon lo hubiesen bordado, yo creo que lo pasaron demasiado por la plancha, mi colega dice que demasiado poco. De todos modos, muy buen producto, muy uen sabor y por poco no se lleva el sobresaliente merecido.
La verdad es que la mesa de al lado pidio un rodaballo de unos 2 kg y tenia una pinta barbara. Tenian besugos y lubinas para compartir, otros de racion, etc. Buena variedad.
De postre nos decantamos por un poco de queso Divirin, para finalizar el festin.
Dos cafes finalizaron la comida de hoy.
Todo fue regado por una botella de agua y una botella de Itasmendi Nº7 que tanto aprecia el amigo Gastiola y el amigo Oscar. En todo momento el servicio fue muy correcto.
La verdad es que cada vez aprecio mas los sitios de producto y aborrezco mas la cocina de autor. Sera que estoy volviendo a los origenes!
Miércoles noche tras terminar el trabajo. Cena de trabajo
2 comensales
4 platos para degustar entre ambos
Comedor muy privado y agradable en un porche de reciente apertura donde evitas calor, y puedes fumar. Mesas separadas q permiten privacidad y recogimiento.
Sin aperitivo por evitar sobrecarga alcohólica
Jamón bellota muy fino, en " tejas " único pero el corte que es a máquina pero bien presentado " sudando " muy sabroso . 15 € ( ración de unos i60-70 gramos. Para dos de entrante un poco pobre.
Gambas blancas de Huelva frescas plancha - 12 gambas 16€ buen punto de plancha sin vinagre " despegaban con cierta dificultad ( frescas? )
Coco chas rebozadas sin gota de grasa y sabrosisima puntilla de fritura. Exquisitas 22€
Para colofón mátanos de guadañeta a la sartén con cebolla ponchada y pimiento verde ( 5 mátanos de tamaño ideal- unos 5-6 cms de cuerpo. Espectaculares 24€
Agua 2€
Vino recomendado por la casa - viña pomal reserva 2007 buena temperatura de servicio . 15€
Sin postres 2 cafés y una copa de brandy larios 1866 12€
Chupito de larios gratuito
En un barrio clásico de las afueras de Santander, encontramos este restaurante que dispone de comedores amplios, bien instalados y con mesas debidamente separadas. Servicio muy profesional, con buena recepción. Aparcamiento propio.
Buena y clásica cocina, donde impera la materia prima (percebes, almejas con alcachofas, pimientos rellenos de centollo, rodaballo salvaje y excelente chuleta fileteada).
Servicio sin peros, carta de vinos ajustada con buen servicio, copas adecuadas y RCP acorde (dos veces precio tienda).
A mi criterio, le sobran las cajas de vino como parte de la decoración.
Precio al final sin sorpresas (se pidieron platos fuera de carta y según mercado)
Muy buena sensación tanto en cocina, servicio y entorno. Volveré.